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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 1 de junio de 2011

Qué San Isidro tan mexicano / Por Ricardo Díaz-Manresa

El diestro mexicano Ignacio Garibay se concentra 
antes del comienzo del festejo de la Feria de San Isidro
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"...Hacía mucho tiempo que no se veían tantos toreros mexicanos en la arena de Las Ventas ni sus seguidores en los tendidos. Los cinco han cumplido y habrá que verlos más.."

Qué San Isidro tan mexicano

Ricardo Díaz-Manresa

31- mayo- 2011
Un San Isidro muy mexicano, lo que es bueno para las dos aficiones que separa el charco. No recuerdo tanto mexicano en San Isidro, ni en el ruedo ni en los tendidos, que han dotado a Las Ventas de un ambiente de esperanza.

En México no salen muchas figuras y es necesario como el comer verlas surgir en España y que arrebaten allá. Entonces, Insurgentes será otra cosa. O será lo que siempre ha sido y tiene que ser.

Matadores como Arturo Saldívar, Joselito Adame e Ignacio Garibay y novilleros como Sergio Flores y Diego Silveti han llenado Las Ventas en este San Isidro 2011 de sabor mexicano. Pero triunfar, lo que se dice triunfar, ninguno. No hubo oreja, ni orejas, ni Puerta Grande. Eso sí, agradaron todos, cada uno en lo suyo.

Llegó mucho al público Saldívar por sus buenas maneras, con una aparición el 15 de mayo, fiesta de Madrid, en un cartelazo : Morante y Talavante, y una sustitución con El Cid y El Fandi. Algunos se acordaron de Fandiño, que había cortado una buena oreja y tenía otro compromiso el jueves, 2, y otros de Esaú Fernández, que no se sabe si lo llamaron o si dijo que sí o no. Tomar la alternativa en la de abril –este 2011, de mayo- y, tras el trago y el triunfo de Sevilla, torear la segunda corrida de su vida en Madrid es mucho tela. La pregunta queda ahí : ¿vale de algo cortar a un toro dos orejas en La Maestranza?. Es que –por otra parte-no le han dado ni una. Ni en los pueblos.

Garibay, de buena palabra y hechuras toreras, fue objeto de la masacre que algunos mexicanos han sufrido últimamente en España. No se puede venir de México a debutar en la temporada, ponerlo en Madrid, otro trago como el de Esaú, y colocarlo con la imposible de Partido de Resina, los famosos pablorromeros, perdidos quizá ya como ganadería. El resultado, irse a la enfermería con una grave cornada. Es mejor no torear hasta que venga una verdadera oportunidad. Había muchas más papeletas para estrellarse. Lo contrario era impensable.

Que pregunte a Arturo Macías, echado en 2010 a los leones. En Valencia herido por sus ganas algo atropelladas. En Sevilla, más herido porque la corrida era de las muy duras, a las que no está acostumbrado en México. Y de ahí de percance en percance porque tampoco en Madrid lo pusieron con las dulces. Hay que aprender en cabeza ajena. No es lo mismo pasar del toro de España a México que del mediano de allá al duro y grande de acá. Y menos el de Madrid por mucho que vayamos bajando.

Después hay que hablar de Sergio Flores, buena impresión de torero y de ganas, pero con el desliz de despreciar Las Ventas y las vueltas al ruedo, pocas, que se dan ya. Esta buena impresión la corroboró el pasado domingo en La Maestranza. Allí si le dieron la oreja que buscaba. Que siga así.

Joselito Adame no logró un lote para triunfar y habrá que verlo. Tampoco la suerte acompañó a Diego Silveti, con tanta sangre torera de cuatro generaciones, en sus venas.

Los cinco demostraron que pueden ser más y que necesitan más oportunidades en esta temporada tan difícil como va a ser la española. Recortes de corridas sueltas, de ferias, de dinero. Sin embargo, hay que regresar a México con el cartel reforzado.
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