Fermín Bohórquez, rejoneador y ganadero
"...Misterio el de los toros de Fermín Bohórquez. ¿Por qué si desde hace años se utilizan para los espectáculos de rejoneo, se les anuncia en plena feria de San Isidro en corrida de a pie?..."
9ª de San Isidro:
Misterios gozosos y dolorosos
Antonio Lorca
La plaza casi se llenó, lo cual es un gozo. ¿Por qué? Ah, ese es un misterio. Carteles del mismo tenor que el de ayer solo alcanzaron los tres cuartos en días anteriores. Será que hay afición a pesar de los mantazos que recibe cada día. Y ¡cuidado!, porque como la empresa llegue a la conclusión de que un cartel barato llena la plaza, esto no lo endereza ni el que lo fundó. Pero los tendidos estaban llenos, y esa es una buena noticia. Es un misterio gozoso.
Hubo otros, pero tristes y hasta dolorosos.
Cómo se explica, por ejemplo, la actitud displicente de Miguel Abellán, otrora torero pundonoroso, y que hoy parece una sombra de lo que fue. ¡Qué desgana con el capote en sus dos toros! Ni verlos quiso, siempre presto a la huída. Y soporífero con la muleta, anodino, ventajista, despegado y mal colocado, como un pegapases vulgar. Y pesado, a pesar de las protestas del respetable, que le increpaba para espantar el sueño que provocaba su toreo. Mató bien, muy bien, a su primer toreo, en la suerte de recibir, y ahí acabó su grandeza. Misterioso el cambio de este hombre. Parece que le han abandonado la ilusión o la juventud.
Misterio el de los toros de Fermín Bohórquez. ¿Por qué si desde hace años se utilizan para los espectáculos de rejoneo, se les anuncia en plena feria de San Isidro en corrida de a pie? ¿Qué méritos pueden aportar? Si, en general, no lucían presentación ni belleza, y, encima, estaban inválidos y ayunos de calidad. ¿Acaso es que son más baratos? Misterio de los taurinos.
¿Por qué el presidente del festejo se empecina en mantener en el ruedo al quinto de la tarde, un sobrero completamente inválido, y le hace la pascua al público, y al propio torero, en este caso el mexicano Saldívar, al que le hurtó una oportunidad de triunfo? Misterio de la autoridad.
Allá que se marchó al centro del anillo Víctor Barrio cuando anunciaron la salida del tercero. Y cuando todos esperaban un recibimiento de alta intensidad, se puso a capotear al toro por las tafalleras más tristes y huecas que imaginarse puedan. ¿Y para eso crea usted la expectación? Misterio.
No cambó el serio semblante durante la desabrida lidia de este deslucido toro, que le llegó a poner los pitones en el corbatín y desarrolló variadas dificultades. Se sobrepuso en el sexto, se envalentonó y derrochó entrega ante un animal parado, pero que era el último de su feria. Dejó patente su ánimo, que es lo menos que se pueda exigir en estos casos.
Una pregunta final: ¿por qué todos los toreros son tan ventajistas? Misterio de la modernidad.
Toros de Fermín Bohórquez, que sustituyeron a los anunciados de Manolo González, –el quinto, devuelto–, desiguales de presentación, mansos, muy blandos y desclasados; el sobrero, de Encinagrande, inválido.
Miguel Abellán: estocada recibiendo (ovación); estocada baja (silencio).
Arturo Saldívar: estocada muy baja y tendida –aviso– y un descabello (ovación); pinchazo, media tendida y baja –aviso– (silencio).
Víctor Barrio: estocada baja y un descabello (silencio).
Plaza de las Ventas. 18 de mayo. Novena corrida de feria. Casi lleno.
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