"SAN ISIDRO": UNA TARDE ANODINA / por Domingo Delgado de la Cámara / Fotografías de Andrew Moore

"...No ha llegado el éxito que tanto necesita Fandiño en estos momentos, pero cantarle el réquiem como están haciendo ciertos escribientes, es una osadía. La Historia demuestra que los toreros con casta, siempre sobreviven. Y Fandiño tiene casta..."
Fotografías de Andrew Moore

UNA TARDE ANODINA

Domingo Delgado de la Cámara
Fotografías de Andrew Moore

Llenazo para presenciar la vigesimoprimera de feria. Llenazo sorprendente, teniendo en cuenta de que no se trataba de un cartel de campanillas. La gente se está animando a ir a los toros y eso es bueno. Aunque ayer el público se aburrió bastante, fue la típica corrida anodina y de escasos pasajes interesantes. Primera de las dos corridas que Victoriano del Río tiene anunciadas en San Isidro. Por la desigualdad de hechuras y por la fealdad de algunos toros, está claro que estos son los toros que no han querido El Juli y Perera para el mano a mano de la Beneficencia. En cuando a juego, la corrida también ha sido muy desigual. El segundo ha sido muy bueno. Tercero, quinto y sexto, han tenido buena condición, pero una fuerza muy escasa. Primero y cuarto han sido dos toros muy ásperos y duros.

Resulta que, en teoría, Diego Urdiales por fin mata una corrida de las buenas, y a la postre le salen dos toros más duros que el pedernal. A eso se llama estar predestinado. El primero fue un toro bravo, pero a la antigua. Es decir, se come al caballo y ataca en cuanto atisba al enemigo, pero ataca sin humillar y sin clase, tal y como eran los toros de antaño. Actualmente la bravura se vincula a la clase, antiguamente no. También de hechuras era un toro antiguo, por alto y playero. Era muy ingrato estar delante de él. El cuarto fue un bisonte altísimo. Además fue muy bronco. Ambos toros estuvieron sin picar, que esa es otra. 

Lo cierto es que el toro actual necesita poco castigo, por ello se ha impuesto una inercia de picar poco y cambiar el tercio cuanto antes. Lo malo es que se sigue esa inercia rutinariamente, sea como sea el toro. Y cuando es fuerte y con temperamento, llega a la muleta sin picar. No pasa nada por poner una tercera vez al toro en el caballo, y si el público se impacienta, que se tranquilice, la lidia hay que plantearla en función de las características del toro y sin dejarse llevar de condicionantes externos. Urdiales lo pasó mal delante de dos toros muy broncos, que pegaron muchos cabezazos. A veces se le vio desbordado y a merced del toro. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para sacar algún muletazo bueno suelto.

El Fandi estuvo muy por debajo de sí mismo con los garapullos. Se encontró con el mejor toro de la tarde, el segundo. Era un toro alegre y con calidad. La faena fue rápida y despegada. El sector ultramontano le dio mucha caña. Caña que no se merece un torero que humildemente ofrece su mercancía sin meterse con nadie, pero es que fue muy evidente que se le había escapado un toro de éxito gordo. El quinto era voluntarioso, pero se quedaba corto por la justeza de fuerzas. El Fandi no se anduvo por las ramas, en cuanto oyó las primeras protestas, tiró por el camino de en medio. Lo cual está muy bien, así ni cansas ni cabreas a nadie. 

De todas formas, la empresa, con respecto a toreros como Padilla, Fandi y similares, debía plantearse volver a ponerles en San Isidro, por mucho que les apodere Dios, o sea, Matilla. El género que ofrecen estos honrados toreros, no es del gusto del público de Madrid ¿para qué ponerles entonces? Además, tampoco lo necesitan, tienen un ciento de corridas firmadas por esos pueblos, donde el público les recibe de maravilla. 

Iván Fandiño se encontró con un tercero de la tarde de grandísima calidad, pero con las fuerzas muy justas. Había que dominar con mucha perfección las alturas y las distancias para cuajar una faena grande a un toro así. Y sólo he visto a tres toreros dominar con maestría la media altura: El Viti, Manzanares padre y Enrique Ponce. Los tres han toreado a media altura con una rara perfección. Con los demás toreros pasa una cosa muy curiosa, como el toro blandea, se les pide que toreen a media altura. Y en ese preciso instante, el toro se violenta y les desborda. Es dificilísimo dominar al toro toreando a media altura. También es muy difícil seducir al público con toros de embestida muy dulce, hay que tener mucha clase y mucha personalidad para conseguirlo. Fandiño es un torero de la cuerda de El Juli o Perera, de muleta arrastrada y figura recia. Y esta clase de toreros necesitan toros fieros que se coman la muleta y repitan con agresividad.

Así que Fandiño se esforzó en atacar poco a este tercero, los muletazos fueron templados y el toreo al natural fue decente. Pero no dijo apenas nada. Porque necesita un toro encastado y repetidor, además el público le está esperando ver en esta faceta. Yo de ser él, no haría ascos a las corridas que siempre le han definido, las corridas duras. Mató de un volapié impecable. El sexto, muy alto y caballón, sólo aguantó una serie, antes de terminar minado totalmente por la falta de fuerza. No ha llegado el éxito que tanto necesita Fandiño en estos momentos, pero cantarle el réquiem como están haciendo ciertos escribientes, es una osadía. La Historia demuestra que los toreros con casta, siempre sobreviven. Y Fandiño tiene casta.

Por último, hay que felicitar a Miguel Martín por un gran par de banderillas al tercero de la tarde y una lidia exquisita al sexto. Y desear al banderillero Domingo Valencia una pronta recuperación de la cornada de dos trayectorias que le infirió en cuarto de la tarde, cuando salió a cortar un par de banderillas. A reponerse, torero.

PARTE MÉDICO DE DOMINGO VALENCIA: 

Herida por asta de toro en tercio medio cara externa del muslo derecho con dos trayectorias, una ascendente de 20cm que produce destrozos en músculo tensor de la fascia lata y en vasto externo alcanzando trocánter mayor; y otra trayectoria ascendente de 25 cm hacia adentro que produce destrozos en recto anterior y músculo crural, alcanza fémur y contusiona paquete vásculo -nervioso femoral. Contusión en primer dedo de la mano derecha con posible lesión en articulación metacarpofalángica. Pendiente de estudio radiológico. Tras ser intervenido en la enfermería de la plaza es trasladado al hospital San Francisco de Asís. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Fdo: Dr García Padrós.