la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 23 de mayo de 2012

ANTONIO BIENVENIDA, TORERO DE MADRID

ANTONIO MEJÍAS JIMÉNEZ, BIENVENIDA
Caracas (Venezuela), 25 de junio de 1922 - Madrid, 7 de octubre de 1975.
Alternativa: 9 de abril de 1942, en Madrid.
Confirmación: 9 de abril de 1942
 

 Vino al mundo en Caracas, Venezuela, el 25 de junio de 1922. Por circunstancias, nació en el hotel Madrid de la capital venezolana, donde su padre se encontraba toreando. Se cría en un ambiente taurino pues es niethijo y hermano de toreros. Es el séptimo de los diestros de igual apodo, de entre los cuales su padre, Manuel Mejías Rapela, El Papa Negro, y sus hermanos Manolo y Pepe lograron ocupar un puesto destacado en la historia de la tauromaquia. Cuando tiene dos años, su padre decide que toda la familia regrese a España, su patria natal, tras varios años viviendo en América, continente en el que El Papa Negro decidió instalarse cuando se inició su decadencia en los ruedos españoles. Su primera corrida la presencia en Sevilla. El cartel lo componían Marcial Lalanda, Armillita Chico y Mariano Rodríguez, El Exquisito. En 1936 Antonio empieza a actuar lidiando becerros. En los comienzos de su carrera artística se pretendió que formara pareja artística con Pepe Luis Vázquez, proyecto que no llegó a cuajar. Antonio sentiría siempre un gran respeto por Pepe Luis, aunque los toreros a los que más admiró fueron Juan Belmonte y Domingo Ortega. A los Dominguín le unía un gran afecto, a pesar de que los Bienvenida y los Dominguín eran dos dinastías toreras rivales.

El aprendizaje del oficio lo hace Antonio durante los años de la Guerra Civil. Unos meses después de que concluya la contienda, el 3 de agosto de 1939 se presenta en el coso de Madrid para matar novillos del hierro de Terrones junto a Joselito de la Cal y Rafael Ortega, Gallito. En la campaña de 1940 florece el arte de Antonio, que consigue importantes triunfos. Destacan sus actuaciones en Sevilla, en cuyo coso actúa cinco tardes, logrando salir victorioso en cuatro ocasiones. Sufre también alguna cogida, como la que le infiere un novillo del hierro de Concha y Sierra el 3 de agosto en Huelva. La temporada siguiente sigue toreando a buen ritmo y suma 30 novilladas. El único incidente de importancia es la cornada que le da un toro el 22 de junio en Granada. En abril sufre un contratiempo en la plaza de Sevilla. En cambio, en la plaza madrileña triunfa el 18 de septiembre. Ese éxito, que durante mucho tiempo resonará entre los aficionados, le consagra.


La alternativa

Antonio ya está preparado para recibir la alternativa en Madrid, que le da su hermano Pepe el 9 de abril de 1942. Los dos espadas estoquean cinco ejemplares de Miura y uno de Tovar. El toro con el que Antonio consigue el doctorado lleva por nombre Cabileño, cárdeno de capa y marcado con el hierro de Miura. El 2 de julio de ese año cosecha un nuevo triunfo en la capital, pues consigue cortar dos apéndices. Unas semanas más tarde, el día 26, en Barcelona el astado Buenacara, de don Ignacio Sánchez, le propina una fuerte cornada, atravesándole el vientre. A consecuencia de las heridas se mantiene lejos de las plazas durante más de dos meses. Esa campaña suma 21 corridas, 27 en 1943 y 25 en 1944. Este año triunfa en Madrid los días 15 y 24 de mayo, pero en general tanto esta temporada como la anterior no realiza grandes gestas. En invierno marcha a México y en 1945 no pisa las plazas españolas. Únicamente participa en dos corridas celebradas en tierras portuguesas.


Su regreso a los ruedos españoles en el año 1946 se salda con 31 corridas que mejoran su estadística de las anteriores temporadas. La siguiente campaña toma parte en 24 corridas. El 15 de mayo, un toro de Rogelio Miguel del Corral le infiere una seria cornada en la pantorrilla. Con los seis toros de Antonio Pérez que mata el 21 de septiembre en Madrid alcanza un gran éxito. Finalizada la temporada en España, viaja a Perú para participar en cuatro corridas. En la del 23 de noviembre se enfrenta como único espada a seis ejemplares de La Viña. Después marcha a Ecuador, donde sólo tiene dos actuaciones. Durante 1948 supera los números de las campañas anteriores; en las 53 corridas que torea ese año suma más triunfos que fracasos. En la plaza madrileña toca pelo el 12 de mayo, 17 de junio y el 30 de septiembre. En 1949 toma parte en 31 corridas, con menos triunfos que el año anterior. A finales de año, las plazas de Perú y Venezuela son testigos del oficio de Antonio. Numéricamente su temporada del año 50 es poco intensa; el diestro sólo despacha diez corridas.



La campaña de 1951 se salda con 19 corridas. En los últimos meses del año y primeros días del siguiente actúa en Perú y Colombia. Suma 19 corridas en 1952, varias de ellas en el coso madrileño. En la capital está especialmente afortunado la tarde del 12 de octubre ante los toros de Conde de la Corte. Los números crecen. Así, en 1953 alcanza las 30 corridas con gran éxito en algunas, como la de Madrid del 17 de mayo. La temporada siguiente cosecha 34 actuaciones, de las que la más destacada es la del 30 de mayo en Madrid, en la que mata seis astados de Graciliano Pérez-Tabernero. Al acabar la temporada actúa en Perú y, ya en España, en 1955, son 35 sus actuaciones. En San Isidro no estuvo especialmente acertado, si bien el 3 de julio, en la corrida del Montepío de Toreros, estoquea seis toros de Francisco Galache en solitario, lo que le vale un nuevo triunfo. En Zaragoza, el 14 de octubre, sufre una cornada grave en el muslo.
Otra cornada
La siguiente campaña despacha 33 tardes, dando destellos aislados de su arte en el ruedo de Las Ventas, logrando un trofeo el 7 de junio y un éxito importante el 5 de julio. Un burel de Prieto de la Cal le hiere en la ingle el 17 de agosto de Ciudad Real. Al acabar 1956, actúa en Colombia.

En 1957 no acude a Las Ventas. El coso de Salamanca es el escenario donde el 21 de septiembre triunfa estoqueando cinco de los seis toros de la tarde, por haber quedado impedidos para la lidia sus compañeros de cartel. En la corrida benéfica a favor de los damnificados por las inundaciones de Valencia, celebrada en Málaga el 17 de noviembre, le alcanzó un toro, causándole importantes lesiones óseas en una pierna.

La campaña de 1958 despacha 24 corridas. El 17 de mayo, un manso ejemplar de don Juan Cobaleda le coge y el diestro sufre diversas contusiones de importancia y una cornada grave en el cuello, que pudo haber resultado mortal.

 En 1959 y 1960 se mantuvo en los primeros puestos del escalafón. Siguió toreando, pero la merma de sus facultades físicas empezaba a ser evidente, pues acumulaba muchos años como matador de toros a sus espaldas.




Los doce toros en solitarioEl 16 de junio de 1960 emprende la gesta de torear como único espada en dos sesiones, una vespertina y otra nocturna, doce astados, cada uno de un hierro distinto. Cuando llevaba toreados nueve, tuvo que abandonar, pero este gesto del maestro sólo puede considerarse como un triunfo, fruto de una voluntad incansable. Tras el intento frustrado de estoquear doce toros, comienza el declive artístico de Antonio Bienvenida, que ve cómo sus contratos se van reduciendo. En ese año de 196, sólo se viste de luces doce veces.

La siguiente temporada actúa 17 veces, que se reducen a trece en 1962. El 18 de julio de 1961, en la plaza barcelonesa de Las Arenas, recibe otra cornada, de pronóstico grave. En esta ocasión es un toro de la ganadería de don José Matías Bernardos el que le cornea en el muslo derecho.

Sin embargo, en 1963 se produce una remontada. Así, en Las Ventas, el 30 de junio, corta tres orejas a los toros de Carlos Núñez. Esa puerta grande en Madrid es su mayor éxito ese año. El 29 de septiembre torea en Caracas, con toros de Xajay. Los otros dos espadas son Félix Briones y Luis Sánchez, Diamante Negro. Esa tarde sería la última que torearía el mexicano Briones. El día antes, había participado en una corrida en Madrid con reses de Palha junto a Luis Segura y Andrés Vázquez. Ese año de 1963 completó 21 actuaciones y el siguiente sumó 25.
Seis toros en La Chata
En la campaña de 1964 obtiene un gran triunfo el 15 de mayo en la plaza de Vista Alegre, en el barrio madrileño de Carabanchel, enfrentándose en solitario a seis toros de Félix Moreno de la Cova, Antonio se llevó cinco trofeos y salió a hombros por la puerta grande. Los días 7 y 8 de agosto está en Colombia, pues torea los dos días en la plaza de Medellín. En la corrida del día 7 un toro es devuelto al corral, pero esto es sólo una anécdota en la carrera de Antonio, a pesar de que siempre tuvo problemas con la espada.

Posiblemente la mejor faena de su vida es el 5 de septiembre de 1964, con un astado de la ganadería de Cembrano en el coso de San Sebastián de los Reyes. El 16 de mayo de 1965 repite su gesta del coso de Vista Alegre , con reses de la sangre de Saltillo y un astado de Juan Antonio Álvarez. Esa campaña de 1965 se saldó con 27 corridas.

En el 66 experimentó una subida notable en su número de actuaciones, alcanzando las 52 corridas. El 13 y el 17 de febrero toreó en Lima, el 13 de marzo actuó en el coso colombiano de Bogotá, y el 21 en la plaza venezolana de Táriba. Éste es el año en que se retira del toreo. La despedida de los ruedos fue en Las Ventas, el 16 de octubre de 1966, después de estoquear toros de los hierros de Urquijo de Federico, Graciliano Pérez-Tabernero, María Montalvo, Salvador Guardiola y dos astados de la ganadería de El Pizarral . Antonio corta una oreja al toro de Graciliano, a los dos de El Pizarral . Tras la muerte del sexto de la tarde su hermano Pepe le corta la coleta. Nadie podía imaginar entonces que algún día volviera a vestirse de luces.

Festivales benéficos... y reaparición
Antonio continuó actuando en festivales benéficos de forma altruista. Desde 1967 hasta 1970 torea en corridas festival y también lo hace en el campo. Esos años lleva negocios dedicados al mundo del automóvil. En 1970 se plantea su reaparición y comienza a entrenar en el campo con Luis Miguel Dominguín, que también preparaba su retorno a las plazas en aquella época. Llega a entrenar incluso con los jugadores del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu. El regreso es el 18 de mayo de 1971, en Las Ventas, con reses de Samuel Flores, en una corrida en la que confirmaba alternativa el mexicano Curro Rivera y el tercer espada de la tarde era Andrés Vázquez.


El coso madrileño vuelve a ser escenario de uno de sus triunfos el día 30, cuando torea en una corrida concurso de ganaderías en un mano a mano con Andrés Vázquez, que resulta cogido y Antonio tiene que estoquear toros de diversos hierros, logrando cuatro apéndices. Esa campaña despacha 27 corridas y en trece de ellas coincide con Luis Miguel Dominguín. En 1972, año en que cumple medio siglo de vida, suma 20 corridas y en la siguiente temporada actúa 17. Ese año de 1973 es el de su última visita a América, donde torea por última vez el 10 de junio en la plaza de Valencia, en Venezuela, en un mano con mano con Curro Girón. El ganado era del hierro de Guayabitas. El 27 de agosto sufre la última cornada de su vida como profesional, en la plaza de San Sebastián de los Reyes, cuando un ejemplar de Miguel Higuero, al que logró cortarle las dos orejas, le dio un puntazo en la axila izquierda.
El último toro de su vida
Para 1974 sólo firma 11 contratos. La última de esas actuaciones será en la madrileña plaza de Vista Alegre. Brinda su último torro a su hermano Ángel Luis, diciéndole que será el último que mate en su vida. Abandona su carrera profesional, aunque seguirá actuando en festivales benéficos y en tentaderos.

El día 4 de octubre de 1975 acude junto a su hermano Ángel Luis y a Miguel, hijo de éste (que tenía especialmente ilusionado a su tío Antonio, pues veía en él un posible continuador de la dinastía familiar) a un tentadero en la finca de doña Amelia Pérez-Tabernero. Antonio y su sobrino torean unas vaquillas. Una de ellas, Conocida, permanece junto a la puerta de la placita por la parte de afuera, y vuelve a entrar en el ruedo cuando la puerta se abre para que entre el siguiente animal. Antonio permanece de espaldas a la puerta y la vaquilla le coge, volteándole con fiereza. Bienvenida cae en mala posición y se lesiona gravemente en las vértebras. A consecuencia de esto fallece en la clínica de La Paz, en Madrid, en la tarde del día 7.

Señor del toreo
Antonio Bienvenida fue todo un señor maestro del toreo. Pocos como él han tenido un conocimiento tan hondo del estado de los toros, de los terrenos de la lidia y de todas las suertes, que ejecutaba con gran perfección. Su toreo, alegre y nostálgico a la vez, se fundamentaba en una maestría inigualable. Por lo que respecta a su táctica y técnica de la lidia era un diestro dominador. En cuanto a su estilo, combina la gracia andaluza con una austeridad majestuosa.

La manera de lidiar de Antonio desprende algunas notas del desenfado de la escuela sevillana, pero su toreo era ante todo clásico y profundo, repleto de las esencias del oficio. Su concepción de la lidia le llevaba a exponerse a riesgos en numerosas ocasiones, y prueba de ello son los múltiples y serios percances que sufrió a lo largo de su carrera. Los aficionados le consideran un torero alegre, calificativo que no es del todo ajustado a la realidad. Huía del dramatismo, pero fuera de su gracia, de sus adornos y de su casi constante sonrisa, su toreo era serio, grave, riguroso. Antonio era, como todos los Bienvenida, risueño, de ahí que la sonrisa aflorara constantemente a sus labios. Esto molestaba a algunos aficionados, a aquellos que gustaban de los gestos dolorosos y de las muecas de sufrimiento en el rostro del diestro. Lo cierto es que este gesto de Antonio obedecía a una máxima de su padre según la cual al público debe trasmitírsele alegría para aliviarle el trance de ver a un hombre jugarse la vida. Sus lances de capa eran maravillosos, fue un banderillero excepcional y sus faenas de muleta son todo un modelo de arte. Un torero serio, que adoptó posturas inflexibles ante ciertos desmanes, como el afeitado de los toros, práctica que le repugnaba.

Antonio Bienvenida
fue todo un señor torero. Fue un profundo conocedor de la liturgia taurina y veía la lidia como un rito, algo que le venía por herencia familiar. Llevó siempre el traje de luces con un clasicismo señorial. Mantenía la tradición familiar de salir de casa o del hotel con el capote de paseo abierto, con el brazo izquierdo por debajo de la esclavina, costumbre que ya casi se ha perdido. Su enorme afición, su rico repertorio en los tres tercios en la lidia y su simpatía arrolladora le hicieron ganarse el afecto de los aficionados. Su carrera fue una de las más largas y limpias de todas de la historia de la tauromaquia.


Homenajes tras ese 1975 
Tras su muerte, no sólo el pueblo español se volcó en su memoria. También las instituciones, organismos y empresas privadas quisieron honrarle en los años sucesivos a ese fatídico 1975. A continuación detallamos algunos homenajes que se hicieron a la memoria de Antonio Bienvenida en los años siguientes a la tragedia:
- Calle con su nombre en el barrio del Niño Jesús, en el distrito madrileño de El Retiro (1975).
- ‘Oreja de oro’ de Radio Nacional de España (1975).
- Medalla de plata al Mérito Sindical (1975).
- ‘Estoque de Oro’, de San Sebastián (1975).
- Su nombre al premio Biarritz de cada Feria de San Isidro desde 1976.
- Su nombre al trofeo al Arte de la Casa de Córdoba en Madrid desde 1976.
- Placa homenaje en la plaza de toros navarra de Fitero (1976).
- Placa en la plaza de toros francesa de Dax (1976).
- Trofeo Radio Madrid (1976).
- Homenaje de la Diputación Provincial de Madrid (1976).
- Placa en la entrada de la puerta grande de la plaza de Las Ventas (1976).
- Festival pro monumento en la plaza de Las Ventas (1976).
- Inauguración del monumento ante la puerta grande de la plaza de Las Ventas (1977).
- Homenaje de la Caja de Ahorros de Madrid, que edita y regala durante San Isidro un libro sobre su memoria (1977).
- Azulejo en la madrileña calle de General Mola, 3 (1979).
- Su nombre a una calle del Real de la Feria de Sevilla (1981).
- Su nombre a la Biblioteca Pública Municipal de Bienvenida (Badajoz) (1985).
- Feria de Otoño de 2000 a su nombre.

2 comentarios:

  1. El torero mas grande que he visto. Y voy los toroe desde los 8 años y tengo 75. Dios lo tenga en la gloria.

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  2. El torero mas grande que he visto. Y voy los toroe desde los 8 años y tengo 75. Dios lo tenga en la gloria.

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