“Para que un toro mate mi hijo, tiene que tirarle un cuerno” (Gabriela Ortega, madre de Joselito)”
EN EL 99
ANIVERSARIO DE LA MUERTE
DE JOSELITO.
José María Martínez-Rivero
Mayo de 2019, en Collado Villalba.
Tal era la
sapiencia taurina del diestro de Gelves que hasta su madre era consciente de
ella. Pero no le tiró un cuerno, el toro Bailaor
de la viuda de Ortega, le sorprendió, le empitonó y murió a consecuencia de la
tremenda cornada en el estómago. Ingresó cadáver en la enfermería. Parece ser
que las últimas palabras del diestro de Gelves fueron: ¡Mascarell,
Mascarell...!
Llamando a su médico de
confianza.
José Gómez Ortega,
Gallito, andando el tiempo Joselito.
Nació el 8 de mayo de 1895 en Gelves (Sevilla) en la Huerta de El Algarrobo.
Murió por un toro en Talavera de la Reina el día 16 de mayo de 1920. Desde edad
temprana destacó su afición por el mundo del toro. Vivió un ambiente puramente
taurino, pues, su padre, era el señor Fernando El
Gallo, matador de toros. Se considera, por la
crítica taurina, el torero más completo de la Tauromaquia. Es famoso el video en
el que puede verse a Joselito,
poniendo un par al quiebro a un toro en la plaza de Madrid, saliendo andando de
la suerte.
Toreó 121
novilladas y 681 corridas de toros. En Lima actuó en 9 festejos en 1919.
Estoqueó 1542 toros.
Como gran
figura del toreo que fue, actuó con Juan Belmonte El
Pasmo de Triana,
en 257 tardes. Al lado de su hermano Rafael Gómez, “El Gallo”, lo hizo en 184
corridas. Con la figura del toreo mexicano Rodolfo Gaona, figuró en 139
carteles.
Manuel
Rodríguez Manolete, padre
del Monstruo de Córdoba, toreó a su lado en 13 tardes. José Flores, Camará
en su época de matador de toros – recibió la alternativa de manos de Joselito-,
participó en 31 corridas con el diestro de Gelves.
Figura máxima
del toreo, no dudaba en actuar en Madrid, plaza de máxima exigencia; lo hizo en
81 tardes. En Barcelona en 64 ocasiones. Entre la Real Maestranza y la
Monumental de Sevilla se repartieron las 58 actuaciones en esa capital. Llegó a
torear –como dato curioso- en San Martín de Valdeiglesias.
Diestro de gestos
y de gestas, actuó como único espada en 25 tardes entre 1911 y 1920. En Madrid
–año 1914- mató siete toros de don Vicente Martínez. En Valencia, seis toros de
Miura, en 1915. En el año 1917 y en Sevilla, estoqueó seis toros de Carmen de
Federico.
Sus actuaciones
en Madrid eran apoteósicas.
Compareció
entre los años 1913 y 1920 otorgándosele un total de 19 orejas y un rabo, este
en la corrida del 10 de octubre de 1918, del toro Zigarrón
de Guadalest.
Joselito, era un torero de valor probado, con un conocimiento
extraordinario del toro y de los terrenos del mismo, que solo sufrió siete
percances, incluido el de Talavera. La cornada más grave fue la que infirió un
toro de Benjumea, en Madrid, el primero de mayo de 1919 de 16 centímetros en el
muslo izquierdo.
Los novilleros
que habrían de pasar al escalafón superior tenían como meta que la alternativa
se la diera Joselito. Solo dio 11.
Destacamos las de Dominguín, Sánchez Mejías, Camará
y Florentino Ballesteros.
Desde 1915 a 1919 encabezó el
escalafón. En ese año de 1919 le superó Juan Belmonte con 109 corridas.
Si Joselito
era una de las máximas figuras de la época ¿cómo es posible que se decidiera a
actuar en una plaza de tercera categoría como era la de Talavera de Reina?
En el periódico
ABC, número 5416, de fecha 18 de mayo de 1920 –archivo del autor-, don Gregorio
Corrochano, insigne escrito taurino y maestro de maestros, explicaba, con
detalle el porqué:
Como a cerca de esta
corrida se ha fantaseado tanto voy a referirlo con todos los detalles que yo
conozco, por mi parentesco con los ganaderos. El hijo mayor de la ganadera
arrendó la plaza para lidiar sus toros y contrató a Sánchez Mejías...
Como la plaza es pequeña
y no tiene defensa para la empresa se pensó en dos toreros de cartel más
barato. Yo recomendé a Larita..., Sánchez Mejías recomendó a Paco Madrid, y así
quedó pensada la corrida. A nadie se le ocurrió pensar en Joselito, pues al fin
y al cabo, era una corrida de pueblo...
Don Leandro Villar, le dijo al Sr. Olmedo –empresario de la plaza-:
- ¿Porqué no lleva usted a Rafael el Gallo, que daría más cartel a la corrida y lleva una buena temporada?
- Porque esta plaza no da para tanto, le respondió.
- ¿Me cede usted el negocio y me comprometo a traer a Rafael?
- De acuerdo.
Y así quedó comprometido – en principio-, el cartel: se lidiarían toros de la Viuda de Ortega por los diestros Rafael el Gallo y Sánchez Mejías.
Enterado Joselito de este cartel dijo al empresario:
- ¿Y porqué Rafael y no yo?
- Porque tú eres muy caro para Talavera.
- Yo soy el más barato –dijo Gallito- porque soy el de más público.
Entre
unas cosas y otras quedó el cartel de la siguiente forma: toros de la Viuda de
Ortega para José Gómez, Gallito
y Sánchez Mejías. Más le hubiera valido no cambiar el cartel y dejarlo como en
principio se confeccionó.
El
diestro de Gelves había toreado el 15 de mayo, en Madrid, junto a Juan Belmonte
y Sánchez Mejías toros de Medina Garvey y Felipe Salas. La tarde no resultó
nada triunfal y se dice que un espectador, indignado, le gritó: ¡Ojalá
te mate un toro para Joselito
mañana en Talavera!
Los
presagios no eran nada favorables al diestro de Gelves pues él mismo comentó
que al romperse el botijo del agua donde figuraba su nombre, cuando viajaban en
el tren, camino de Talavera, dijo: ¡Se acabó Joselito!
Cierto
o no, algo misterioso sucedió.
Cuando
España se entera de la muerte de Joselito en Talavera, el mejor de los toreros, el más
valiente, el lidiador, el clásico; el asombro es impresionante.
En
su libro Cinco lustros de toreo,
crónicas y críticas, de ediciones la Fiesta Brava (1933), don José Díaz de
Quijano nos relata las horas posteriores a la muerte de Joselito:
Noche
trágica del 16 de mayo. Estamos sin prensa, sin noticias concretas de
Talavera...
¡Joselito
muerto por un toro!
No, no.
No es posible. No hay prensa de noche: serán rumores. Acaso una cornada
grave...
Y, sin
embargo, vamos empapándonos de la atroz realidad, por más que le cerremos todas
las puertas del sentimiento.
Nunca se
nos podrá borrar de la memoria la alucinación angustiosa de esa noche extraña,
inverosímil...
Parece
que todo el mundo está hablando en voz baja, como si velara el cadáver con un
gran miedo y una gran tristeza en el alma...
¡Joselito
muerto por un toro!
¡Ah que
cosa absurda! ¡Si no es posible! Pero la realidad, la verdad, va filtrándose en
todas las conciencias de manera implacable; la ola negra rueda; la nube negra
flota, y avanza y anegan la ciudad de Madrid, de calle en calle de plaza en
plaza, repitiendo y repitiendo- lúgubre eco- el suceso sensacional: ¡la muerte
de Joselito!
Joselito
es ya el pasado. Ayer...
¡Qué
abismo!
Don
Quijote –seudónimo de Díaz de Quijano-, refiriéndose al toreo de Joselito dejó
escrito:
Torero
de asimilación, torero no genial, pero el enorme, gigantesco, Joselito- aunque
no quieran reconocerlos determinados joselitistas- se está asimilando al toreo
rondeño, el de Belmonte; y desde hace un par de años sin perder su personalidad
de torero largo, completo y sevillano –de la escuela sevillana- está prodigando
el toreo clásico, menudeando faenas como la de Barcelona, que a pesar de ser
tan clásica, tan sobria y... belmontina, ha entusiasmado a los gallistas tanto
como a mí... a mí.
Que
soy belmontista, le faltó añadir.
Esto
que dejó plasmado en papel el cronista se refería a la corrida celebrada en
Barcelona en 1917 en la que en su crónica tituló: Joselito ha
realizado el día de San José la mejor faena de su vida.
Celebramos
este 16 de mayo de 2019 el acontecimiento trágico de su muerte a los 99 años de
producirse el mismo. Refiriéndose a esto
el genial Juan Belmonte García, en cierta ocasión dijo: En Talavera,
en Talavera, fue donde me ganó la partida.
¿Qué
quería decir don Juan Belmonte? Nos lo imaginamos.
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