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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 14 de abril de 2020

CARLOS ARRUZA / por Antonio Portillo Peinado



 El 17 de febrero de 1920 nació en México D.F., fruto del matrimonio de españoles, compuesto por D. José Ruiz Arruza y Dña. Cristina Camino Galicia, el niño Carlos Ruiz Camino, sobrino además del zamorano de Tábara D. Felipe Camino Galicia, hermano de su madre. 

ARRUZA 100 AÑOS TAMBIEN

Antonio Portillo Peinado
Córdoba, 14 de Abril de 2020
Este año de 2020, en el ámbito taurino, indiscutiblemente es el año del recuerdo y homenaje a "Joselito el Gallo", al cumplirse 100 años de su muerte en la plaza de toros de Talavera de La Reina.

Pero ésto no debe hacernos olvidar otras efemérides taurinas como la que describo en este artículo.

El 17 de febrero de 1920 nació en México D.F., fruto del matrimonio de españoles, compuesto por D. José Ruiz Arruza y Dña. Cristina Camino Galicia, el niño Carlos Ruiz Camino, sobrino además del zamorano de Tábara D. Felipe Camino Galicia, hermano de su madre. 

Cualquier aficionado puede pensar que el artículo está equivocado. Pero no es así querido lector, pues se trata del que  años más tarde tendrá como nombre artístico Carlos Arruza, sobrino del gran poeta León Felipe.

Así pues el pasado 17 de febrero, cuando ya empezaban a ser alarmantes las noticias que nos llegaban desde China por el coronavirus, se cumplieron 100 años del nacimiento del gran torero mejicano, del "Ciclón" como le apodaron, hermano del que también fue torero Manuel Arruza.

"Hermanos Arruza: Manuel y Carlos"

Debutó el 28 de noviembre de 1934 en la plaza mejicana de Vista Alegre, en compañía con su hermano Manuel. En abril de 1936 los dos hermanos novilleros viajan a España, con tan mala fortuna que a los dos meses estalla la guerra civil. Vuelven a México en 1937 y se ven afectados ambos por el conflicto entre España y México que impedía torear a los toreros de ambos países en los contrarios. Como quiera que Carlos había nacido en México y previamente Manuel en Santander, no podían torear juntos, pues cada uno no podía torear en el país natal del otro. 

Desde su vuelta a México, Carlos realiza dos temporadas como novillero, antes de tomar la alternativa en El Toreo el 1 de diciembre de 1940 de manos del grandisimo matador, también mejicano Fermin Espinosa "Armillita Chico". 


El conflicto taurino Hispano-Mexicano no permite a Carlos Arruza torear en España hasta 1944. El 18 de julio de ese año confirma la alternativa en Las Ventas de mano de Antonio Bienvenida. Arruza estuvo muy lucido en banderillas y cortó una oreja.

"Arruza en un ajustado par de banderillas" 

Lo apoderaba Andrés Gago que, pese a no tener un gran cartel en México y ser un perfecto desconocido en España, tuvo la habilidad de hacerle torear en Portugal con "Manolete". Ocurrió en Lisboa el 4 de junio de 1944, en corrida sin estoquear los toros, con J. B. Nuncio que rejoneó un toro y "Manolete", Arruza y "Morenito de Talavera" con ganado del Duque de Palmella. 

Arruza se quedó impresionado al ver torear al cordobés. En sus memorias decía:

 <<Nunca había visto a nadie ponerse más cerca del toro y aguantar con más estoicismo y seguridad las embestidas, inciertas la mayoría de las veces, de su primer enemigo......Citó para instrumentar un estatuario. A mi modo de ver, nunca se me hubiera ocurrido empezar así la faena a ese toro, sino que hubiera procurado doblarme con el animal, para ver si después lograba quedarme quieto. Pero Manolete tenía otra idea distinta. Desde un principio se afirmó sobre la arena y se quedó quieto... ¡Muy quieto!. En esos momentos le dije a Antonio Rangel, que estaba a mi lado en el callejón: --Me corto la cabeza si se queda quieto--. Si hubiera cumplido lo que dije, desde ese momento hubiera sido un decapitado>>

Su interés por Manolete lo llevó un mes después de lo de Lisboa a verlo el 6 de julio a Madrid en la corrida de la Prensa. Después de la actuación del cordobés en esa corrida ante el toro "Ratón", sobrero de Pinto Barreiro, quedó tan impresionado que se sentía incapaz de presentarse en Madrid doce días después para confirmar su alternativa. Carlos decía así en sus memorias:

<<Mi primer pensamiento (tras ver a Manolete) fue ver a Algara y Gago para decirles que me perdonaran, pero que yo no torearía el 18 de julio. 
¡Se necesitaba estar loco para hacerlo, a los pocos días de lo que hizo Manolete!. Se hicieron gestiones para que viniera Fermin Rivera que estaba en Lisboa, pero por no tener su pasaporte visado no pudo pasar a España. 
Me buscó Algara y me dijo que mi actitud echaría todo a perder, ya que era la única oportunidad de que el boicot se arreglara y que todo estaba en mis manos. >>

Finalmente se decidió y, como he dicho, confirmó el 18 de manos de Bienvenida, y salvó felizmente el compromiso, no sin un susto de última hora, que coincidió con el primer favor que le hizo Manolete. 

Resultó que a tres horas del inicio de la corrida no había llegado el traje de luces. Una gran inquietud se apoderó del mejicano, que pudo aliviar, porque Gago le pidió un traje a Manolete que estaba en el mismo hotel Victoria, que le facilitó al instante. Y así confirmó su alternativa con un traje de luces de Manolete. 


Los primeros enfrentamientos entre ambos fueron poco amistosos. La primera actuación de ambos toreros en la misma corrida fue en Cieza el 26 de agosto de ese 1944 con Pepe Bienvenida completando terna. Manolete estuvo muy bien, pero tras la muerte de su segundo toro abandonó la plaza y no pudo ver la actuación de Arruza en el sexto, en el que obtuvo los máximos trofeos. 

Cuando tras la corrida Gago le dijo a Camará que Carlos había cortado una pata de ese sexto toro, se inició una competencia que llevó a un enfriamiento en la relación entre ambos toreros. 


Tras los primeros encuentros ciertamente fríos, ambos diestros empezaron a aproximarse; se saludaban en los patios de cuadrillas y mantenían una actitud más normal. El empujón definitivo vino de la mano de una paella a la que los invitaron, junto a sus cuadrillas y apoderados, los empresarios de la plaza de Valencia: Alegre y Puchades, para celebrar el éxito obtenido días antes, en concreto el 6 de mayo de ese 1945, en la alternativa de Parrita. Se repartieron a partes iguales entre Manolete, Arruza y Parrita nada menos que 12 orejas, 6 rabos y 3 patas. A partir de ese día la amistad cuajó de tal forma que la mantuvieron, como si fueran hermanos, hasta su muerte. 


Según cuenta en sus memorias: 

<<Ser amigo de Manolete era uno de mis fervientes deseos y ya estaba realizado.>>

Los públicos pensaban lo contrario, dada la gran rivalidad que mostraban en la plaza, pero no era así, tal como afirmaba el mejicano: << Era lucha, sí, pero con una nobleza tan grande que hacía posible imaginar que nos apreciábamos tanto como en realidad lo sentíamos. >>


Esa temporada de 1944 el mejicano triunfa en España donde torea 40 corridas. Vuelve en otoño a México, y fracasa en esa temporada invernal. Regresa a España en 1945 para hacer con "Manolete" una temporada apoteósica para ambos, tanto profesional como personalmente, consolidando su amistad al tiempo que su rivalidad. Una amistad, de verdad, que duraría de por vida, lamentablemente corta para ambos. 

En ese año torean 8 corridas "mano a mano" el cordobés y el mejicano: 3 en Barcelona, los días 27 de junio, 31 de agosto y 26 de septiembre; el 19 de ese mes en Lisboa con J. B. Nuncio rejoneando; dos días después el 21 en Logroño; el 30 de ese mismo mes en Hellín y finalmente el 5 de octubre en Zafra.

 

Esa temporada de Arruza en España fue extraordinaria obteniendo grandes triunfos en la gran mayoría de plazas, pero fueron especialmente significativos en Barcelona, que prácticamente se convirtió, junto a Sevilla, en "su plaza", y su lugar de residencia. La de 1945 fue la temporada más importante de su carrera taurina, pues llegó a alcanzar la cifra de 108 corridas toreadas, quedando en el primer puesto del escalafón de matadores de toros, seguido por Manolete con 72 festejos mayores. De no haber perdido el cordobés más de una treintena de corridas a causa de la cogida de Alicante, con fractura de clavícula, a buen seguro que ambos matadores habría sobrepasado el centenar de corridas. 



Arruza fue un buen torero. Destacaron en él sobremanera dos virtudes: su valor y su capacidad de comunicación con el público, que le propició cortar muchos trofeos. Fue un torero muy inteligente, pues supo contraponer su estilo y su personalidad con la de su rival y amigo Manolete. Destacó por su facilidad con las banderillas y toreó bien y variado con el capote. Fue dominador con la muleta, aunque falto de calidad artística y eficaz estoqueador. 


Él era consciente que su valor tenía que mostrarlo con formas más espectaculares, aunque menos meritorias que el estoicismo de Manolete o la gracia de Pepe Luis Vazquez. De ahí sus recursos de nuevos pases, como la "arrucina" o desplantes como el "teléfono" que transmitieron optimismo en un público más festivo que el aficionado que seguía siendo fiel a Manolete y Pepe Luis. 



Cómo he venido desglosando a lo largo del artículo la relación de amistad entre Arruza y Manolete fue extraordinaria. Se acrecentó más, si cabe, cuando al finalizar la temporada de 1945 ambos toreros fueron a México en compañía de otros matadores españoles, entre los que cabe destacar a Rafael Vega "Gitanillo de Triana", que ya había tenido anteriormente muy buena relación tanto con el cordobés como con el mejicano. 

Las temporadas americanas del 1945-46 y 1946-47 fueron las más felices, desde el punto de vista personal, de Manolete, y yo me atrevería a decir que de los tres, al menos en el ambiente taurino.

Debido a una nueva ruptura entre toreros de México y España las temporadas 1946 y 47 no torea en España, centrando la mayoría de sus actuaciones en países sudamericanos, Francia, Portugal y su país. Tuvo una primera retirada en México DF el 22 de fiebrero de 1948. Al año siguiente no torea, y en 1950 lo hace sólo en Francia y Portugal. El 18 de febrero de 1951 obtiene el mayor éxito de su vida ante sus paisanos en la Monumental, y vuelve a España. 

En 1952 regresa a Barcelona, su plaza, para darle la alternativa a César Girón y torea en nuestro país ese año. Creo que la falta de Manolete y el éxito de Luis Miguel Dominguin, torero de corte similar al mejicano, en esas  temporadas, provocó un importante bajón en el interés del público por él. Se retiró finalmente en 1953. En 1956 volvió a los ruedos, pero como rejoneador, actividad que continuó su hijo Carlos Ruiz Vázquez. El Toreo a caballo no fue su fuerte.

Viajando en automóvil, de Toluca a Ciudad de México el 26 de mayo de 1966 falleció sobre el asfalto. El mismo día y mes que 9 años antes le concedieron en España La Cruz de Beneficencia. Lamentablemente los dos amigos íntimos de Manolete, como si hubieran estado tocados por el fatalismo, murieron en iguales circunstancias, pues Gitanillo falleció, también en accidente de coche en Belinchón (Cuenca) el 22 de mayo de 1969.¡¡Maldito mes de mayo!! 


Cómo Cordobés, aficionado, admirador de Manolete y amigo de Rafael Vega hijo, me siento obligado a agradecer la relación de amistad auténtica entre "los tres compadres", me consta que fueron muy buenas personas al tiempo que grandes toreros. 

Córdoba tiene que agradecerle a Arruza el impulso y la gestión llevada a cabo para la organización de la Gran Corrida Homenaje a Manolete celebrada en la vieja plaza de los Tejares el 21 de octubre de1951, que fue determinante para que se pudiera erigir frente a la Parroquia de Sta. Marina el Monumento a Manolete. Los tres amigos volvieron a estar juntos ese día, aunque el cordobés lo hiciera con su espíritu. 

"Arruza preside el homenaje a Manolete frente a su casa natal" 

"Monumento a Manolete sufragado con la corrida propiciada por Arruza) 

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