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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 4 de septiembre de 2021

Transmisión / por Pla Ventura:

Cuando salen al ruedos toros como el que mostramos en la foto, la palabra transmisión desaparece del vocabulario habitual entre los comentaristas.

Y por eso, por esa falta de transmisión tan acuciante por la que está muriendo la fiesta a pasos agigantados. Recordemos una vez más, lo diremos millones de veces, la hecatombe en la que estamos sumidos solo puede salvarla el toro en su auténtica pujanza y grandeza porque todo lo que sea sucedáneo, como viene siendo habitual, como diría Gabo, todo es la crónica de una muerte anunciada.

 Transmisión

Pla Ventura
Toros de Lidia / 4 septiembre, 2021
La moda, respecto al toro, si éste no colabora para el torero se le endilga el calificativo que nos dice que dicho animal no tiene transmisión. Sin lugar a dudas es una forma de salir del atolladero sin ofender a nadie y quedando bien con todos. Aquello de que le falta “un puntito de transmisión” queda como anillo al dedo pero, insisto, es una forma generalizada que la usan todos los informadores en la que, de tal modo salvan los muebles, no critican a nadie y todos contentos.

Claro que, la frasecita no la he escuchado jamás cuando en la arena aparece un toro de verdad, caso de Miura, Victorino, Pedraza, Adolfo, Escolar, Pablo Romero, -ahora Partido de Resina- Fuente Ymbro…..Dicho lo cual creo que es muy sencillo de entender que, cuando falta transmisión nos hallamos ante la borreguez de unos animales sin alma que, por dicha razón, son caricatos del toro de lidia y no emocionan a nadie.

Es cierto, diría el otro, que nadie sabemos qué puede tener dentro un toro bravo y, no faltamos a la verdad. Pero no es menos irrefutable que, con las ganaderías antes citadas, la transmisión la tenemos asegurada. Más tarde, el toro podrá ser más o menos bravo, toreable, remiso, incluso con malas ideas pero, la transmisión la tenemos garantizada por completo. En honor a la verdad, qué poco cuidamos la grandeza del toro que, como explico, tenemos que apoyarnos a la hora de informar en frases como la citada que, en realidad son un mero pretexto para no decir nada y, lo que es peor, falsear lo que está ocurriendo en el ruedo.

Y por eso, por esa falta de transmisión tan acuciante por la que está muriendo la fiesta a pasos agigantados. Recordemos una vez más, lo diremos millones de veces, la hecatombe en la que estamos sumidos solo puede salvarla el toro en su auténtica pujanza y grandeza porque todo lo que sea sucedáneo, como viene siendo habitual, como diría Gabo, todo es la crónica de una muerte anunciada.

Uno va observando por ahí lo que sucede en distintas plazas y, qué casualidad, cuando no aparecen las figuras sale el toro auténtico y, lo que es mejor, sus lidiadores hasta triunfan por lo grande, caso de Octavio Chacón hace unos días con una corrida de José Escolar en la que cortó tres orejas y ayer otras tantas a un victorino o, el propio Fernando Robleño que desorejó a un puro Santa Coloma. O el mismo Finito de Córdoba que ha indultado un toro de Fuente Ymbro. Y de tal forma podría citar una lista muy larga de toreros que, con la honradez como norma y la torería como bandera, siguen triunfado en estas corridas que, lo único que les sobra es transmisión.

Es cierto que, por mucho que prediquemos no arreglaremos nada porque el mal está en las entrañas de la fiesta y, como es “lógico” nadie quiere curarlo. Al respecto del toro en su pujanza y grandeza, es desolador que muchos de sus criadores tengan que llevar los toros al matadero porque no encuentran lidiadores o empresarios capaces de comprarlos para ser lidiados y engrandecer a la fiesta de los toros. Son esas incongruencias que nos quitan el sentido, nos ponen de mal humor y, para colmo, quieren que sigamos comprando boletos para ver la parodia.

Pocos aficionados quedan, es la pura verdad; pero los que quedan, como aficionados o seguidores de las figuras, todos tienen una bondad que ya la quisiera para él Su Santidad El Papa. Para asistir a los espectáculos descritos, como digo, o se es santo hasta el límite de los altares o unos viciosos empedernidos, no se puede dar otro calificativo. Eso sí, el poder establecido, sus adláteres y demás escribidores, todos alaban la parodia que, al parecer es lo que priva y vende; bueno, lo de vender ya es otro cantar porque como millones de veces he dicho, eso es un eufemismo sin paliativos porque si le llamamos vender a que haya tres mil personas en una corrida de figuras, sinceramente, nos estamos engañando a nosotros mismos y, no existe peor delito que no reconocer la verdad.

Cuando salen al ruedos toros como el que mostramos en la foto, la palabra transmisión desaparece del vocabulario habitual entre los comentaristas.

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