“El mito de la fortuna de Franco se ha utilizado para cubrir la corrupción de parte de nuestra clase política”
El último éxito de SND
“Franco. Una biografía en imágenes”
- Entrevistamos a Francisco Torres García
Desde hace una semana está en las librerías de España una obra que se está tornando en fundamental a la hora de abordar la biografía personal de Francisco Franco. Es el resultado de dos años de trabajo de nuestro colaborador, el profesor Francisco Torres García, y del responsable de imagen de SND Editores, Dionisio Rodríguez. Una novedad en los libros publicados sobre la vida del Generalísimo, pues se trata de una aproximación a Franco como persona a partir de una selección de más de 1.600 fotografías, con más de 1.000 inéditas, procedentes del archivo personal del Generalísimo y de la propia familia. Un libro de lujo, en gran formato (23x31), con más de 700 páginas en el que texto e imagen invitan a descubrir otra forma de abordar el relato histórico sobre el personaje. “Franco. Una biografía en imágenes. Apuntes para un retrato personal” está convirtiéndose en un regalo ideal para estas Navidades. Con esto motivo, El Correo de Madrid, ha mantenido una entrevista con Francisco Torres para presentar a nuestros lectores esta obra con la que SND Editores da un salto cualitativo trascendental en su caminar.
-¿Casi me veo en la obligación de preguntarle por algo sobre lo que usted ya ha escrito y que, con la publicación de datos referidos al testamento otorgado por Francisco Franco en 1968, que está recogiendo Emilia Landaluce en el diario El Mundo, está en boca de todos cuando se cumple un aniversario más del 20 de Noviembre?
-Yo conocía la existencia de este testamento. Lo que se está publicando viene a confirmar lo que algunos hemos sostenido habitualmente, que tanto la “fortuna de Franco” como el “enriquecimiento ilícito” es un mito construido por los que yo denomino como los “hagiógrafos del antifranquismo”. Es un tema recurrente del que algún escritor, adicto a la manipulación, lleva viviendo algunas décadas. Yo, personalmente lo llevo oyendo desde finales de los setenta. Pero lo que pocos se preguntan es ¿por qué este tema sale una y otra vez desde los medios de comunicación a lo que contribuye algún historiador con profesión de fe antifranquista pero de vinculaciones socialistas?
La respuesta es muy sencilla. Mire, por ejemplo, recuerdo que cuando TVE lanzó la serie Memoria de España, al llegar al capítulo titulado “¡Franco, Franco, Franco!” -hoy quizás se vetaría el título-, si no recuerdo mal eran los años iniciales de Aznar, cuando teníamos un gravísimo problema de vivienda, el historiador que asesoraba la serie manipuló hasta extremos sorprendentes: primero, insistía en que el Valle de los Caídos se construyó, entre otras razones, para que Franco fuera enterrado allí (el testamento de 1968 lo desmiente); segundo, explicaba la situación de la vivienda en la España de 1950 y concluía que “encontrar vivienda se había convertido en el primer problema de los españoles”, pero, naturalmente, ocultaba el gigantesco programa de construcción de viviendas, en un porcentaje altísimo con ayudas para la compra o de protección oficial, que solucionó en pocos años el problema haciendo a los españoles propietarios. Desde los inicios de la Transición y aún hoy existe un profundo complejo ante la España de Franco y se busca exonerar responsabilidades en el amparo de que en el Estado de las Leyes Fundamentales sucedía lo mismo o era peor. Así, se habla de “corrupción generalizada”, sin ninguna base empírica por otra parte, y de la “fortuna de Franco” merced a que se “esquilmó” al pueblo español. No es más que un “mito antifranquista” que sirve para tapar la corrupción de parte de nuestra clase política y de partidos que indirectamente son condenados por ello.
Es casi una justicia poética el que, mientras se publica que Franco dejaba en total 28 millones de pesetas a su mujer y su hija, tras ser durante 40 años jefe del Estado y militar durante 60, se condene a ministros y altos cargos socialistas por la redistribución entre amigos de más de 650 millones de Euros; en pesetas de 1968 una cantidad de muchos ceros.
Lo publicado no solo desmiente el mito de la fortuna de Franco y el enriquecimiento ilícito con el que nos golpean los programas de pseudoinvestigación de la Cuatro y de la Sexta, auténticas armas de “manipulación de masas”, sino que coadyuva a demostrar lo contrario. Fíjese que en el testamento se explica que la familia cedió o malvendió al Estado lo que eran regalos particulares a Franco como el célebre Mercedes, regalo de Hitler -actualmente su precio es incalculable-, una pieza que debería estar en un museo de fácil acceso, o el terreno que puso a su nombre el rey de Marruecos en el que se edificó durante el régimen de Franco la embajada española y que también la familia entregó al Estado. Y ese fue un comportamiento habitual del Generalísimo. En el libro, donde naturalmente se aborda esta cuestión, creo que explicándola de forma correcta, contamos cómo Franco cedió otras propiedades que le regalaron en agradecimiento al acabar la guerra, como una gran finca en Valencia que fue entregada al Frente de Juventudes y que hoy no sé qué habrá sido de ella. En el libro se desmiente, con testimonios, mentiras como las referidas a los “impagos” de Carmen Polo por la joyas (curiosamente las que se van a subastar en Londres son de 1925 y 1932) y antigüedades. Uno de los muchos infundios que caen página a página y foto a foto.
- Con respecto a lo que dice, mirando deprisa -no se lee ni se ve esta obra en una tarde-, hacen ustedes hincapié en Franco como persona, en Paco, y aparecen cosas sorprendentes que pudieran equiparar al personaje a Eva Perón atendiendo directamente necesidades pequeñas o relativamente pequeñas.
He de confesarle que el libro fue cambiando conforme iba cobrando vida. Nada de lo que preveíamos inicialmente ha llegado más allá del capítulo 1. Ni siquiera es una biografía cronológica. Son grandes bloques que tratan de explicar al lector cómo era Franco, cómo se veía Franco y qué planteaba Franco.
El libro tiene 3 hilos vertebradores: el primero y principal, las fotografías; el segundo, los documentos procedentes del archivo de Franco, muchos de ellos inéditos; el tercero, el texto que integra ambas cosas. Y sí, el resultado es sorprendente.
Con respecto a lo que usted me dice. Es una faceta poco conocida porque se utilizaba poco en la propaganda. En esto se distancia de Evita. Franco tenía unas cuentas para donativos, que son una herencia del modelo impositivo de la guerra, las suscripciones nacionales, en ellas le ingresaban dinero empresarios para sus donativos. Hemos recogido la carta de uno de ellos que explica muy bien los motivos de su colaboración con 50.000 pesetas anuales. Ese dinero, que tiene su contabilidad, al que con seguridad se añadían donaciones del propio Franco, se empleaba en esas peticiones. A mí me sorprendió encontrar esos datos: un obrero fallecido al cuya familia manda un donativo; un pequeño pueblo de pescadores que necesita una grúa y un camión; unas monjitas con facturas pendientes; unas señoras que tienen una “pensión” para viudas de guerra a las que manda 5.000 pesetas todos los años; 250.000 pesetas de 1945 para el patronato que atiende a las familias de los presos o a los presos que salen en libertad; las 20.000 pesetas que en los sesenta daba a la campaña de Navidad para niños de su mujer… muchas pequeñas ayudas que no trascendían.
-No comparten la visión del Franco aislado, “arrinconado” dice usted que se dice ahora, sin mayor peso internacional, poco respetado…
No, porque es falsa. Mire a Franco lo repudiaba la izquierda, lo que era lógico. Cuando la izquierda estaba en el poder en los países de la Europa Occidental o en EEUU se producía ese rechazo que algunos confunden con el rechazo general del país. Pero eso es solo una parte de la realidad.
Hay en el libro 2 capítulos dedicados a esta cuestión. Creo que la sucesión fotográfica es demoledora. El lector se va a sorprender, porque cuando llegue al final, y seguro que faltan personajes porque de lo contrario serían cientos de páginas las dedicadas a ello, no tendrá más remedio de que revisar la imagen del “odiado dictador internacionalmente”. Me va a permitir una exageración, pero alguno podría preguntarse: y ¿quién no vino a ver a Franco? Ahí están las fotos. Cuando las documentamos nos dimos cuentas que en las referencias del Ministerio de Exteriores se indica que con tal o cual país africano las relaciones no se abrieron hasta los años ochenta, pero sus presidentes habían venido a ver a Franco en visita oficial. Todo lo que pueden argüir es que la mayoría no provenían de países democráticos, pero olvidan que en los años sesenta, por no irnos a los cincuenta, las democracias en el mundo eran una minoría y no existía el actual consenso democrático internacional. La gran expansión de la democracia liberal por el mundo es posterior a la muerte de Franco.
Pero hay algo más. Son las personalidades que piden consejo o buscan la opinión de Franco. Hemos querido centrarnos en el capítulo “Dear Generalísimo” en las relaciones del Caudillo con los EEUU. Recordemos que 3 presidentes americanos visitaron España entre 1959 y 1974, que el número de vicepresidentes, secretarios, generales y empresarios norteamericanos que vinieron a ver a Franco es increíble. Pero no solo era eso. Hemos reproducido la minuta de la conversación privada de Franco con Eisenhower sobre la situación política internacional. Animo al lector a leerla y a valorar el valor que el presidente americano daba a la opinión de Franco.
- Me ha llamado la atención el capítulo que titulan “El hijo fiel de la Iglesia” que hoy podría sacar los colores a la Conferencia Episcopal dado lo acontecido.
- Lo curioso es que es uno de los capítulos que hicimos primero por ser un tema acotado. Tiene razón, va a ser muy difícil que el lector, viendo las imágenes, leyendo los documentos, no experimente una sensación extraña. Cuando repasamos, a prisa porque agotábamos los plazos de entrega e imprenta, la obra -aún no se había producido la profanación pero era un hecho que iba a suceder- ya nos pasó, y más cuando pudimos tener el libro en nuestras manos en la misma semana de los hechos, nos dio entonces la impresión de que habíamos hecho un capítulo que bien pudiera llamarse el “testimonio de una ingratitud”. Y eso que, conscientemente, no entramos en las alabanzas de los sucesivos Papas. No solo es que brote la religiosidad de Franco (es de risa que Preston, pero también un historiador español tenido por conservador, argumente que la religión en Franco fue algo impostado, necesario para ganar la guerra y mantenerse en el poder), es que vemos continuamente la bendición de la Iglesia. El desfile de Cardenales, Obispos, religiosos, de ceremonias…. Está ahí. Pero también las peticiones desde diversas partes del mundo para que interceda con Roma, apoye campañas religiosas, etcétera.
-Por más que he mirado las imágenes, y mire que hay que darle varias vueltas al libro, fijarse en los detalles, las actitudes, porque el volumen de información que se extrae de ellas es impresionantes más me parece que plantean una forma diferente de hacer biografías.
-En eso tiene razón. Yo diría que es una biografía 3.0. Estamos en el tiempo de la imagen; la imagen es lo primero, lo que atraer y empuja. Es una biografía diferente. Primero, porque la obra se arma con las fotografías; segundo, porque el texto es el que ilustra las imágenes y no a la inversa; tercero, porque cuando se lee el relato se acude a las imágenes y a la memoria que estas van creando en el lector. Es un modo de trabajar novedoso en la biografía histórica. Estamos muy acostumbrados a libros inanes que no aportan nada. Libros de refrito, en los que el autor cree que con tres o cuatro libros citados, desconociendo la bibliografía, construye un relato. Nosotros queríamos ofrecer algo novedoso, polémico y de validez.
Las fotografías nos presentan otro Franco. Lo curioso es que el personaje es siempre el mismo. Tanto en las fotografías públicas como en las personales. Franco fue siempre Franco, pero desde antes de la guerra civil como creo que queda demostrado en el libro.
Teníamos la suerte de contar con series enteras, con fotos no destinadas a la publicidad o con aquellas que habían aparecido alguna vez en el lugar que el Caudillo visitaba pero sin mayor trascendencia. Recuperar esa historia era nuestro objetivo. De las 6.000 fotos con que trabajamos quedaron unas 2.000. Luego tuvimos que sacrificar algunas porque era preciso insertar esas que todo el mundo conoce, porque son icónicas y deben estar, son las que ilustran cualquier biografía, pero no son elemento clave en nuestro relato porque son temas que el lector ya conoce.
Las fotos son un descubrimiento para el lector y cada uno va a sacar unas conclusiones distintas porque cada uno apreciará unas o otras. El problema que van a tener es que van a abrir el libro muchas veces.
-Entonces Franco no es el Franco que nos han contado. Ese señor bajito, con voz aflautada, acomplejada, sin carisma, poco inteligente, mal o regular militar, frío….
-No siga porque como recoja todos los mitos de los “hagiógrafos del antifranquismo” no va a quedar espacio. No diría que nuestro Franco no es el que nos han contado, porque depende a lo que se refiera. Evidentemente no es el del mito de la izquierda política y mediática, del consenso progre, del actual discurso de la memoria… Pero es que casi nada de ello se sostiene cuando se recurre a la documentación. Yo dudo que Franco tuviera cualquiera de esos complejos que sirven para armar una caricatura. Es más estimo que los que tienen el complejo son precisamente aquellos que lo mencionan; son producto de su manera de ver las cosas y no de la realidad. Lo de Preston diciendo que no comprende como Carmen se enamoró de Franco porque parecía una pelota de tenis tiene su aquél cuando uno tiene en la mente la figura del historiador británico.
La lógica nos dice precisamente lo contrario. Franco no era tan bajo, no era alto, pero su estatura era algo superior a la media de su generación, y se mantuvo en la media de los españoles de entonces. En muchas fotos no es el más bajo.
No creo que los complejos a los que todos recurren sin mayor base que su opinión sean ciertos. Acomplejado por su voz pero se pasó la vida pronunciando discursos y arengas. No solo fue un buen militar, sino que su biografía se puede periodizar en función de las etapas del militar (táctico, estratega y geoestratega)….
-En muchas ocasiones es Franco el que narra los hechos…
-Esa ha sido una decisión nuestra. Queríamos que fuera Franco el que explicará cuál era su posición, su punto de vista, su planteamiento. Hay muchos textos, algunos inéditos, como el que narra su bautismo de fuego. Textos recuperados como sus artículos sobre Gibraltar. Artículos de los muchos que escribía que seguramente no fueron publicados o no tenemos constancia de ello. No pocas cartas de índole personal…. Todo ello complementa e ilustra las imágenes.
-Y el retrato de Franco.
-Me va a permitir que lo descubran los lectores. Hay un capítulo del que particularmente nos sentimos orgullosos, quizás porque es el más personal “Cuando Franco era solamente Paco”. Nos acerca a su faceta más personal. También el papel que desempeñaron su mujer y su hija. Su hija fue embajadora de Franco. Los lectores van a encontrarse con unas fotos que, sin duda, le sorprenderán.
- ¿Es cierto que Franco consideraba a Juan Carlos como un hijo?
-Desde mi punto de vista rotundamente sí. A esa relación dedicamos un capítulo. Creo que las fotografías que hemos incluido lo dicen todo. Hay una clara reciprocidad entre Franco y el Príncipe. Franco realizó una operación política única: restablecer una monarquía. Eso no ha pasado en Occidente. Fue obra del Generalísimo.
-En unas horas será 20 de Noviembre…
-Una de las grandes fechas de la historia de España. Y es el capítulo final del libro. Yo viví aquellos días siendo un preadolescente y lo recuerdo perfectamente. Ahora bien, una gran parte de los españoles de hoy no tienen esa imagen. Hemos querido recuperarla en el libro.
Hay que recordar que el entierro de Franco fue la mayor muestra de apoyo popular en esas circunstancias de la Historia de España. Millones de personas despidieron a Franco.
-Algo que quiera decir a nuestros lectores.
-Animarles a comprar el libro, a difundirlo -no vamos a negar el silencio que nos rodea-, a regalarlo estas Navidades como respuesta a la manipulación.
Lo compraré y regalaré profusamente. ¡¡¡ VIVA FRANCO !!! ¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!!
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