"..Cerrar el ciclo más importante y determinante del mundo en enero significa despreciar a los posibles triunfadores de Olivenza, Castellón, Valencia y Sevilla. Claro que, bien pensado, en esos seriales harán el paseíllo los mismos mosqueteros de siempre encasillados de forma predecible, no sea que unos molesten a otros y aparezca alguna sorpresa incómoda para las figuras.."
Sin puestos para “otros”
Carlos Bueno
Burladero/8 de octubre de 2024
Es tradicional que la Real Maestranza de Caballería de Sevilla presente los carteles de la temporada completa a principios de febrero. El último abono se componía de 24 festejos repartidos en 16 corridas de toros, una de rejones, un festejo mixto y 6 novilladas con picadores que se desarrollaron entre marzo y finales de septiembre. 24 ternas cerradas. Seis meses anunciados de antemano. Sin posibilidad para incluir triunfadores de otras ferias, sorpresas, nuevos nombres atrayentes, toreros con interés para la afición, coletudos que hayan hecho méritos y cuya contratación sea lo más racional. Por eso, que sea tradicional que se presenten los carteles en febrero no significa que sea lo más oportuno ni lo más justo.
Plaza 1 lleva unos años adelantando la programación del San Isidro madrileño, y últimamente también la hacía oficial a principios de febrero. Hace sólo unos días, el gerente de Las Ventas, Rafael García Garrido, aseguró que en esta ocasión la Feria se presentará el 30 de enero, lo que la convierte en la contratación y el anuncio más madrugador de la historia. Por supuesto, la iniciativa no tiene por qué ser la más oportuna ni justa con el toreo.
Cerrar el ciclo más importante y determinante del mundo en enero significa despreciar a los posibles triunfadores de Olivenza, Castellón, Valencia y Sevilla. Claro que, bien pensado, en esos seriales harán el paseíllo los mismos mosqueteros de siempre encasillados de forma predecible, no sea que unos molesten a otros y aparezca alguna sorpresa incómoda para las figuras. Roca Rey con Talavante, a quien se le cantará su excelsa tauromaquia sea profunda o liviana. O con Manzanares, que tras cortar un rabo en Murcia del que nadie habla ya tiene excusa para justificar su presencia en la élite unos años más. O con Castella, cuyo toreo es el más previsible del escalafón.
Ahí todavía tendrán complicado entrar los Emilio de Justo, Juan Ortega, Pablo Aguado, Tomás Rufo, Ginés Marín… y peor se les pondrá a Daniel Luque o Paco Ureña, que a estos se les puede ocurrir protagonizar alguna situación épica y eso no conviene. No deberá causar ninguna extrañeza que El Fandi y Cayetano también pugnen por la segunda parrilla, y con suerte habrá algo para Borja Jiménez y Fernando Adrián, pero lejos de las altas esferas. Sí, los mismos mosqueteros de siempre encasillados de forma predecible. Así que no habrá sorpresas a incluir en San Isidro y resulta evidente que no hace falta esperar al 30 de enero para presentarlo. Podría hacerse mañana mismo.
Personalmente llevo tiempo abogando por anunciar los nombres de los matadores que serán la base del cartel de las Fallas de Valencia en diciembre, y poner a la venta el abono en época navideña. No es una contradicción. Poder adquirir los abonos en Papa Noel y Reyes es cuestión de márquetin, siempre con la condición de derecho a la devolución si las combinaciones definitivas no son del agrado del aficionado. Pero, en una y en otra cuestión, parece que los intereses empresariales van por otros derroteros.
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