"...El maestro Pérez-Reverte suele utilizar, y bastante, lo de hijos de puta, palabro contundente, ibérico y certero, para catalogar a mucho sujeto..."
Un sillón torero en la RAE
Un sillón torero en la RAE
Por Salva Ferrer
24/05/2010
Los toreros fluctúan de la gloria al fracaso, del estrellato a la nada. Y así ha de hacerlo ver el periodista.
Los toreros fluctúan de la gloria al fracaso, del estrellato a la nada. Y así ha de hacerlo ver el periodista.
Confesamos, sin arrepentimiento y con gratitud impagable, que somos devotos de la prosa y casi del pensamiento de Arturo Pérez-Reverte, maestro de las Letras y el Periodismo. En mayúsculas.
Concluido el abril de Sevilla, cenizas las Fallas, lejana la Magdalena, ya andante San Isidro e inminentes las Hogueras de Alicante -próxima feria en la terreta- el análisis de la temporada en su primer tramo es complejo:
la crisis, estragos en taquilla; la lluvia invernal, sin afectar al toro, que embiste.
Toreros sí hay como papel mojado, devaluados. Juli ha sacudido el escalafón y va sólo como Usain Bolt, pero toreando muy despacio. Le sigue Castella, Manzanares, Morante. Todos estarán en Alicante. Pero, ahora, después de Juli, “naide”, Guerrita dixit.
En San Isidro, dos alicantinos representan a la Comunidad en el mal llamado “Mundial del Toreo”, sin Brasil ni Argentina, sin Ponce ni José Tomás, ya en España: Manzanares, que se recupera tras ser operado de la hernia discal, y Andy Cartagena. Escasa representación para una autonomía torera, con el agravante de ser una feria, sobre el papel, muy gris. Los toreros fluctúan de la gloria al fracaso, del estrellato a la nada. Y así ha de hacerlo ver el periodista.
Se puede tapar en crónicas de aliño, pero siempre son de más fiar los que de un día para otro encumbran o hacen tocar suelo, según el caso. Mal asunto el café para todos. Peor para el periodismo; las cuentas puede que lo agradezcan. La credibilidad, en números rojos.
Días atrás, en un plató convertido en prostíbulo (en el DRAE, “local donde se ejerce la prostitución”, en este caso del periodismo) una fulana (en el sentido de “aludir a alguien cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar”, según el DRAE) bailaba un pasodoble en plan cachondeo, con las imágenes de la tremenda cogida de José Tomás, que ha bailado con la muerte, de fondo.
Hay cornadas que no suelen hacer carne, ésas sólo las propina el toro. Pero al toreo, mucho idiota, dentro y fuera, le pega cornadas inmisericordes. Constantemente. Dicen los toreros que la cornada provoca la sensación de quemazón, escozor. A nosotros nos quemó ver esa imagen: una patada en los bajos al toreo.
Pero en esta España de tanto golfo y analfabeto con poder, no pasa nada. Un sintagma se teclea sólo:
hijos de... No crean que desbarramos (en el DRAE, “discurrir fuera de razón”) por insinuar un taco, tan español como el toro.
El maestro Pérez-Reverte suele utilizar, y bastante, lo de hijos de puta, palabro contundente, ibérico y certero, para catalogar a mucho sujeto. No en vano el autor de “El asedio”, que algo sabrá de gramática, sintaxis y léxico, ocupa desde 2003 en la Real Academia Española de la Lengua el sillón con la letra “T” mayúscula. De Torero -escritor- grande.
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