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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 13 de enero de 2020

Real Madrid 4-1 At. Madrid.- : Con aroma a San Siro / por Quillo Barrios



Con aroma a San Siro

Quillo Barrios
La Galerna - 12 enero, 2020
Fede Valverde corrió como un desesperado a por Álvaro Morata consciente de que la final de la Supercopa de España podía decantarse en el minuto 115. Su única opción era cometer falta y salir expulsado. No dudó. Entró por detrás, con dureza y sin dudar, derribando al delantero del Atlético de Madrid. Roja directa. Ahí terminó de ganar el título un Real Madrid que ya antes se había apoyado en Courtois para mantenerse de pie. Correa se encaró al uruguayo, seguramente más frustrado por la oportunidad perdida que por la entrada en sí. Mientras se montaba la tangana, los comentaristas de 'Movistar' se encendían cada vez más, quién sabe si buscando que la sanción fuera mayor que la mayor de las sanciones.

Rebobinando hasta el minuto uno, lo ocurrido antes de la prórroga no tuvo mayor historia. El Real Madrid se encontró un muro y no supo derribarlo. El Atlético de Madrid es más y mejor que el Valencia y, además, tiene un portero de talla mundial que no comete errores juveniles como Jaume Doménech. Jovic, de menos a mucho más, gozó de las ocasiones más claras, aunque en ambas tuvo que inventar y reinventar hasta llegar al área y poder sentirse cómodo. No es fácil jugar ante un rival cuya propuesta es que no pase nada y esperar que un envío en largo o un contragolpe desate la tormenta.

Zidane y Simeone se anularon con los planteamientos. El esquema de cinco centrocampistas del Real Madrid impidió que el Atleti tuviera espacios en sus salidas, mientras que la presión alta y el posterior repliegue colchonero dificultaron la labor de un equipo, el merengue, que se atascó por dentro y no encontró salidas por fuera. No fue la noche de Carvajal y Mendy. Tampoco la de Kroos, quien, con todo y con eso, nos regaló momentos de buen fútbol, cambios de juego absolutamente deliciosos y algún pase interior que se convirtió en lo más parecido a un problema para el cuadro rojiblanco.

Con Valverde de extremo -y haciéndolo razonablemente bien-, el Real Madrid perdió impacto por los pasillos interiores, algo que recuperó, a medias, en la segunda mitad, cuando el uruguayo centró más su posición. Sin embargo, los arreones blancos coincidieron con la versión más agresiva del Atlético de Madrid en ataque. Morata supo generar y la entrada de Vitolo dio sentido a la idea de Simeone. Fue entonces cuando emergió la figura de un inmenso Courtois, capaz de sacar hasta los despejes envenenados de sus compañeros. Hace tiempo que el belga está a un gran nivel, pero ha sido hoy, en Arabia Saudí, cuando ese nivel ha servido para ganar un título.

Zidane apostó por Rodrygo, Mariano y Vinicius en la recta final -incluida la prórroga-. Los tres le pusieron ganas, aunque sin suerte. Alguna ocasión aislada y poco más. El cansancio fue pesando y el tiempo extra invitó a guardar el 0-0 y no arriesgar demasiado en busca de un gol casi de oro. La expulsión de Valverde redujo todo al mínimo y el encuentro se fue a los penaltis. Aquello recordó a San Siro, con Sergio Ramos pidiéndole a Mariano el lanzamiento definitivo, que se adelantó debido al fallo de Saúl -al palo, como Juanfran- y una nueva intervención de Courtois. El camero miró a lo panenka, pero la puso donde Cristiano Ronaldo en 2016. El desenlace ya lo conocemos y es el mismo de (casi) siempre.

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