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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 22 de agosto de 2021

¿Qué hace el taurinismo? / por Pla Ventura

La situación se ha tornado insostenible y, lo sangrante de la cuestión es que, salvo algunos periodistas que hemos roto lanzas a favor de la fiesta, los auténticos protagonistas, los que viven de esa profesión, TODOS, deberían de haber ocupado las calles de España y Madrid por encima de todo, para protestar contra la barbarie, para defender su pan, para pedir aquello que les están robando, para que, en definitiva, nuestros criminales políticos que practican la dictadura al más alto nivel, que comprobaran que tienen detractores pero, no es el caso. ¡Qué pena!

 ¿Qué hace el taurinismo?

Pla Ventura
Toros de Lidia / 21 agosto, 2021
Eso digo yo, qué hace el taurinismo mientras los políticos destruyen lo poco que queda de la fiesta. Es inconcebible que, tras todo lo que estamos viendo desde Gijón en que, una dictadora aberrante decide clausurar su plaza de toros, o desde Andalucía, donde otra iluminada, prohíbe, por decreto ley, que puedan ganarse la vida los enanitos con sus espectáculos taurinos y, repito, tras todo lo visto, en estos instantes, todos los hombres de toro, desde el primer matador hasta el último monosabio, todos deberían de estar en la calle quemando contenedores que, como se sabe, en las manifestaciones de izquierdas es lo habitual. Del mismo modo, rompiendo escaparates de todo tipo, exactamente lo que hacen los indeseables que sufrimos en España.

La situación se ha tornado insostenible y, lo sangrante de la cuestión es que, salvo algunos periodistas que hemos roto lanzas a favor de la fiesta, los auténticos protagonistas, los que viven de esa profesión, TODOS, deberían de haber ocupado las calles de España y Madrid por encima de todo, para protestar contra la barbarie, para defender su pan, para pedir aquello que les están robando, para que, en definitiva, nuestros criminales políticos que practican la dictadura al más alto nivel, que comprobaran que tienen detractores pero, no es el caso. ¡Qué pena!

Tras lo de Gijón, de repente, debería de haberse suspendido todas las ferias de España que haya toros, así como en todos los pueblos donde se hubiere programado un festejo taurino. Suspendidos, pero por decisión de sus protagonistas, nada de esas mariconadas de El Juli y sus secuaces que han aparecido en sus redes sociales diciendo tonterías. El tema, por la gravedad que reviste, no es una cuestión de redes sociales. ¿Acaso sois idiotas y no os dais cuenta de la gravedad del asunto? ¿Estáis ciegos que no sois capaces de comprender que, a este paso, ya no habrá toros ni en Madrid? Qué por cierto, no los hay. ¿Nadie se acuerda ya de Cataluña, de Barcelona concretamente que era la plaza de toros que más festejos daba en el mundo, por consiguiente, cientos de puestos de trabajo para toreros, ganaderos y demás gentes del toro?

Al parecer, por lo que vemos, la gente del toro no tiene memoria y, lo que es peor, son tan insensatos como los políticos de derechas que, como ha hecho el mundo del toro, el PP y sus secuaces tampoco se han manifestado para defender la fiesta más ancestral del mundo. 

Como se comprueba, según ellos, los taurinos, para eso estamos nosotros, los periodistas decentes, para criticar a esos políticos aberrantes que destruirán, muy en breve, lo poco que pueda quedar de la fiesta de los toros.

Es loable la carta que ha escrito Victorino Martín a la apestosa de Gijón pero, eso no soluciona nada. Su acción ha sido meramente testimonial. Lógicamente, hemos comprobado que Victorino Martín, en calidad de presidente de la FTL ha hecho lo que correspondía en su papel al frente de la Fundación pero, en realidad, Victorino, como todo el mundo taurino, debería de haber salido a la calle y, como decía, hacerse notar, con la palabra, con pancartas, quemando contenedores, romper todo el mobiliario urbano que encuentren a su paso, -lo que hace la puta izquierda cada vez que se manifiestan- herir a cuantos policías se les acerquen; vamos, hacer todas las barbaries que hacen ellos para que, de una santa vez nos hagamos notar.

De tal modo, aunque suene bárbaro, sería la única forma de que el guapo de la Moncloa se preguntara. ¿Qué está pasando aquí? Del modo explicado, por muy imbécil que sea un político, seguramente que tomaría lección y, en el peor de los casos para sus adentros se haría la pregunta que he citado y, quién sabe, igual se tomaba alguna decisión pero, como la izquierda sabe de nuestras cobardías e inacciones amariconadas, ellos se siguen riendo, se burlan de nosotros, nos quedamos sin fiesta, los toreros sin trabajo y nadie mueve un solo dedo.

Como dije algunas veces, esto no ha hecho nada más que empezar que, como sabemos, ha comenzado por Gijón y, barrunto que si Dios no lo remedia, seguirán por el norte, es decir, Bilbao y San Sebastián ya pueden ir preparándose. Será, como dije, en cualquier pueblo de España porque lo de la guarra de Gijón, con toda seguridad que marcará un precedente; es decir, nadie tendrá reparo ni mucho menos miedo para tomar una decisión tan sangrante como la contada.

Mientras todo eso ocurre, el mundo del toreo, todos lloran por las esquinas, nadie se pronuncia y, si alguno lo hace es mediante eso que llaman redes sociales que es un forma de mariconeo muy en boga, pero que no aporta solución alguna. Ellos, los políticos criminales, al ver nuestra ineptitud al respecto, al comprobar que estamos todos callados como putas bien pagadas, seguirán con sus fechorías y, cuando dentro de diez minutos, el guapo de turno se levante con almorranas y dicte una ley en la que prohíba los toros y miles de personas se queden sin trabajo, veremos luego quien endereza este mástil.

Tenemos que saber que Santiago Abascal es un gran defensor de la fiesta de los toros, amigo personal de Morante, ha visitado dehesas, mantiene buena relación con muchos ganaderos, con empresarios pero, amigo, él solo no puede salvar la fiesta. 

Es loable su actitud, la más bella del mundo, pero si le dejamos solo a lo máximo que puede aspirar es a declarar, como hace siempre, su respeto hacia la fiesta y su admiración por la misma pero, poco más. Por poner otro ejemplo, ¿qué puede hacer Alfonso Ussía por los toros? Defenderlos en su tribuna pero, ahí acaba su cometido, como pueda ser el nuestro. La solución para todos los males está en manos de los taurinos y, si ellos no son capaces, no tienen valor para enfrentarse al poder, faltan tres telediarios para que el mundo de los toros sea una sucursal de Cuba que, no sería lo más grave; lo triste de todo es que, pasado ese tiempo del que hablo, España entera será un sucursal cubana que, para mayor desdicha, hasta nos regirá un venezolano, Nicolás Maduro, para que todos sepamos lo que vale un peine. Y lo digo muy en serio porque para nuestra izquierda, el dictador aludido, es un demócrata con todas las de la ley.

En la foto el guapo de España. Como decía, tenemos que ir rezando porque si un día se levante con el pie derecho -digo derecho porque con el izquierdo se levante siempre- que no nos pase nada a los españolitos, los que le votaron y los que le repudiaron, entre los que me cuento, claro.

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