El Fundi, ante el bicho que le devolvieron al corral
UNA TARDE DIFERENTE
Antolín Castro
España
S.I.- Ya de entrada, era una tarde diferente pues iba a despedirse un torero madrileño de la feria de San Isidro. Diferente fue después por tener que cambiar la ganadería anunciada; esto no se da nada más que en Madrid, o bien porque los veterinarios cumplen con su deber o porque la empresa y sus veedores son muy malos, compran a ciegas, y pasan estas cosas que en provincias no se dan nunca. Esto, de entrada, ya la hacía diferente, pero hubo más…
Se entoldó el cielo y al grito de ¡¡agua va!! comenzó a llover de manera desaforada justo unos minutos antes de la hora anunciada. Avisaron por megafonía que se retrasaba quince minutos para dar tiempo a que pasara la nube… y pasó. Pasó que nos engañó a todos, pues terminado de abrir los toriles para que saliera el primer toro el grito de ¡¡agua va!! se hizo presente de nuevo y reinició la lluvia con peores intenciones todavía. Ya ven, es diferente una tarde de una manera u otra. Si antes de empezar se suspende ante la situación climatológica, se aplaza el festejo o se suspende y se evitan muchas cosas al personal. Claro que a la empresa lo único que le evita es la taquilla y era buena, muy buena. Hay diferencias entre unas decisiones y otras.
Diferencias hubo después, pues no es normal tener que torear, o lo que sea, en un barrizal. Ni la lidia es lidia, ni de ese modo puede verse el juego de los toros, de por si complicados los de Guardiola, ni los toreros pueden afianzar su confianza, ni desarrollar sus capacidades que tienen que estar forzosamente a la defensiva. Para establecer algunas situaciones que evidencien esas diferencias podemos decir varias cosas.
Dos toreros caracterizados y reconocidos por su buen uso con la espada, Fundi y Uceda, hoy ¿casualmente? han dado un mitin con los aceros. Será casual pero la diferencia está en tanta coincidencia. Estos dos toreros han matado a lo largo de sus dilatadas carreras el 90 % de los toros a la primera entrada, y además bien. La tarde se tornaba cada vez más diferente.
Más allá de ese matiz del uso del estoque, no me irán a decir que no es una diferencia que a El Fundi le echen un toro al corral, precisamente el que se sospechaba que era el último a matar en Madrid. Cierto que ha estado incómodo toda la tarde, a la deriva digamos, pero ya es casualidad. Tan es así que la empresa se ha apresurado a proponerle darle una corrida en la Feria de Otoño para que la despedida sea de otra manera. Menos diferente diría yo. Esperemos que a la hora de anunciarle tengan la deferencia de hacerlo al menos como lo hizo Sevilla el mes pasado.
Uceda Leal, ya lo hemos dicho, ha estado diferente también con su fuerte que es la espada, aunque más decidido y animoso que su paisano. Ni siquiera sabemos si los toros hubieran respondido mejor en otras circunstancias, pero también ha visto de cerca lo de echarle el toro al corral tras darle dos avisos en el quinto.
Diferente ha estado Rubén Pinar en sus dos toros. Corajudo bajo la intensa lluvia y a la deriva también en el que cerraba la tarde. Por su labor en el primero fue ovacionado y silenciado al final. También supo de avisos, aunque los repartió mejor que sus compañeros, uno en cada toro. Hasta en eso de los avisos ha habido diferencias. Tres en uno, dos en uno y uno en cada toro. Que no falte la diversidad y las diferencias.
La tarde ha sido diferente pues muchos, muchísimos, de los que huyeron en la primera parte ya no volvieron y así se estableció otra diferencia. O bien son más señoritos los que van a la sombra, que seguro que también, o son más aficionados los del sol, pues permanecieron más poblados los tendidos de la solanera que los de la sombra. Por si a alguien le quedaban dudas de dónde hay más aficionados de verdad en la plaza. Pensar lo contrario sería decir que son masoquistas y eso, además de no ser verdad, sería una falta de respeto a quienes han soportado con más agallas, y afición, esta tarde tan diferente.
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