92 AÑOS YA DE LA MUERTE DE JOSELITO
Cartel:
Plaza de Toros de Talavera de la Reina.
El domingo, 16 de mayo de 1920.
Gran corrida de toros.
Se lidiarán seis toros, con divisa azul y blanca, de la acreditada ganadería de la Sra. Viuda de Ortega, de Talavera de la Reina.
Espadas:
José Gómez Ortega, “Gallito”, e Ignacio Sánchez Megías.
Sobresaliente de espadas: Miguel Cousé.
José Gómez Ortega, "Gallito", Nació el 8 de mayo de 1895 en Gelves (Sevilla) en la Huerta de El Algarrobo.
Murió en Talavera de la Reina el día 16 de mayo de 1920.
Desde edad temprana destacó su afición por el mundo del toro. Vivió un ambiente puramente taurino, su padre, era el señor Fernando Gómez, “El Gallo”, matador de toros, sus hermanos, Fernando y Rafael, también fueron matadores de toros. Se considera, por la crítica taurina, el torero más completo de la Tauromaquia. Fue, junto con Juan Belmonte, amigo y rival, protagonista de la que se llamó Edad de Oro Como se sabe, Joselito no iba a torear en Talavera, Es más, los organizadores manifestaron a la prensa después de la muerte, que: “A ninguno, remotamente, se nos ocurrió pensar en Joselito para esta corrida que al fin y al cabo era una corrida de pueblo”.
En el café Regina –lugar de reunión de taurinos- estaba don Leandro Villar quien dijo a los organizadores:
-¿Porqué no llevan también a Rafael el Gallo, que daría más cartel a la corrida y está haciendo una buena temporada? -
Porque aquella plaza no da para tanto.-
¿Me cede usted el negocio y me comprometo a llevar a Rafael?-
Encantado; cuente usted con la plaza. Yo soy empresa a la fuerza, por lidiar mis toros, que es lo único que tengo interés.
Y quedó convenido el traspaso en estas condiciones. El Gallo y Sánchez Megías y toros de Ortega. Y en esta creencia se marchó el ganadero a Talavera.
Don Leandro Villar, íntimo amigo de Joselito, le comunicó sus planes a éste.-
¿Y porqué Rafael y no yo?-
Porque tú eres muy caro para Talavera.- Yo soy torero más barato –dijo Gallito- porque soy el de más público.
Don Leandro Villar era amigo de Joselito y no se podía negar a su petición. Joselito torearía en Talavera. Cuando se enteraron en Talavera no lo creían, y se hicieron apuestas si iba o no Joselito. El entusiasmo del pueblo fue extraordinario. Don Gregorio Corrochano escribió que la única intervención que él tuvo en esta desdichada corrida fue recomendar a Larita, que no fue, y poner al empresario Leandro Villar en relación con sus paisanos para que le facilitaran su gestión. Joselito se ofreció en lugar de su hermano Rafael y el destino hizo el resto.
Díaz de Quijano dejó escrito:
¿Pero es verdad que ha muerto Joselito? Me duermo al ser de día, al apuntar el alba del lunes, vislumbrando a la claridad incierta de la aurora, el cartel de la última corrida de San Isidro, anunciada para hoy, y que reza: Seis toros de Gamero Cívico, Joselito, Belmonte, Varelito.
Pero esta corrida...Hoy ha muerto una época del toreo...Joselito es ya el pasado. Ayer...¡Qué abismo! La tarde más completa que Don Quijote vio a Joselito fue en Barcelona, en 1917. La describe así:
“Joselito ha realizado el día de San José la mejor faena de su vida. Yo he voceado a los cuatro vientos la excelsitud de esa faena; y aún no he acabado. Este es el antigallismo que algunos pretenden ver en mí determinados gallistas recalcitrantes.
Estoy seguro que esa faena la hace Belmonte en vez de Joselito, y esos gallistas se muerden la lengua, si no le ponen pegas y reparos... Por lo menos hubieran salido diciendo que sí, que la faena había sido buena, pero que a ellos no les había gustado, porque fue corta, poco variada, monótona, sin los adornos y alegrías artísticas del toreo de los Gallos...Esto lo hubieran dicho, con toda seguridad, ciertos gallistas, de ser Belmonte el autor de la faena, y esto no pasa en el belmontismo.
¡Soberbia faena de Gallito con el quinto Saltillo! De lo más grande que recuerdo; desde luego, la más acertada que ha hecho José Gómez Ortega.
Cerca de mí estaba un belmontista entusiasta, incondicional de Belmonte; un antigallista -¿por qué no decirlo?-, y cuando rodó el saltillo, yo vi. cómo aquél buen aficionado lloraba de emoción voceando que aquello era lo más grande que podía verse. Se sentó el maestro en el estribo y, sin levantarse, sin moverse, sin enmendar una pulgada su posición, dio tres pases con la derecha –alto, de pecho y alto- y otro de pecho, ya levantado, tan ligados los cuatro, tan emocionantes, que el publico se puso de pié. Joselito se había pasado la muleta a la mano izquierda y dio un soberbio natural, un ayudado por alto y tres naturales en redondo, tan clásicos, tan prodigiosos, que no puede pedirse más. Uno de ellos, sobre todo, fue tan largo, tan completo, que el toro describió casi un círculo entero en torno al torero erguido, inmóvil, majestuoso. Y nada más. ¿Qué más, para qué más? Entró a matar bien, y el toro salió rodado de una buena estocada.
Nótese que en esta excepcional faena no hubo un solo adorno, ni un molinete, ni un rodillazo, ni un toquecito de pitón; y, sin embargo, enloqueció al público. ¡Cómo que el toreo auténtico es lo más hermoso!
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Torero de asimilación, torero no genial, pero el enorme, gigantesco, Joselito –aunque no quieran reconocerlos determinados joselistas- se está asimilando al toreo rondeño, el de Belmonte; y desde hace un par de años sin perder su personalidad de torero largo, completo y sevillano –de la escuela sevillana- está prodigando el toreo clásico, menudeando faenas como ésta, que a pesar de ser tan clásica, tan sobria y... belmontina, ha entusiasmado a los gallistas tanto como a mí... a mí...”
Joselito, toreó 121 novilladas y 681 corridas de toros. En Lima actuó en 9 festejos en 1919. Estoqueó 1542 toros.
Como gran figura del toreo que fue, alternó con Juan Belmonte, “El Pasmo de Triana”, en 257 tardes.
Al lado de su hermano Rafael Gómez, “El Gallo”, lo hizo en 184 corridas.
Con la figura del toreo mexicano Rodolfo Gaona, figuró en 139 carteles.
Diestro de gestos y de gestas, fue único espada en 25 tardes entre 1911 y 1920.
En Madrid –año 1914- mató siete toros de don Vicente Martínez.
En Valencia, seis toros de Miura, en 1915.
En el año 1917 y en Sevilla, estoqueó seis toros de Carmen de Federico.
Sus actuaciones en Madrid eran apoteósicas. Compareció entre los años 1913 y 1920 otorgándosele un total de 19 orejas y un rabo, este en la corrida del 10 de octubre de 1918, del toro “Zigarrón” de Guadalest.
Joselito, era un torero de valor probado, con un conocimiento extraordinario del toro y de los terrenos del mismo, que solo sufrió siete percances, incluido el de Talavera. La cornada más grave fue la que infirió un toro de Benjumea, en Madrid, el primero de mayo de 1919, de dieciséis centímetros en el muslo izquierdo.
Concedió 11 alternativas. Doctoró a Dominguín, Sánchez Mejías, Camará y Florentino Ballesteros entre otros.
De 1915 a 1918 encabezó el escalafón.
En 1919 le superó Juan Belmonte con 109 corridas.
La Virgen Macarena de luto por José Gómez Ortega "Gallito"
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