la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 12 de agosto de 2020

SOBRE CARGAR LA SUERTE Y OTRAS / por José María Sánchez Martínez-Rivero



Cargar la suerte no es abrir el compás, porque con el compás abierto el torero alarga, pero no profundiza; la profundidad la toma el torero cuando la pierna avanza hacia el frente, no hacia el costado.

(Domingo Ortega)

Diego Urdiales

SOBRE CARGAR LA SUERTE Y OTRAS

José María Sánchez Martínez-Rivero
En Collado Villalba, agosto de 2020.
Presenciando en la plaza de las Ventas una corrida de toros, mi vecino de localidad, al dar el torero un zapatillazo adelantando la pierna contraria a toro parado para que se arrancara, me dijo:

- ¡Habrá observado como carga la suerte este torero!

Le miré y le dije:
-Pues..., puede ser.

Era el primer toro y no quería polémica alguna.
Domingo Ortega nos dice que es cargar la suerte:

Cargar la suerte no es abrir el compás, porque con el compás abierto el torero alarga, pero no profundiza; la profundidad la toma el torero cuando la pierna avanza hacia el frente, no hacia el costado.

Continúa:
La enjundia del torero es aquella en que el torero se enfrenta echándole el capote o la muleta adelante, para, a medida que el toro va entrando en la jurisdicción del torero, ir templándole, ir inclinándose sobre la pierna contraria, al mismo tiempo que esta avanza hacia el frente, es decir, alargando el toro al mismo tiempo que por si se va profundizando.

Basta observar en alguna corrida a muchos de los matadores de hoy: zapatillazo y pierna contraria adelante; pero a toro parado para que se arranque. No se carga la suerte así. 
Pero en los tiempos que en que le tocó vivir a Manuel Rodríguez, Manolete, no cargar la suerte era pecado mortal. Fue muy criticado por ello. Pero atendiendo a las imágenes que hemos visto de su toreo, Manolete cargaba la suerte a veces sí y a veces no. 
Cuando fue criticado por lo que hemos reseñado, el maestro de la crítica K-Hito, le defendió,   diciendo que cargar la suerte era una ventaja.

Manolete es ése. El mejor, el único, el que ha milimetrado el toreo, el que ha revuelto todas las reglas de torear, el que acabó con de lo cargar la suerte y tantas otras bagatelas. La suerte no se carga sobre las piernas, que esa es una ventaja que Manolete rechazó. El torero debe jugar sólo el brazo y la muñeca, y con eso basta...


Es el propio diestro de Córdoba, quien dejó escrita su opinión de cómo debía ejecutarse el pase natural:

La pierna izquierda tiene que quedarse completamente inmóvil, y cuando el pase llega a su terminación, es entonces cuando hay que girar con la pierna derecha hasta quedar en posición de darle el siguiente muletazo en el mismo terreno en que inició el primero, y así sucesivamente...
Todo eso que se dice de “cargar la suerte” en el natural viene a ser lo que cargar la suerte en las otras fases del toreo. Esto es simplemente una ventaja para el torero puesto que se desvía más fácilmente el camino que trae el toro. Cargar la suerte, yo lo creo así, es tan solo una ventaja. 


Pepe Luís Vázquez Garcés, el maestro, habla sobre cargar la suerte: 

El pecho del torero ha de estar frente al toro, la pierna natural adelantada y solo avanzar la contraria cuando el toro inicia la arrancada. Si la echas antes de tiempo ya no es cargar la suerte ni nada. 

QUIEBRO O CAMBIO.

En el club Guerrita, situado en la calle del Conde de Gondomar, de Córdoba, entre sus beatos y admiradores pontificaba el célebre diestro Guerrita ya retirado del toreo. Dedicábase a admirarse a sí mismo, a dejarse admirar por los demás y a cuidar de sus millones y de sus cortijos. Sentenciaba, juzgaba y definía en materia de toreo y sus juicios, sentencias y definiciones eran inapelables e incontrovertibles. Entramos mi amigo y yo al citado club con ánimo de escuchar al maestro. Mi amigo, gran conversador, le preguntó si había presenciado las corridas de Sevilla.

Yo  no - dijo el Guerra-; no me molesto de por ver a esos mamarrachos.

Mi amigo le hizo el relato de ellas y ensalzó la labor de Bombita.

Ese es un “jua” – dijo Guerrita despectivo.

Mi amigo ponderó, aún más, la labor de Bombita.

“Too” lo que ha hecho ese “jua” ha “sio” una “chalaura”, porque los terrenos…

¡Oiga!,- le dijo mi amigo, sin poder contenerse.

¿Qué pasa? – dijo el Guerra sorprendido por la interrupción.
Pasa que usted no puede opinar sobre esto.

¿Qué yo no puedo opinar?- dijo el torero, con cara atónita -. ¿Por qué?
Porque ha confesado usted que no había presenciado las corridas, y de lo que no se conoce, no puede opinarse y, además, porque aunque las hubiera visto, su opinión no tendría valor, porque usted no entiende una palabra de toros.
¿Qué yo no entiendo una palabra de toros? –dijo, con expresión de hipnotizado, mirándose con asombro, cual si dudara de quien estuviera dentro de su chaqueta fuera él.

Excuso decir cómo pudimos salir del club.
(Del libro, “De toros”,  de Julián Cañedo 1955)

Antonio Márquez, marcando el quiebro en banderillas al quiebro en tablas
 (Foto archivo Vaquero)

Me sirve está anécdota para comenzar a discernir si se debe decir par al cambio o par al quiebro, ya que el que dice: par al cambio no entiende una palabra de toros, tal como le dijeron al Guerra.

Vamos a razonar porqué se debe decir par al quiebro y no par al cambio. Lo haremos con argumentos de maestros de la crítica tales como “Uno al Sesgo”, “Don Quijote” y el llorado Vicente Zabala.
Cuando banderillea el matador al quiebro, hay quien dice –incluimos a periodistas o comentaristas-  par al cambio.  ¿A que cambio, se refieren? ¿Al del dólar con respecto al euro? 
Sigamos a Don Quijote (seudónimo del crítico José Díaz de Quijano) que dice en su libro “Cinco lustros de toreo”, página 620, publicado en 1933, por Ediciones  “La fiesta Brava” de Barcelona:

No se canse “Uno al Sesgo” en predicar la recta tecnología taurina ¡nada conseguiremos! Y lo triste es que son los críticos, los revisteros taurinos, los empecinados y contumaces. Yo transijo y hasta empleo el término “gaonera”…
Pero ¿cómo transigir con el par al cambio?
Está de sobre explicado y dilucidado y además es claro como el agua, que con las banderillas no se puede “cambiar”, sino “quebrar” (al revés que con la capa o con la muleta), pero nuestros compañeros los críticos, son los primeros en persistir, empecinados en el error. Están envenenados de elixires y de sahumos de almizcle, y no hay medio de escriban con claridad y según la recta tecnología taurina. 
No se canse “Uno al Sesgo”. Seguirán llamando “pases ayudados” a los pases con la derecha, y pases “cambiados” (con los que nada se cambia) a los ayudados; y seguirán diciendo, pese a “Uno al Sesgo”  y a Montes, que con la derecha no se puede torear al natural…
Hay que dejarlos. Vivimos en plena incongruencia taurina. (1929)

Vicente Zabala en su libro “La entraña del toreo”, editado por Editorial Prensa Española, en 1968 dice:

 Para aquellos lectores que no conocen las diversas suertes de banderillas he generalizado, sintetizando las tauromaquias de Pepe illo, Paquiro, Guerrita y Amós Salvador las variadas formas de parear.
Las tres primeras que se conocen son las del cuarteo, a topa carnero y a la media vuelta; después vinieron al sesgo, al relance y al recorte (que ya aparecen en la Tauromaquia de Montes); y posteriormente al quiebro, a toro corrido y de frente.
El maestro de la crítica taurina y maestro de críticos taurinos don Gregorio Corrochano, escribió en cuanto al quiebro o cambio:

Quiebro. El banderillero espera a pie firma la embestida recta del toro. Cuando llega, saca el pie, carga la suerte y quiebra la recta embestida, evitando el embroque. Quiebro. Cambiar es citar por un lado y dar salida por el otro con el engaño. No se puede cambiar a cuerpo limpio.

Vista la opinión de estos maestros queda, pues, claro que se debe decir par al quiebro y nunca par al cambio. Pero en 2020, todavía se podrá  oír “par al cambio”: Hay que dejarlos. Vivimos en plena incongruencia taurina.


2 comentarios:

  1. Sin duda si que se han “cargado a suerte” los comentaristas o revisteros que no se ciñen a los términos correctos y de la antigua e original usanza. Nada como los comentaristas que saben y hablan con propiedad del mundo taurino como usted Don José María Sánchez que nos hace disfrutar con sus oportunos y sabios comentarios acompañados de fotos extraordinarias. Olé y Olé, que no se pierdan los que saben la narrativa y conocimientos de la tauromaquia!! Las fotos espectaculares la penúltima exquisita!

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  2. Bravo, Bravo y Bravo. Comentarios con conocimiento y argumentando los mismos, excelentes fotografias y el video demuestra todo los expuesto. Tengo felicitarle Don José María, siempre se aprende con Ud. Mucha gracias

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