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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 23 de mayo de 2015

Reflexión / por Ignacio Ruiz Quintano.


Los cabestros de Florito en la plaza

"...Los Floritos, en cualquier caso, ya sacaron a pasear a los cabestros del “voto obligatorio”, sin reflexionar que uno sólo es ciudadano si goza de libertad política..."


Reflexión


Ignacio Ruiz Quintano
Abc.- 23 de Mayo de 2015
El votante español carece de representación (sistema mayoritario), pero, a cambio, tiene “jornada de reflexión” (?), homenaje que el vicio rinde a la virtud.

Representación es una cosa de los ingleses (por la tradición), los americanos (por Hamilton) y los franceses (por De Gaulle). Aquí, los jefes del 77 prefirieron imitar a alemanes e italianos, de donde viene que lo importante no es elegir, sino pensar.

–Lejos de nosotros la peligrosa novedad de discurrir… –escribieron a Fernando VII los profesores de la universidad (¡qué “déjà-vu” tan español!) de Cervera, cuna de Pepe Ramoneda, el pensador que sitúa el nido del fascismo en un plató de TV ocupado por Belén Esteban.

En la escuela, con la nueva pedagogía, se castiga al niño al “rincón de pensar”, de donde sale un votante que se pasa la víspera de la votación como las figuras del actual destoreo por el ruedo, andando en trance de introspección, la muleta bajo el sobaco, dándose importancia ante un toro que es una mona.

–He necesitado años de reflexión antes de osar poner en cuestión el igualitarismo sacrosanto que fue mi leche y mi miel hasta los últimos tiempos–dijo (¡en 1971!) Jean Cau, ex secretario de Sartre y gran taurino, al publicar “El tiempo de los esclavos”.

Si una cabeza como la de Cau necesitó de años de reflexión para descubrir el pastel, ¿qué pediremos al ciudadano español, que dispone de una jornada que coincide con el final de la Liga en el Bernabéu o con la Primera Comunión de la chiquilla, que dirían los Costus?

Las Comuniones son las excusas más socorridas para escaquearse de las mesas electorales. Hubo un andaluz que alegó “objeción de conciencia”, y no en broma (razonaba impecablemente sus reparos al sistema proporcional), pero, con los constitucionalistas que tenemos, no sé qué habrá sido de él.

Los Floritos, en cualquier caso, ya sacaron a pasear a los cabestros del “voto obligatorio”, sin reflexionar que uno sólo es ciudadano si goza de libertad política.


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