LA HILARIDAD EN LA TALANQUERA
Por Bocanegra
Madrid, 18 de Mayo de 2010
Más talanquera que nuca. La acosada plaza de toros de Las Ventas va en caída libre empujada por la degeneración que conlleva la corrupción, así es, como en la mismísima España en el paredón a punto de pelotón, y ante la pasiva mirada de del publiquito entre sonrisas, risas y carcajadas sobre los pobres muchachos que ayer echaron a los leones en el mancillado ruedo de la plaza más importante del mundo.
Los miedos de los toreros ante el peligro de los saltillos causaban la hilaridad de esta asquerosa talanquera. Los novillos sabíamos de dónde habían salido pero ¿y el ganao de los tendidos? ¿ de dónde sale esto? Qué forma de ver toros, qué falta de respeto a todo y a todos.
Ya estarán satisfechos el Consejo Taurino de la CAM y la empresa de Madrid. No se puede caer más bajo en la gestión de Las Ventas, no se puede hacer más daño a la feria mundial del toreo que lleva el nombre del Santo Patrón de la capital de España –todavía-, no se puede ejercer mayor desprecio sobre su buen nombre y la dignidad del abonado, no se puede tener mayor menosprecio sobre el abonado y sobre el contribuyente, ciudadano de la Comunidad Autónoma de Madrid, no se puede……pero lo pueden todo, es el triunfo de la depravación, el dominio de la perversión del poder.
No se puede creer que una empresa como Taurodelta pueda voluntariamente confeccionar una feria como ésta. Es impensable que unos profesionales de toda la vida con buen ganado prestigio incurran en estos despropósitos. Que en los dos últimos festejos actúen diestros sin méritos ni preparación, con el sublime logro de que tres de los toreros escuchen los tres avisos por incapacidad para matarlos.
¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Quién sugiere, recomienda, o presiona a la empresa para colocar toros y toreros? ¿Por qué la empresa tiene que tragar?
Sin exonerar a Taurodelta de sus propias responsabilidades habría que mirar a su alrededor para ver que micrófonos, cámaras, o plumas le apuntan. Qué tentáculos la rodean de los que tienen la obligación legal de vigilar el cumplimiento del pliego. Que coacciones soportará de los muñidores de los tendidos con el nombre de la afición.
Hay que sobrevivir, pensará el empresario, así que toma tú, toma el otro, y toma maroto el de la moto.
Y mientras la talanquera babeando de risa. ¡Qué vergüenza!
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