- Una matanza disfrazada cínicamente por el PSOE, el PP, Podemos y Sumar
- No son 'interrupciones': los 2,86 millones de abortos en España explicados sin eufemismos
El aborto provocado -en términos médicos, el acto de matar a un ser humano en el vientre materno- es legal en España desde 1985.
En una sociedad que se complace autoproclamándose "avanzada" respecto de épocas anteriores, se está cometiendo la monstruosidad de matar a los hijos antes de que nazcan y se usan eufemismos para disfrazar ese crimen y que la cosa no sólo deje de parecer algo repugnante, sino que incluso sea presentada como el ejercicio normal de un "derecho", como si el acto de deshacerse de un hijo fuese algo equiparable a elegir a quién vas a votar, qué películas deseas ver o dónde quieres pasar tus vacaciones de verano.
Me niego a utilizar eufemismos para colaborar en esta hipocresía casi general que disfraza un crimen llamándolo "derecho" o "interrupción voluntaria del embarazo", como si a los hijos por nacer les preguntasen si quieren ser matados o como si sus vidas no importasen lo más mínimo, porque ni siquiera tienen voz para gritar cuando les despedazan.
Ayer, el Ministerio de Sanidad comunicó que en 2023 se perpetraron en España 103.097 abortos provocados, un aumento del 4,8% en comparación con 2022 (cuando se mató a 98.316 niños y niñas por nacer) y un 8,7% más que en 2014. En total, desde 1985 2.862.621 niños y niñas por nacer han sido asesinados en el vientre materno en España. Indico por separado los sexos porque los promotores de la cultura de la muerte pretenden hacernos creer que asesinar a más de un millón de niñas en el vientre materno es la panacea del feminismo.
Haciendo algunos cálculos, así queda el reparto por gobiernos de ese crimen legalizado:
1.757.164 hijos por nacer han sido asesinados en 24 años de gobiernos socialistas del PSOE, el partido que promovió las dos leyes aprobadas hasta ahora para promover esta atrocidad. 379.871 de ellos fueron asesinados durante los gobiernos de coalición del PSOE y los comunistas, primero los de Podemos y ahora los de Sumar, que rivalizan con sus aliados socialistas en su fanatismo proaborto.
1.105.457 hijos por nacer fueron asesinados en 12 años de gobiernos del Partido Popular, un partido de centro-izquierda que no hizo nada por derogar las leyes socialistas del aborto, sino que además agravó sus efectos legalizando la píldora abortiva y, finalmente, acabó asumiendo las mismas posiciones proaborto que la izquierda.
No es raro que hoy en día estén bajo asedio político la independencia judicial, la libertad de prensa y la presunción de inocencia, esta última convertida en añicos por la "ley de violencia de género" que fue apoyada en 2004 por todos los partidos (entonces aún no existía Vox, el único partido provida del Congreso y el único que rechaza las leyes ideológicas de la izquierda). ¿Algunos esperaban que la libertad de prensa fuese más sagrada que el derecho vida? Si llaman "derecho" al acto de matar a seres humanos inocentes, ¿cómo esperar que otros pilares de nuestra civilización no son socavados de la misma forma?
No me cansaré de repetir que el aborto es el gran debate de nuestro tiempo, especialmente en términos éticos y morales, porque imponer la pena de muerte a los más inocentes por el "delito" de no ser deseados es algo aberrante. Además, la aceptación social del aborto es algo que nos degrada como civilización, abriendo la puerta a otros abusos e injusticias. Suscribo las palabras de Santa Teresa de Calcuta sobre esa monstruosidad: "Cualquier país que acepte el aborto, no le enseña a su gente a amar, sino a utilizar la violencia para recibir lo que quieran. Es por esto que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto".
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