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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 22 de mayo de 2015

15ª de San Isidro en Madrid. Costosa y carísima oreja para Manzanares que venció al viento, al toro y a sus reventadores / por J.A. del Moral



 Desde que los del 7 y adláteres se llevaron uno de los berrinches más grandes que han padecido en sus vidas cuando Manzanares cortó las dos orejas de un toro y salió por la Puerta Grande, muchos de los que detestaron a su padre y ahora al hijo, acuden a la plaza con cuchillos en sus dientes.

Costosa y carísima oreja para Manzanares que venció al viento, al toro y a sus reventadores


J.A. del Moral · 22/05/2015
Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 22 de mayo de 2015. Decimoquinta de feria. Otra tarde con sol y mucho viento. Lleno absoluto.
Cinco toros de El Pilar y un sobrero de Charro de Llén por devolución de muy flojo segundo. Muy bien presentados y de juego. Blandorro, deslucido y muy a menos el primero. Noble aunque muy blando el sobrero que hizo de segundo. Blando, informal, mejor por el pitón izquierdo y sin clase alguna el tercero. Flojo pero con mucha clase el cuarto. Bravucón y manejable con repentinas complicaciones el quinto. Manejable aunque sin clase y muy a menos el sexto.

Juan José Padilla (verde botella y oro): Dos pinchazos hondos escupidos, estocada y tres descabellos, aviso y silencio.
José María Manzanares (negro y azabache): Pinchazo y estocada muy baja, silencio. Estoconazo, oreja paseada entre clamores y protestas del sector contestatario sin razón.
Miguel Ángel Perera (añil y oro): Estocada caída de efectos fulminantes, silencio. Estocada, silencio.

En la primera fila de la meseta de toriles S M El Rey Juan Carlos y S A R la Infanta Elena. Fueron muy aplaudidos al ocupar sus localidades.


No sé si a los lectores y, aun más, a los que fueron ayer a la plaza les rechinaba tanto como a mí la presencia de Juan José Padilla como primer espada junto a dos toreros tan importantes como José María Manzanares y Miguel Ángel Perera. Dejemos el puesto del jerezano como telonero.

Haga lo que haga Padilla, la atención de ayer se centró en Manzanares, más incluso que en Perera, por ser su única actuación en la feria y por ser el torero al que más se exige e, increíblemente, al que más se intenta reventar cada vez que viene a torear en Madrid. Desde que los del 7 y adláteres se llevaron uno de los berrinches más grandes que han padecido en sus vidas cuando Manzanares cortó las dos orejas de un toro y salió por la Puerta Grande, muchos de los que detestaron a su padre y ahora al hijo, acuden a la plaza con cuchillos en sus dientes. Pero qué maligno error cometen porque, si se limitaran a exigirle a José María como a otras figuras, seguro que en vez de venir solamente a una corrida, lo haría en dos o tres. Pero así son muchos espectadores en esta plaza. Masoquistas puros. Gozan mucho más con los fracasos de los que mejor torean que incluso con los éxitos de los que aman. Por cierto, si a los amantísimos Fandiño y Urdiales les mortificaran como a Manzanares, ambos dos hace tiempo que estaría sentados en sus casas. Pero con Manzanares no pueden ni podrán y por eso se afilan tanto las navajas cada vez que pisa el ruedo de las Ventas. Y ojalá me equivoque… Porque ya sabemos que en el toreo puede pasar de todo. Hasta que las lanzas se conviertan en cañas…

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No hace mucho que, en Las Ventas, los espectadores sensatos y normales que son la mayoría, reaccionaban en contra de los reventadores cada vez que intentaban arruinar con sus gritos insultantes a sus por mayoría favoritos. Pero últimamente, no. O no tanto. Se callan o incluso asienten contagiados. El 7 se ha convertido así en el doberman de la sombra. Con su pan se lo coman. Porque si arruinaran otra vez más a Manzanares, nos desquitaremos con sus triunfos en las demás plazas. A Dios, a la hombría y a la enorme torería de Manzanares, ayer no fue así. Ayer Manzanares venció todo lo que tuvo a la contra. Al viento, al quinto toro que no fue nada fácil y los que, ya lo sabíamos, intentaron reventar su actuación.

Pero quiero abandonar las líneas que a Manzanares dedico en este prólogo de mi crónica, sin referirme a la canallada que le hicieron ayer en un muy importante diario de Madrid, publicando una foto suya en la sección taurina que para nada tiene que ver con su profesión de matador de toros ni por supuesto en un espacio que corresponde exclusivamente a la información taurina. Si yo hubiera sido el redactor fjee la habría levantado sin contemplaciones y abroncado a los responsables. No voy a dar nombres porque luego se quejan de que me meto con ellos. Pero esa foto tiene toda la pinta de haber sido dada a la luz con las peores intenciones posibles. Dicho quede. A la postre, no les sirvió para nada y quedaron otra vez en el mayor de los ridículos.

Miguel Ángel Perera estuvo más obligado que ninguno de los actuantes de ayer a corregir la mala impresión que causó en su primera tarde isidril de este año. Uno acudió a la plaza con la seguridad de que lo conseguiría. Si hay algún torero actual en el que se puede tener fe, es él. Pero de nuevo hay que invocar al quien sabe… De esto nadie sabe nada de lo que puede ocurrir hasta que se alza el telón y empiezan a salir las fieras…o lo que salga…porque del juego que vayan a dar los toros, nadie sabe nada a ciencia cierta… Desgraciadamente, se repitieron las mismas malas impresiones que tuvimos en su anterior actuación. Le queda la tercera.

El primer toro, negro listón, muy serio por todo en cuanto a trapío. Llegó pero sin rematar en tablas. Echó las manos por delante, molesto por el viento y muy suelto en el incoloro recibo de Padilla. Muy distraído y cumplidor en el largo puyazo sin hacerle demasiado daño tras ir al paso hacia el caballo. Muy bien en la brega Daniel Duarte y segundo puyazo simulado. Quite por tafalleras de Padilla que fue peligrosamente desarmado al rematar con media. Padilla banderilleó en solitario. Duarte de nuevo soberbio en la brega. Bueno el primer par. Desde el estribo el segundo, muy bien. Y al violín de dentro afuera asimismo bueno. Sin mayores alegrías ni apenas atención del público, sin duda deseoso de que la lidia de este primer toro diera paso a la del siguiente. Ovación al Rey en el brindis de Padilla. Muy cerca de Don Juan Carlos, en el 5, empezó la faena el jerezano con tanteos a derechas y por alto. Abierto al tercio, derechazos cortos por quedarse también corto el burel. Mejores los de la segunda ronda por más templados y algo más largos. Al natural, los dio apuradillo ya con el animal venido abajo y muy tardo. Decidió matar y algunos pitaron sin razón. Dos pinchazos hondos, estocada y tres descabellos con reiterados fallos del puntillero. Pitos por la carnicería.

Castaño el cuarto. Grandullón. ¿Solo 590? Más. Suelto del capote de Padilla, casi cogido en un desarme. Sale a susto por tarde. Cualquier día… No lo quiero ni pensar… Otro desarme a un peón. Lances izquierdos de Padilla. Primer puyazo aliviado. Sueltísimo del segundo, apenas señalado. El toro metió la cara en la brega por los dos pitones. Padilla no quiso banderillear y nadie protestó… Todo un síntoma. Buen par de Duarte que echó una buena tarde. El mejor toro de la corrida pese a su blandura. Se quitó al dar el primer derechazo y en el segundo no fue capaz de llevarlo despacio perdiendo las manos el burel. También muy noble a izquierdas y por echarle la muleta muy abajo, otra vez perdió las manos el animal. Tres con la derecha vulgares y de nuevo al suelo las manos en el de pecho. Los de 7, callados como muertos. Lo mejor el espadazo arriba.



Imponente el castaño segundo. Muy distraído de salida. Suelto del primer lance de Manzanares, templado por cierto. Capotazos siempre templados del alicantino arrancando en los terrenos donde menos viento hacía hasta casi los medios. Muy blando y corto el animal. Primer puyazo bien agarrado Chocolate y bien administrado. Pese a ello, el toro perdió las manos. El segundo, lo señaló simplemente Chocolate. Y la presidencia ordenó la devolución del toro.



En su lugar, soltaron un sobrero de Charro de Llén. Castaño, muy serio por delante y casi parado al salir, volviendo a pasillo de chiqueros y al fin en la arena acudiendo a la llamada de un peón. Suelto del capote de Manzanares y de inmediato muy clásico a la verónica con tres y media. Se fue solo al caballo contrario y allí fue picado tras intentar cortarle el viaje Curro Javier. En forma el segundo puyazo descabalgando a Chocolate. Apenas castigado el burel. Mejor. Apenas tenía fuerza. Solo un palo de Rafel Rosa en el primer par. Apurado el de Luís Blázquez. Y mejor Rosa en el tercero. Manzanares brindó al Rey, ovacionado al recoger la montera. Soberbios los doblones del inicio de la faena aunque, lo mucho que molestó el viento, cambio de terrenos. De tanteo los dos primeros con la derecha. Los dos siguientes y el de pecho, con hondura y empaque. La gente, bien. Menos mal. Más a derechas. Silencio total. Tres y el largo d 7 e pecho, imperiales. Al natural tras probarlo por alto, magnífico y el de pecho con el 7 ya desatado en contra. Leve reacción de los demás. Distancia. Dos largos con la derecha perdiendo el toro las manos en el segundo. Pero muy bien los demás y tres de pecho seguidos. Con el toro distraído, pinchazo arriba y posterior espadazo muy abajo. Los del 7 respiraron tranquilos. Ya no tendrían que chillar contrariando una posible petición de oreja.



El quinto, otro con casi 600 kilos. Negro. Y este, armónico. Suelto de la primera verónica de Manzanares. Alarga otra en círculo completo y tres más estupendas con revolera. Hay que cuidar mucho al toro en varas. Puesto de lejos, va tras dudar. Muy bien mi tocayo Barroso a caballo. Sin el segundo, quedaría mejor el animal. Pero hay que dárselo por el reglamento. Bien de nuevo Barroso. Rosa en la brega, estupendo. Sensacional Curro Javier en banderillas. Y Luís Blázquez también. Enorme ovación. La cuadrilla más lujosa del toreo. La gente, en pie. Manzanares les ordenó saludad. Casi cogido de lleno en un primer pase por alto. Dos redondos soberbios y un eterno natural. El 7 empieza a molestar. Muy molesto en viento, lo que desconcierta la acción de torero aunque continúa sembrado por redondos y de pecho. No quieren que triunfe los del 7. Pero Manzanares, sí, Tres naturales y el de pecho aristocráticos. Tres a derecha y uno de pecho en círculo completo. El toro se le cierra mucho en cada tercer muletazo. Pero le da otros tres y el de pecho traducido en ayudado. Grandioso volapié aunque quedó trasero. El toro dobló tras barbear las tablas. Oreja. Monumental berrinche del 7. A mamar. Había estado muy por encima del toro y con su arte imperial. Por eso dio una vuelta clamorosa con el muy cabreado ruido del 7 y sus adláteres, Pero ahí quedó eso. Y los contrarios, a tomar tila hasta que acabe la feria.


El tercero, negro, también salió suelto de capote de Perera. Tres veces. Cuatro. Muy huidizo el animal. Cinco. Verónicas en los medios, por fin, y las manos perdidas del burel. Otro toro muy flojo. Inválido. Este también hay que devolverlo, señor presidente. Acostado en el peto el leve primer puyazo. Tango en los tendidos. Echó la cara arriba en el segundo, un picotazo. Murmullos desaprobatorios al cambiarse el tercio. En banderillas, el toro campó a su aire… Buen par el segundo de Barbero. Y otro brindis al Rey. A este paso le pueden brindar todos los tres primeros toros de cada corrida. Tanteos y búsqueda del terreno más propicio de Perera que empezó la faena con la izquierda. Naturales alargando mucho el brazo. Templados. Colada tremenda al intentar dar el primero de la segunda ronda. Tropiezo de Perera y empeño con la derecha, resuelto con desigual temple. Muy desiguales las embestidas tardas del animal. Otro susto al natural por ceñírsele mucho el toro. Dos extraordinarios y el de pecho tras enganchar el tercero. Más naturales muy cerca, muy quieto y muy hondo el extremeño. Con el 7 a la contra, claro. Si antier hace esto Urdiales, se cae la plaza. Hijos de…. Al volver con la derecha, el toro pisó la muleta de Perera y se puso a gazapear muy molesto. Doblones muy toreros y a matar. Estocada caída de efectos fulminantes.

Al castaño sexto, muy noble en el capote, lo toreó Perera en su saludo con muy buenas verónicas. Primer puyazo al relance y aliviado tras marrar el piquero. En bravo el segundo, también aliviado. El 7 siguió con la murga aunque con menos violencia que con Manzanares. Bien Juan Sierra en la brega. Regulares esta vez los peones en banderillas. El toro esperó mucho. Joselito Gutiérrez lo arregló en el cuarto intento. Altos diestros de Perera en el arranque de la faena y tres más el de pecho después. Tardón el toro y manejable sin clase. Más a derechas sin romper la faena. Naturales de uno en uno sin apenas eco. Ni a favor ni en contra salvo unos pititos del 7. Aunque ayer anduvo mejor que hace días, sigo sin ver al gran Perera. Algo le pasa. La faena se prolongó sin que el extremeño estuviera a gusto. El toro tampoco, por cierto. Los toros huelen el estado de los toreros. Y esto, en el toreo, siempre fue así aunque nos duela.

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