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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 4 de febrero de 2013

Los "sin techo" / Por Pedro Javier Cáceres




Los "sin techo"

Pedro Javier Cáceres
Periodsita y crítico taurino

Los “sin techo” están de enhorabuena.

Se hundió el techado de Las Ventas, el que se iba a inaugurar pomposamente el pasado jueves.

Alguien lo ha gafado. No se me ocurre decir que era una chapuza porque sería denigrar a unos técnicos profesionales, que serían los responsables, únicos, del hundimiento.

Había una prueba de carga (escrupulosa seguridad) y cedió.

Mejor que cayera de madrugada, sin nadie (en periodo de chequeo) que el martes por la mañana con los operarios trabajando, o en esa presentación fastuosa.

Aquí sale todo el mundo perdiendo, o casi todo; porque algunos creen haber ganado con la desgracia del accidente sin ser implicados directos, alguno ni indirecto.

Los que más pierden: la Warner, que había invertido 4 millones de euros.

Taurodelta había llegado a un acuerdo con la Warner y lo que pierde es el porcentaje de ingresos que pudiera conseguir a través de los espectáculos que esta programara.

No gana nada el público en general. Aquellos que iban a disfrutar de estos grandes espectáculos: la Warner no es “Producciones Plin” ni Willy Toledo. Estamos hablando de algo muy serio.

Se ha perjudicado a la imagen, sin tener nada que ver, de la Tauromaquia.

Sí aflora, tras el suceso, el miedo escénico que tiene la Comunidad de Madrid en su pugna con el Ayuntamiento del “Madrid Arena” (de hecho, la cubierta se podía haber repuesto y empezar a funcionar en estos primeros de febrero).

No es la primera vez que esta Comunidad se pone los “dodotis” - se hicieran la caquita encima cuando salieron dos o tres voces en contra, que están en su derecho de no querer la cúpula, por aquello del monumento…un monumento de 1931, no de 1531-.

No me alegro (puesto que yo soy un incondicional de una cubierta para Las Ventas, por las razones aquí explicadas -elimparcial.es del 2 de diciembre de 2012 “La Garduña”-), pero en el fondo les está bien empleado, a esta Comunidad, por darle tanta pompa y por su sectarismo a favor de algunos medios: que si te pongo un helicóptero, que si te doy la exclusiva…claro, luego “eso” se difunde con su doble página a “hueco grabado”: propaganda de otra época.

No confundir a la Comunidad con la empresa de Las Ventas, que lo ha hecho todo de manera discreta y que iba a recibir unos ingresos extras (recursos atípicos) que luego deberían revertir en mejores, por posibles, a la hora de organizar los festejos, ¡se supone!. Ya que , en cualquier caso, ese dinero extra, siempre serviría de arma arrojadiza contra ellos de no confeccionar las mejores ferias posibles.

Con la caída de la cubierta perdemos todos, hasta los que estaban en contra.

Ha sido un incidente lamentable que tendrán que investigar.

Los “sin techo” están de enhorabuena y haciendo bromitas.

Los “sin techo” en jerga taurina son la antítesis de los marginados y excluidos sociales.

Constituyen el reverso de los sin techo venteños, reales (viejos y jóvenes de andanadas), del inhóspito invierno madrileño y de su insoportable verano.

La cruz, “tancredos” contumaces, ante el riesgo —“sin techo”- de los profesionales y el abortaje del buen fin de muchos espectáculos por el viento consustancial al emplazamiento de tan preciado “monumento histórico”.

Estos “sin techo” son como la “gauche divine” (champan francés y caviar), o la “beautiful”, algo más que una pura contradicción.

Muchos aún están haciendo risitas perdiendo la legitimidad y el respeto de la discrepancia. Incluso llamados aficionados. Cuando la foto para la posteridad es que se ha hundido el techo de Las Ventas, ¡una chapuza!, vocean: como lo de Cagancho en Almagro.

Da la casualidad que ni toreaba Cagancho ni esto es Almagro.

En Madrid se ha caído la cubierta, pero más de uno se ha “clareado” y caído los palos del sombrajo… de la decencia.

Porque reírse del mal ajeno… no veo yo donde tiene la maldita gracia.
***

1 comentario:

  1. CONCLUSION:Los "culpables",los que reciben caña en ese escrito, son los discrepantes con el añadido.¡Bravo Mosén!.

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