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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 23 de julio de 2021

PLACER SÁDICO / por Alfonso Ussía

Twitter censura a Morante de la Puebla por «placer sádico»

El siguiente paso es la prohibición. Morante de la Puebla ha sido el primero en experimentar la condena por su incalificable sadismo. El plan es que todo lo que tenga que ver con los Toros desaparezca. Y lo conseguirán. Pero no le robarán a España la maravilla de su Arte en movimiento y su Cultura.

PLACER SÁDICO

Alfonso Ussía
A mis años, una revelación inoportuna, una noticia desagradable, siempre conlleva la serenidad del arrepentimiento. Hoy, me siento un hombre arrepentido por haber experimentado en tantas ocasiones y lugares el placer sádico. Así considera Twitter el placer de emocionarse con el arte del toreo, el arte en movimiento, el arte de la arrogancia severa ante la muerte. Sí, lo reconozco. Soy un sádico placiente y placible. Me arrepiento.

Desde niño a muy mayor, jamás he tenido la valentía de reconocer mi afición y devoción por el placer sádico. A Morante de la Puebla, el gran torero sevillano, se le ha ocurrido colgar en Twitter vídeos con retazos de su toreo de capa y sus faenas en una corrida de la feria de Algeciras.

Y Twitter ha bloqueado su cuenta, por fomentar el “placer sádico.

La culpa la tienen los toreros, no los aficionados. Ellos son los creadores del placer sádico que sentimos los enamorados de nuestra Fiesta y nuestra Cultura. Antonio Ordóñez, Antonio Bienvenida, Pepe Luis y Manolo Vázquez, Paco Camino, Curro Romero, el Viti, Diego Puerta, Manolo González, Luis Miguel Dominguín, César Girón, Morante de la Puebla, Roca Rey, Castellá… Todos ellos malvados intérpretes de un misterio que al fin, ha sido descalificado por su sadismo.

No me aventuro a relacionar a los pintores, escritores, poetas, escultores y compositores españoles que han dejado muestras de su placer sádico a lo largo de los siglos. De Goya a Picasso y de Lorca a Benlliure ocuparía cien folios. También experimentó el placer sádico que tanto preocupa a Twitter Jean Cocteau, Orson Welles, Ernest Hemingway, Herbert Von Karajan… Poemas, ensayos, oberturas, pinturas, esculturas esparcidas por todo el mundo.

Hasta el gran asesino, el que experimentaba un placer sádico disparando personalmente a los homosexuales cubanos, el Ché Guevara, lo primero que hacía cuando llegaba a Madrid era pedir una barrera en Las Ventas. Y claro está, también los ganaderos son cómplices del sadismo, criando esos toros en sus cuidadas y maravillosas dehesas, imprescindibles colaboradores del placer sádico cuando estallan sus adentros de bravura y de nobleza. La dehesa, el paisaje de España más cuidado y prodigioso, y que los ecologistas “sandía” desean que desaparezca. Porque es un paisaje ganadero, y la carne, sea de res brava, mansa, o de porcino, también es un placer sádico para quienes todo lo bueno destrozan en su propio beneficio.

Enterarse, ya con una edad provecta y bien disfrutada, de que esa sensibilidad emocionada que el toreo inspira, ni es sensibilidad ni es emoción y sólo merece figurar entre los placeres sádicos, no es agradable.

En Madrid, en Sevilla, Jerez, Córdoba, Puerto de Santa María, Valencia, Salamanca, Burgos, Santander, San Sebastián, Bilbao, Ronda, Pamplona, Nimes, Dax… he creído sentir la maravilla de un arte y una cultura única en el mundo, y hoy me entero de que esas lágrimas que se asomaron a mis ojos cuando el arte sobrevolaba la inmediatez de la muerte, lo hacían con un fondo sádico y perverso. Un comisario político de Twitter nos ha revelado nuestra verdadera condición. Sádicos.

Todo sigue su curso. La libertad del arte y la devoción por la Cultura son fascistas. Tan fascistas como la libertad y los derechos del ser humano.

El siguiente paso es la prohibición Morante de la Puebla ha sido el primero en experimentar la condena por su incalificable sadismo. El plan es que todo lo que tenga que ver con los Toros desaparezca. Y lo conseguirán. Pero no le robarán a España la maravilla de su Arte en movimiento y su Cultura. Cuando la tauromaquia, los toreros, las ganaderías bravas, los caballos y las dehesas sean vulnerados, España habrá desaparecido. Es lo que buscan los comunistas, los socialistas, Soros, los separatistas y los chinos

Demasiados enemigos para que el arte resista. Pero siempre queda la esperanza de que lo haga, y el placer sádico se convierta en placer heroico.

¡Cómo te odian los malos españoles, España!

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