la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 14 de mayo de 2015

Separatismo: la semilla del odio en la sociedad catalana.



"...Y he aquí que el partido mayoritario de la izquierda coquetea permanentemente con el separatismo mientras el partido mayoritario de la derecha no se atreve a ir más allá de estériles aspavientos en los tribunales. 
¿Es que en España ya no queda un político digno de tal nombre?..."

Separatismo: la semilla del odio

Jueves, 14. Mayo 2015 
La sociedad catalana está emponzoñada por el veneno separatista, fabricado con dosis iguales de victimismo, xenofobia, totalitarismo, delirio histórico y corrupción

“Los hijos deben de ser igual de fachas que los padres”. “Hay que saber los nombres de los padres y de los hijos”. Y “arrinconarlos”. Eso sí, “sintiéndolo mucho”. Y si quieren a los hijos, “ya cambiarán de opinión”. Esas son algunas de las perlas que, como denuncia hoy gaceta.es, dedican los separatistas a los padres de alumnos que piden, según su derecho constitucional, que sus hijos reciban enseñanza en castellano. “Vaya democracia”, dice uno de los soliviantados ciudadanos que, en nombre de la democracia, niega a los demás sus derechos. No cabe mejor retrato de la atmósfera de odio que el separatismo, con la aquiescencia o la inhibición de los poderes del Estado, ha creado en Cataluña.

El suceso que denuncia nuestro periódico, descubierto por el Telediario de Xavier Horcajo, ha ocurrido en las Escuelas Pías de Mataró. La causa: el director ha decidido aplicar la ley y ofrecer el porcentaje legal de horas lectivas en castellano (que, recordemos, se reduce a un 25%). Y no, no es un caso aislado. Al revés, es el objetivo buscado deliberadamente por el separatismo. Ninguna sociedad es inmune a la tenaz labor de zapa de treinta y cinco años de discurso del odio, concienzudamente inoculado día tras día por los medios de comunicación –públicos y privados- y por los portavoces políticos. Tampoco la sociedad catalana. Hubo un día en que la sociedad catalana se preciaba de ser la más culta de España. Ese tiempo ha quedado ya muy atrás. Hoy la sociedad catalana está emponzoñada por ese veneno fabricado con dosis iguales de victimismo, xenofobia, totalitarismo, delirio histórico y corrupción. Victimismo: “España nos roba”. Xenofobia: “el español es inferior”. Totalitarismo: “en nuestra democracia sólo cabemos nosotros”. Delirio: “Cataluña es una nación oprimida por España”. Corrupción: ¿es preciso decir algo más?

Puede que los intereses económicos y la conveniencia política aplacen o retrasen, hoy, la declaración unilateral de independencia de Cataluña y la segregación de los catalanes que no comulgan con el delirio separatista. Puede. Lo que ya no tiene aplazamiento alguno es la profunda fosa creada en la sociedad catalana por el separatismo. Esa fosa no se limita al campo político, sino que se traga también a las familias, a los comercios, a las casas de vecinos, a los patios de los colegios… Es extremadamente urgente poner remedio a todo esto, en el bien entendido de que ninguna iniciativa podrá suturar la fosa a medio plazo. Hace falta una política de Estado, nacional, que se plantee un programa meditado con la vista puesta en el espacio de una generación.

Los separatistas catalanes han conseguido llegar a esta vergüenza en treinta y tantos años. No harán falta menos para recomponer el paisaje. Porque es posible invertir las cosas: es posible hacer valer el derecho de los ciudadanos a utilizar su lengua materna, es posible disciplinar el sistema de enseñanza, es posible desmantelar el aparato de adoctrinamiento instalado por la Generalitat, es posible obligar al gobierno catalán a utilizar sus fondos para atender los derechos ciudadanos (la sanidad, por ejemplo) en vez de invertirlos en romper con España. Ahora bien, para eso hace falta voluntad política. Y he aquí que el partido mayoritario de la izquierda coquetea permanentemente con el separatismo mientras el partido mayoritario de la derecha no se atreve a ir más allá de estériles aspavientos en los tribunales. ¿Es que en España ya no queda un político digno de tal nombre?


1 comentario:

  1. La semilla del odio en una gran parte de la sociedad catalana, es la misma semilla de odio de gran parte de la sociedad española (no catalana) siente por Cataluña.
    Estos presuntos odios de una comunidad con el resto de España, y de esta con la comunidad catalana, trae consigo que la derrota del Real Madrid en la Champions League se celebre por todo lo alto.

    A Mariano Rajoy le gusta hacer deporte y presume que hace "ejercicio todos los días". Por eso, el acto que el miércoles le han preparado en Madrid la candidata a la Alcaldía, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, no ha podido ser más de su agrado. A las 10 de la mañana, en Madrid Río, emblema de la gestión del ex alcalde Alberto Ruiz Gallardón y con el que todos los dirigentes populares se muestran ahora encantados, los tres han montado en bicicleta juntos a otros dirigentes del PP para dar un corto paseo, en donde no falto el periodista del Partido Popular Paco Marhuenda, director de La Razón. Había algunos más del corte sectario afines al PP, como el periodista Pablo Montesinos, habitual en las tertulias de Isabel Durán en 13 TV.

    Después, un desayuno con el sector que abandera el ciclismo urbano en Madrid, y un breve mitin en el que el presidente se ha centrado más en la importancia del deporte que en referencias políticas. Rajoy ha vuelto a insistir en su promesa de alcanzar a 20 millones de puestos de trabajo al final de la próxima legislatura. Pero, para lograrlo hay que perseverar en la actual política económica. A su juicio es un "riesgo" la posibilidad de "volver a las políticas caducas y trasnochadas del PSOE". Curiosamente ni una frase dedicada a Ciudadanos o Podemos que suelen ser también destino de sus reproches, aunque siempre evita citarlos.

    No ha habido muchos más mensajes políticos, pese a tratarse de un acto de campaña. El presidente ha dedicado el resto de una breve intervención a hablar sobre la bicicleta. Ha dado su apoyo a su uso como medio de transporte pero también "como instrumento para hacer deporte". Porque, el deporte, ha dicho, es "uno de los grandes objetivos de una sociedad".

    Estoy convencido, ha asegurado el presidente del Gobierno, que cuando termine la próxima legislatura con Aguirre y Cifuentes, "en Madrid se hará más deporte, se usará más la bicicleta, el medio ambiente será mucho mejor y la gente será más feliz que al fin y a la postre es de lo que se trata".

    Por su parte, Cristina Cifuentes aprovechó que el Manzanares pasa por Madrid para alabar la gestión económica de Rajoy y agradecerle que "haya sacado al país de la ruina". Tras quitarse las zapatillas con las que había montado en la bicicleta y encaramarse a sus habituales tacones, la candidata a la Comunidad de Madrid desgranó también las claves de su propuesta para fomentar el deporte en la región.

    Lo más novedoso es su compromiso para que el abono del transporte público sirva también para alquilar los vehículos a dos ruedas de BiciMad, que ya cuenta con 8.600 usuarios al día. Además, quiere ampliar los carriles bici y los aparcamientos para este medio de moverse por la ciudad "práctico, sencillo y muy ecológico".

    Esperanza Aguirre, con camiseta amarilla tipo maillot del Tour, ha destacado "la importancia del compromiso del PP con el uso de la bicicleta" por la presencia de Rajoy en el acto de este miércoles, en las inmediaciones de Madrid Río.

    Hay que felicitar al PP de haber hecho este evento en la mañana del miércoles, porque de haberlo dejado para otro día, después del debacle del Real Madrid, las sonrisas con la bici no hubieran sido las mismas.

    Diego Barceló


    ResponderEliminar