Un círculo vicioso que alguna vez debería romperse, ya que ese sistema que prevalece y se impone sin miramiento alguno puede tildarse de corrupto o de mafioso. Cuando toda una organización está solamente al servicio de unos pocos, eso es corrupción.
¡¡ ALARMAS !!
Curiosamente parece que se empieza a estar de acuerdo desde todos los ángulos. En este 2018 no solo ha habido una moción de censura en el Parlamento Español, también se está produciendo una moción de censura, si cabe más grande y coherente, con la Tauromaquia.
Hasta hace nada todo era cosa de unos cuantos locos, de unos llamados derrotistas, que queríamos subvertir el orden que el sistema tiene impuesto hace demasiado tiempo.
Pero saltaron todas las alarmas y ahora parece, sin ningún género de duda, que llevábamos razón quienes predicábamos en el desierto todos estos años. En OyT desde su nacimiento no hemos hecho otra cosa mejor, entre las que hayamos hecho bien, que denunciar y repicar con nuestro objetivo: Toro íntegro y Toreo auténtico.
Como no se daban en las plazas esas premisas, insistíamos e insistíamos convencidos de que era el único camino para mantener viva toda la esencia y la riqueza que la Tauromaquia debe ofrecer.
Para ello, para hacerlo realidad, era imprescindible que tomaran partido los profesionales del sector y aunque lo hayan hecho tímidamente, según nuestra opinión, al menos desde el lado empresarial algo se empieza a mover. Los toreros, los que mandan callan; los ganaderos, los que están montados en el carrusel de las exigencias de las figuras, callan también. Los que no mandan en ninguno de los dos grupos, aunque no debieran, callan también para evitar ser todavía más marginados. Siempre han creído, o les han hecho creer, que el toro pone a cada uno en su lugar. Así se manifiestan de puertas para afuera, en privado ya es otra cosa.
Un círculo vicioso que alguna vez debería romperse, ya que ese sistema que prevalece y se impone sin miramiento alguno puede tildarse de corrupto o de mafioso. Cuando toda una organización está solamente al servicio de unos pocos, eso es corrupción.
Pero unos pocos golpes de efecto han abierto las ventanas de par en par y resulta que hay otros toreros con los que no se contaba. Estos, ahora ya es sabido, interesan mucho más que los instalados en los puestos cimeros y esa convulsión ha removido algunas conciencias como para que los empresarios no quieran seguir siendo ‘estrangulados económica y organizativamente’ por unos desaprensivos a los que solo les importa ellos mismos.
Las alarmas han puesto a todos en alerta y ahora ya se dice sin tapujos que así no se puede seguir. Claro que algunos lo llevamos diciendo tres lustros en esta casa siendo ignorados y, en parte, arrinconados por el sistema imperante. Allá cada cual, pero nosotros hacíamos nuestra tarea con independencia, mientras muchos otros miraban para otro lado.
Será muy tarde, bastante tarde, lo de la alarma general, pero mejor tarde que nunca.
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