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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 8 de enero de 2020

Mentir... para sobrevivir / por Juan Manuel Rodríguez



De modo que nos encontramos con un presidente del Gobierno que dice que no pactará con Podemos pero que al final pacta y con un presidente de la federación que dice que se lleva un título oficial español a un país que no respeta los derechos humanos... al objeto de defenderlos.

Mentir... para sobrevivir

El poeta inglés Alexander Pope dijo una vez que quien decía una mentira no sabía qué tarea estaba asumiendo porque, a partir de ese momento, tenía que llevar a cabo la ingente tarea de inventar otras veinte mentiras más para sostener la certeza de su primera mentira.

Hoy, por ejemplo, hemos asistido en el Congreso de los Diputados a una gran mentira, a una estafa nacional, a un inconmensurable bulo creado ni más ni menos por quien, tras la segunda votación realizada este mediodía, ha salido investido como el séptimo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Para sustentar la farsa, su farsa, la que le va a mantener más o menos tiempo en el poder, Sánchez ha dicho que el Gobierno que ha salido hoy es el único posible. Mire, yo conozco a gente que ha votado al PSOE, que le votó a usted y que lo hizo bajo una única premisa: Jamás me apoyaré en los votos comunistas ni independentistas. Y eso es justamente lo que ha hecho hoy, apoyarse en el voto comunista y antiespañol para sacar adelante su elección por un márgen de dos votos. Usted mintió a sus electores, les dio gato por liebre, les dijo que votándole a usted no entrarían en el Gobierno ni Podemos ni los antiespañoles, y Podemos le ha votado y Esquerra y Bildu se han abstenido. Si usted convocara elecciones hoy, el PSOE no llegaría ni a los 70 diputados, de modo que su gran mentira, sustentada en otras veinte mentiras más como decía Pope, tiene como único objetivo su supervivencia política.

La de Sánchez es una mentira grosera, una mentira a la vista de todo el mundo y una mentira que ya no pueden solucionar ni siquiera quienes creyeron en este PSOE y votaron a ese partido político. Pero hay mentiras más peligrosas por cínicas. Mañana arranca en Arabia Saudí la Supercopa de España. Sí, sí, la Supercopa de España... en Arabia Saudí, que es ese país en el que se discrimina a la mujer y se encarcela, cuando no algo peor, a los homosexuales. Ya sé que este de la elección de Arabia Saudí como sede de la Supercopa de España fue un tema ampliamente debatido en su día, pero si la federación cree que porque hayan pasado diez, cien o mil días quien esto suscribe se va a olvidar del argumento falaz empleado por Luis Rubiales para defender la elección... se equivoca. A partir de mañana hablaremos del asunto deportivo, que es el que, al parecer, importa más que ningún otro, pero hoy, en la previa, hay que insistir en que Rubiales argumentó como justificación de su elección de Arabia Saudí como sede de la Supercopa española la defensa de los derechos humanos, que ya hay que tenerla de cemento armado

De modo que nos encontramos con un presidente del Gobierno que dice que no pactará con Podemos pero que al final pacta y con un presidente de la federación que dice que se lleva un título oficial español a un país que no respeta los derechos humanos... al objeto de defenderlos.

No sé si el modelo de la Supercopa es más o menos atractivo, supongo que dependerá de quien opine al respecto. Y sí sé que la federación va a ganar mucho dinero y que, por ende, los clubes participantes van a ingresar mucho más. Es como lo de Tomás Guitarte, rebautizado magistralmente por Federico Jiménez Losantos como Tomás Quitarte: le han prometido inversiones para Teruel a cambio de vender España. Nadie se cree que Rubiales se lleve la Supercopa a Arabia Saudí para defender los derechos de las mujeres y de los homosexuales, nadie: a Rubiales le han prometido 40 millones a cambio de vender la dignidad nacional, porque la federación española de fútbol representa también al Reino de España. Y ahora brindemos por los goles y brinquemos por nuestros colores porque, al fin y al cabo, ¿a quién carajo le importa un pimiento lo que pase en Arabia Saudí?... Total, allí van a viajar mil españoles, que luego se volverán a casa para disfrutar de las excelencias del vicepresidente Iglesias y señora. La mentira de Sánchez es burda, la de Rubiales es cínica, y ambas obligan a sus promotores a inventar por el camino otras veinte mentiras más. Mienten pero resisten, aguantan para sobrevivir y, como decía el otro día Santiago Abascal, lo mismo les da Juana que su hermana. O sea, lo mismo les da la mentira que la hermana de la mentira.

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