la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 19 de febrero de 2018

BOGOTÁ 6ª / Épico final / por Jorge Arturo Díaz Reyes


El Juli y Luis Bolívar. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes

Emotivo cierre tuvo la temporada colombiana hoy en la Santamaría. El Juli recibió tres orejas e indultó el bravo 5º, “Lancero”, que lo corneó. Bolívar regaló el séptimo, de Mondoñedo, y completó dos orejas, pero ninguno salió a hombros. El ganadero Juan Bernardo Caicedo se refrenda triunfador.


Épico final

Bogotá, Colombia, II 18 18
No era concurso de ganaderías, pero como si lo hubiese sido, pues el parangón resultó insoslayable. Tres hierros de prestigio nacional con sus distintos encastes; los Santacoloma-Murube de Ernesto Gutiérrez, los Contreras de Mondoñedo, y los Domecq de Juan Bernardo Caicedo, saltaron en ese orden y no en el de antigüedad. Un conjunto dispar por necesidad. Pero también entre hermanos, aunque todos bien presentados, incluido el liviano cuarto. Los primeros, nobles, pero de poca fiereza. Los segundos, encastados, en diferente medida, uno de ellos, el cuarto, fue el único que buscó tablas. Y los terceros, destacados además de por bonitos, por bravo el indultado quinto, “Lancero, Nº 883, cuatreño, negro, de 485 kilos, que tumbó a William Torres mandándolo a la enfermería y luego corneó a Él Juli, también por enrazado, aunque bronco, el sexto. Se las vieron todos honorablemente con los caballos, hicieron aplaudir los picadores, desmonterarse a muchos banderilleros y con su diversidad dieron paso a una tarde intensa, rica y torera. 

El Juli, tramitó con suficiencia exenta de pasión al noble primero. Salvo una subliminal displicencia todo lo demás fue correcto y al fulminarlo con estocada contraria y vertical, ejecutada al raudo y desarticulado volapié, ganó la primera oreja. Frente a la casta del tercero no subió su gasto de adrenalina, pero tampoco desmereció. Lo qué pasó fue que lo pinchó dos veces antes del espadazo completo e inocuo que obligó a dos descabellos. Nada.

La concesiva plaza parecía no extrañar al Juli, Juli. Como si él fuera eso nada más. Cuando de pronto apareció el verdadero, el enervante, el inevitable, y lo hizo frente al serio y poderoso “Lancero”. Emocionantes ambos. Tras las verónicas de mano alta y la media rematada, el negro derribó a William Torres y se enceló fieramente, largamente con los caídos, pisoteando al jinete y apuñalando el peto. En un quite auténtico, de los de antes, Julián empalma tres lopecinas, una verónica y media estruendosa. Llama a Felipe Negret y le brinda la lidia y muerte. Cuatro doblones genuflexos lo adueñan de las embestidas codiciosas y la faena crece como la espuma en series de a cinco y seis, enjundiosas de parte y parte, ligadas, mandadas, bajas y vehementes. Por las dos manos el juanbernardo, va y viene sin tregua y parece que sin fin. Toma y dame, sin concesiones. Flamean pañuelos pidiendo la vida para el gran toro, cada vez más, pero la pelea no cesa. La entrega trae la cogida, dos veces el torero por lo aires. Descalzo, herido, maltrecho, vuelve a la zona de candela y encadena cuatro derechas, un cambio de mano, uno de pecho y otro del desdén. La plaza que se cae. Que ¡Torero! ¡Torero! Que ¡Indulto! ¡Indulto! La igualada, y el escándalo exige desistir, mientras la gualda bandera del perdón asoma. El Juli recibe las ofrendas simbólicas, pero no puede dar la vuelta. Bajo ruidosa ovación se dirige a la enfermería desde donde lo remiten a la Clínica del Country para cirugía.

Luís Bolívar, antes había construido una completa faena con el noble, pero sosón segundo, de 532 kilos. Dos largas cambiadas de rodillas, delantales, media y con una larga de pie pone a “Universitario” en suerte distante. Como en los concursos. Desde allí se arranca para la ovacionada vara de Cayetano Romero, que fue subrayada con un buen quite a la Verónica. Cierta tardanza y falta de furia resta. Pero el caleño se va arriba y templa, y liga y manda, y compensa poniendo lo que el otro niega. Primero por derecha como preámbulo de una faena de fundamento natural que sube con fuerza por los rugientes tendidos. Contenido y empaque. Tiempo, poso y sitio. La estocada tumba y la petición de la segunda oreja fue negada olímpicamente Nadie se hizo mala sangre por lo asimétrico de los fallos y la vuelta fue muy festiva.

Las lidias del mansurron cuarto y el incierto y áspero sexto acabaron silenciadas. Porque la del uno que tuvo muchos buenos momentos terminó en pincho, espada caída, doble descabello y aviso, y la del otro, porque resultó vencida entre los problemas del toro y la fuerza del viento. Antes de que rodara este, Luis anuncia que regalará el reserva de Mondoñedo; el cual acometió con brío y con el que no se ahorró, pero sin llegar a emular su buena primera e incomprendida faena. La gente y la banda le acompañan y la fiesta nacionalista se reactiva. La espada entra completa, ligeramente desprendida, pero eficaz. Otra oreja que abriría también para él la puerta de honor, pero desgraciadamente, ya sin El Juli en la plaza eso era imposible. Salió a pie.

La gente se fue contenta y Juan Bernardo con toda razón también. Lidió en todas las plazas y el trapío y la raza de sus toros brilló con luz propia, especialmente en Cali y dos veces en Bogotá. El toro tiene que ser y parecer, podría ser su emblema.

FICHA DEL FESTEJO
Domingo 18 de febrero 2018. Plaza de Santamaría. 6ª de “La Libertad”. Sol, nubes y gotas nubes. Más de tres cuartos de plaza. 
Tres toros de Mondoñedo 3º, 4º y 7º, bien pero dispar mente presentados y encastados. Dos Ernesto Gutiérrez 1º y 2º bien presentados, nobles y bajos de raza. Dos de Juan Bernardo Caicedo, bien presentados con lámina, indultado el 5º Nº 883 “Lancero, cuatreño, negro, de 485 kilos, indultado, y 6º, encastado en bronco.

El Juli, oreja, silencio y dos orejas simbólicas.
Luís Bolívar, oreja con petición de otra, silencio tras aviso, silencio y oreja en el de regalo.

Incidencias: Corneado El Juli en el muslo izquierdo por el 5º, terminó la lidia herido y fue remitido a la Clínica del Country para exploración y tratamiento. Saludaron: Ricardo Santana en el 2º, Carlos Rodriguez y Hernando Franco en el 4º, Gustavo García y Hernando Franco en el 6º. Ovacionado Clovis Velásquez en el 4º.


PARTE MÉDICO DE EL JULI: Tras la lidia del 5º toro ingresa a la enfermería el matador Julián López “El Juli, presentando cornada de 15 centímetros de longitud en la cara posterointerna, tercio superior del muslo izquierdo, paralela al pliegue glúteo que compromete piel tejido celular subcutáneo, aponeurosis y desgarro de fibras musculares isquiotibiales con trayectoria única de 6 cm. Posteromedial; se realiza exploración en la enfermería sin evidencia de compromiso vascular mayor ni nervioso, lavado exhaustivo con 300 cc. De SSN, aplicación de antimicrobianos, cubrimiento y se deriva para manejo quirúrgico definitivo a la Clínica del Country.
Firmado, doctores: Efraín Leal y Rodrigo Rojas

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