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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 28 de mayo de 2015

"SAN ISIDRO": FUERON A VER A MORANTE Y VIERON A CASTELLA / por Domingo Delgado de la Cámara./ Fotografías de Andrew Moore

Sebastián Castella / Fotografías de Andrew Moore

"...la estocada es la suerte suprema. Y como tal debe ser considerada. Por buena que hay sido la faena, no se pueden dar dos orejas por una estocada claramente defectuosa por baja. Y además, de una ejecución vulgar..."

FUERON A VER A MORANTE Y VIERON A CASTELLA


Domingo Delgado de la Cámara
Gran expectación para ver a Morante en su única comparecencia isidril. Y decepción morantista, compensada por una gran faena de Sebastián Castella. Pero antes de glosar el faenón de Castella, habrá que hablar de Morante y El Juli.

Yo no entiendo la política de Morante, me parece totalmente absurda. Curro Romero toreaba en Sevilla seis o siete tardes todos los años. No se perdía un San Isidro, y no tenía inconveniente en anunciarse en Madrid en julio o en otoño. Curro sabía que en ambas plazas tenía partidarios fieles que estaban tejiendo un mito en torno a su persona. También sabía que un éxito en Sevilla y en Madrid, tiene mucha más repercusión que en Sanlúcar o Cantalejo. Y eso mismo tendría que hacer Morante, teniendo en cuenta que el público madrileño es morantista y está como loco por sacarle a hombros. Torear únicamente una tarde es una lotería, mientras que con tres actuaciones es muy difícil que al menos no embista un toro. También es estúpido llevarse mal con la empresa Pagés, cuando el de la Puebla, debería ser eje de la Feria de Abril. El resultado de todo lo expuesto es que Morante es el mejor artista que vieron los tiempos, pero paradójicamente, tiene un historial muy pobre en Sevilla y en Madrid. Si Morante se hubiera prodigado en ambas plazas, hace tiempo que nadie se acordaría “der Curro”. Pero Curro era muy inteligente y el de la Puebla, no parece serlo mucho. Con su primer alcurrucén no se entendió porque sin ser malo, tenía un cierto genio. Algún muletazo suelto y poco más. El cuarto fue una ruina por mansote, blando y descastado. Resultado, otro San Isidro en blanco para Morante como consecuencia de una política profesional estúpida y contraproducente.

Y ya que estamos hablando de estos temas, habrá que dedicar un párrafo al gran ausente de la isidrada, Enrique Ponce. Dicen que se descolgó de la feria la última noche cuando ya estaba todo negociado, pidiendo el doble de dinero que el año pasado. Esta negativa a comparecer en una plaza que tanto le ha dado, indica que la decadencia de Ponce es evidente. Desde hace tiempo evita los compromisos. Si se hubiera retirado hace cinco años, hubiera quedado estupendamente, admirando a todo el mundo. Desgraciadamente, últimamente está echando muchos borrones en su historial ejemplar. Tampoco tiene un pase que se vaya a Aranjuez a matar dos perros el día de San Fernando, mientras no quiere venir a Madrid. Y en el año de sus bodas de plata como matador de toros, más feo todavía. De José Tomás nada digo, porque me duele la boca, todo el día afeando la estrategia más rastrera e impresentable que ha tenido torero alguno en los últimos cuarenta años. Tampoco voy a decir nada de los ditirambos alcohólicos que le han dedicado después de matar tres becerros en Aguascalientes, ya nadie se los cree.

Julián López se enfrentó a un novillete desmedrado, que nada tenía que ver con los serios alcurrucén que la semana pasada mataron los segundones en esta misma feria. Todos los días no están colando un chivo y no decimos nada, esto ya no se debe consentir más veces. El novillete segundo y el toro quinto, tenían tanta nobleza como sosería. Julián se empeñó en un toreo mandón y por abajo, que no convenía en absoluto a ejemplares tan justos de raza. Se puso muy encima, les bajó mucho la mano y acabó con las escasas energías de sus oponentes. El señor Julián tiene un poderío indiscutible, por eso debería pedir otra clase de ganaderías más fuertes. Los alardes de dominio admiran con las fieras, mientras que no tienen sentido con los ovejos. No es lo mismo tratar a patadas a un tigre de bengala que a un gatito de Angora. Lo primero es una machada, lo segundo un abuso.

La corrida de Alcurrucén, tirando a chica, fue muy mansa en el caballo y dio poco juego en la muleta. Con una gloriosa excepción, la del tercero de la tarde. En el caballo fue manso como sus hermanos, pero en la muleta es el mejor toro que hemos visto en mucho tiempo. Y mira que últimamente están saliendo toros buenos. Sus hechuras perfectas ya anunciaban una embestida sensacional. La calidad la comenzó a cantar el toro desde que Castella se abrió de capa. Después de salirse muy suelto dos veces en el caballo, llegó a la muleta con una embestida extraordinaria por alegre y enclasada. Frente a tan gran toro, Castella tuvo un mérito formidable, estar a su altura.

Cuando un toro embiste tan bien, es muy difícil estar a su altura y no quedar en evidencia. Cuando el toro embiste, embiste y embiste, es muy difícil no ahogarse con tanta repetición. Y es muy difícil también tener tanta clase como el toro. Castella estuvo a la altura de tan exigentes circunstancias.

El inicio de faena fue soberbio. Comenzó con esos pases por la espalda que domina tan bien, seguidos de pases de todas clases, tal como decían los revisteros antiguos. Hasta rematar con una trincherilla y un pase del desprecio, dio once muletazos ligadísimos. Este inicio grandioso, puso muy alto el nivel de la faena desde el principio. El toreo en redondo fue también de gran nivel. Esta vez el toreo monocorde y repetitivo de tantas veces, no apareció. El toreo en redondo se basó en el trazo largo, en la limpieza y en la ligazón. El trazo largo permitió ligar muchos pases en cada serie, porque el llevar largo permite ligar sin enmendarse. La limpieza también es esencial, nada hay más feo que un enganchón, y no hubo ninguno a lo largo de toda la faena. Por último, hubo una gran ligazón, única forma de conmover al respetable. El toro mientras tanto, seguía una y otra vez la muleta de Castella. El trasteo fue muy elegante, delante de un toro ideal para medir la capacidad y trascendencia de un torero. El final por ayudados por bajo con la pierna flexionada, fue muy torero. Castella mostró una faceta refinada y torera, que muy pocas veces suele enseñar. 

Estocada a la primera y en medio del delirio, dos orejas y vuelta al ruedo para el toro. Se hace necesario puntualizar. La vuelta al ruedo ha sido un exceso. El toro ha sido sensacional en la muleta, pero su juego en el caballo fue de una clara mansedumbre, saliendo suelto de manera muy ostensible. En el caballo no cumplió ni con ese mínimo de quedarse en el peto y dejarse pegar, se fue de naja. Ya sé que actualmente sólo importa el juego del toro en la muleta, pero cuando se ignora la pelea en el caballo, no se está premiando la bravura completa, únicamente la nobleza. El toro debe cumplir en todos los tercios de la lidia no sólo en el último.

Por otro lado, la estocada es la suerte suprema. Y como tal debe ser considerada. Por buena que hay sido la faena, no se pueden dar dos orejas por una estocada claramente defectuosa por baja. Y además, de una ejecución vulgar. Sí lo sé, soy un aguafiestas. También sé que con mi actitud no hago ningún bien a la Fiesta en estos momentos en que todo el mundo quiere triunfalismo. Pero insisto, son matadores de toros, por tanto la suerte de matar no puede ser soslayada. Con esa estocada, mejor dar una oreja que dos. Y cuando estoy diciendo todo esto en el tendido, me espeta un castizo: 

-Pero si sólo le damos sólo una oreja a Castella, quedaría a la misma altura que Manzanares…y eso sí que sería una injusticia. No me compare este faenón, con aquella chapuza pasándose el toro a dos kilómetros, no me la compare usted, porque no hay comparación. 

- ¡Touché!, desde ese punto de vista, su argumentación es irrebatible. Pero dejando comparaciones al margen, sigo siendo de la opinión que para cortar dos orejas a un toro en Madrid, la estocada debe ser impecable, por buena que haya sido la faena. 

Y ayer vimos un faenón, que obliga a revisar ciertos tópicos e idas prefabricadas que hemos tenido con respecto al torero francés. Castella no sólo tiene casta, también torea tan bien como ayer. Enhorabuena a Castella por una faena pulcra como elegante.













3 comentarios:

  1. Es de verguenza hablar así del Maestro Ponce tras su paso por Madrid, Bilbao y Sevilla el año pasado a pesar de su cornada en Valencia. De verguenza decir que hubiera tenido que retirarse hace cinco años en los cuales ha triunfado rotundamente en Bilbao con dos Puertas Grandes y siempre dando la cara en todas las plazas.
    De verguenza esta falta de respeto.


    Javi Barrera



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  2. Con lo de Ponce no tienes razón, Domingo, y lo sabes. Pidió el mismo dinero que el año pasado y los de la empresa le cambiaron el ganado, y no hicieron más que ponerle pegas. Parece que se quisieron ahorrar el caché de Ponce porque vieron que tenían una feria, medio rematada, con la presencia de las demás figuras. Y de decadencia, y de no asumir compromisos nada de nada!! Te recuerdo que el año pasado fue a Madrid y a Sevilla pudiendo haberse aliviado, y este año es probable que vaya en Otoño. Ojalá!! Y lo de decir que se tenía que haber retirado hace 5 años es incomprensible, cuando en estos años ha habido inmensas e históricas faenas del valenciano. Hasta podría rescatar alguna crónica tuya alabándolas. Parece que quieres dar una patada a del Moral en el culo de Ponce, porque andáis enfadados por el tema Manzanares... Espero verte en Bilbao.

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  3. Quejarse de que un nuñez salga suelto del caballo y mansee hasta el segundo tercio, es ignorar las caracteristicas de este encaste y es de pesimo aficionado.
    Toro de vuelta al ruedo indiscutible para la gloria de nuestra Fiesta de los Toros.


    Mariano

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