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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 7 de septiembre de 2020

Manolo Lozano. Contrariedades, consejos y sugerencias / Entrevista por Javier Hurtado

“Francamente, esperaba de ANOET que prestara mayor atención a sus miembros”

La palabra taurino puede emplearse como adjetivo o sustantivo. En este caso, hay pocas de su género que compriman en la definición, igual número de profesiones u ocupaciones. El término taurino que hoy se utiliza alegremente hasta el punto de denominar de tal manera a un sencillo aficionado a los toros, debería etiquetar exclusivamente, a quienes han formado y forman parte de los principales estamentos que conforman la Cultura de la Tauromaquia.

Manolo Lozano
Contrariedades, consejos y sugerencias

Javier Hurtado
Avance Taurino / Sptbre/2020
Con letras mayúsculas, convenientemente sombreadas, hay que escribir el nombre de Manolo Lozano, aficionado en grado superlativo y profesional del toro con varias trayectorias, abiertas desde temprana edad. Primero como novillero; después, siendo empresario y apoderado, encontró un hueco para doctorarse en el arte de Cúchares. Continuó más tarde, y ya hasta el final de su trayectoria profesional, con la representación de destacados matadores de toros y la regencia de un considerable número de plazas de toros. 

Manolo Lozano es miembro fundador de ANOET y decano de los empresarios que aglutinan esa asociación profesional, pero no está contento con su funcionamiento. Considera que se ha perdido el espíritu solidario y colaborador que tuvieron los socios fundacionales. “Y que fuimos los mismos que estábamos adscritos al Sindicato Nacional del Espectáculo donde se agrupaban los toros, el cine, el teatro y las “varietés”. A La muerte de Franco se desmanteló el Sindicato Vertical y cada una de las corporaciones que lo integrábamos tiró por un camino. Los empresarios, con José Barceló a la cabeza, fundamos la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos. Primero tuvimos la sede en el número 18 de la calle Castelló, pero días antes de la muerte de Franco, viendo lo que se avecinaba, nos cambiamos al 12 de Núñez de Balboa, a un piso que era propiedad de Antonio Zambrano, propietario con su hermano José Luis del hierro ganadero de Cerroalto y de la famosa finca placentina La Mazagona. 
El piso era la vivienda familiar de Antonio y su esposa, la actriz de origen alemán Helga Liné, pero acababan de separarse y lo tenían puesto a la venta. Así que aprovechamos la oportunidad y lo adquirimos a buen precio.” 

- ¿Y dónde buscaron acomodo los demás estamentos? 
“Matadores, banderilleros y apoderados –yo también formaba parte del gremio de los apoderados-- fuimos a unas oficinas que nos prestó el ganadero Baltasar Ibán en el número 3 de la misma calle Nuñez de Balboa”. 

- ¿Cómo era el funcionamiento de aquella iniciática asociación empresarial?. 
“En aquellos años se celebraban tres y hasta cuatro asambleas nacionales. Eran esencialmente reuniones de hermandad y nos juntábamos cerca de 200 empresarios. Cuando falleció José Barceló le sucedió Manolo Chopera, a la sazón empresario de la plaza de Las Ventas, sin que mediara votación alguna. Y nunca he sabido por qué razón se determinó que el gerente de Madrid, debía ostentar el cargo de presidente de ANOET, pero ya se ha convertido en costumbre. Con Chopera, que estuvo diez años al frente de la Asociación, el número de asambleas se redujo a una por temporada y posteriormente, bajo las sucesivas presidencias de mi hermano José Luis Lozano, Oscar Chopera, José Antonio Chopera y Simón Casas, las veces que a los socios se nos ha convocado a una reunión pueden contarse con los dedos de una mano.” 

- ¿Y, entonces, la desaparición de reuniones periódicas, ha repercutido negativamente en el entusiasmo de ciertos asociados, por continuar dentro del consorcio? 
“¡Cómo no! De los aproximadamente 160 socios que llegó a tener ANOET, actualmente somos 34, añadiendo a este número las últimas diez incorporaciones que tuvieron lugar en los últimos meses, porque nos habíamos quedado en 22. Los asociados estábamos acostumbrados a recibir circulares informativas después de cada junta, y siempre que nuestros representantes mantenían reuniones con miembros de la administración, en las que se trataban asuntos de interés general, también nos remitían una nota informativa sobre lo tratado, pero esa buena práctica fue desapareciendo paulatinamente. En una junta celebrada en noviembre de 2018, hubo una modificación de los Estatutos. Yo estaba en América y me enteré con posterioridad por los medios de comunicación. Fueron muchos los socios que se desengañaron y abandonaron la Asociación, y los que permanecemos, no podemos ocultar nuestra contrariedad por el modus operandi actual.” 

- A Manolo Lozano, como dijo el poeta, la luz del entendimiento le hace ser muy comedido, pero es inevitable ocultar el malestar que le aqueja. 
“Estoy contrariado porque de la asociación, y en momentos tan comprometidos como los que estamos pasando por culpa del Covid, no fluye información hacia sus asociados, ni trascienden iniciativas, ni surgen ideas que contribuyan a atenuar la peliaguda situación que atraviesa el sector. Francamente, esperaba de ANOET que prestara mayor atención a sus miembros. Hace días leí que a José María Garzón se le abría un expediente sancionador, y me extrañó, porque salió de ANOET antes de que se celebrara la corrida de El Puerto de Santa María. Por otra parte, Garzón vendió las entradas permitidas y dos días después, para ver a Miguel Poveda en el mismo escenario, se arremolinó mucha más gente, pero de eso nadie se ha hecho eco. En Castilla la Mancha, García Page, hasta hace unos días permitió el 75 por ciento del aforo en las plazas, y debido a los rebrotes lo ha rebajado al 50. Pero la exigencia del metro y medio en Andalucía va a ser la puntilla para el toreo. Y no vale culpar al Consejero de Presidencia Elías Bendodo, porque él se limita a transmitir las órdenes que recibe del presidente Juan Manuel Moreno.” 

- ¿A Manolo Lozano, como decano de ANOET, se le ocurre alguna medida paliativa? 
“Por supuesto que se me ocurren ideas. Es más, aunque ya hace tiempo que dejé la actividad, mi condición de empresario y apoderado, me impulsa a buscar soluciones al grave problema que tiene planteado la Tauromaquia. En este sentido, a un empresario emprendedor y valiente le he aconsejado que organice las corridas de toros en modo cooperativa, para que, en caso de darse muy mal las cosas, como suele decirse, es preferible contar varios heridos, que un solo fallecimiento.” 

- ¿Y alguna recomendación novedosa? 
“Hace 20 años, con la ayuda de Antonio Peña, presidente de la patronal de empresarios Taurinos de Andalucía, convencí al Director de Espectáculos de la Junta, José Antonio Soriano, para que el Reglamento Andaluz permitiera la celebración de festivales tanto benéficos, como no benéficos. De no haberse incorporado esa modificación, ¿cómo le habría sido posible a Jesulín de Ubrique torear los festivales que ha toreado? Posteriormente conseguí que hiciera lo propio el Reglamento de Castilla y León. Por eso, me gustaría que de aquí a final de temporada, algún que otro ganadero pudiera dar salida a toros cinqueños en festivales no benéficos. Saldrían ganando no sólo ellos sino todos los estamentos. Además de que el ganadero evitaría mandar esos toros al matadero, los toreros tendrían la oportunidad de lidiarlos vestidos de corto; por supuesto los toros estarían reglamentariamente despuntados y podría dárseles dos o tres puyazos. Para los espadas sería algo así como un entrenamiento de baja exposición. Y el empresario, al tratarse de un festival, ofertaría las entradas a módicos precios. En otoño, cuando la pandemia afloje y dejen de celebrarse corridas, los empresarios que llevan mis plazas de Segovia y Baza, me han asegurado que preguntarán a los toreros si prefieren lidiar festivales con novillos, sin tercio de varas, o cuatreños con picadores, y que este festejo se anunciaría así: Toros de corrida a precio de festival.” 

Caminando con paso firme y mente preclara, a Manolo Lozano, sempiterno taurino, se le han hecho aún más sinceras las humildades, honestos los propósitos y circunstanciados y serenos hasta los envanecimientos. Pasará a la historia y Dios permita que sea tarde, como un Taurino fetén.

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