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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 21 de septiembre de 2021

Berta sabe / por Juan Manuel Rodríguez

 

Me inquieta la firmeza con la que Berta aseguró el sábado que Gil Manzano no volvería a pitar en el Wanda esta temporada. A los árbitros de la Liga los designa, jornada a jornada, el Comité de designación; dicho Comité está formado por un triunvirato integrado por el presidente del estamento arbitral, que en este caso es Carlos Velasco, por un representante arbitral elegido por la Liga, que es Antonio Jesús López Nieto, y por un tercer miembro designado por consenso entre ambos. 

Berta sabe

¿Q sabe Andrea Berta que no sepamos los demás? O, para ser exacto, ¿qué sabe Andrea Berta que no sepan los demás directores deportivos de clubes de Primera División? Porque, que yo sepa, las recusaciones arbitrales, eso que popularmente se conoció en el argot futbolístico como "la nevera", o sea el derecho que tal o cual club tenían para vetar a determinados colegiados dependiendo de si sus decisiones eran consideradas o no nocivas para sus intereses, ese derecho ya fue eliminado, ¿no? Por eso, repetiré mi pregunta: ¿Qué sabe Berta que no sepamos los demás? ¿Qué le han prometido a Andrea Berta que no le hayan prometido al resto? Porque, y después del arbitraje de Gil Manzano, Berta fue tajante al respecto: "Este árbitro es muy malo, no va a volver a venir aquí". Lo dijo con la seguridad de quien tiene en su poder una información que los demás no tenemos: "No va a volver a venir aquí". ¿Por qué? ¿Qué sabe Berta?

La suerte que tiene Berta es que su cargo es el de director deportivo del Club Atlético de Madrid Sociedad Anónima. Si en vez de serlo del vigente campeón liguero, Berta ocupara la dirección deportiva, por ejemplo, del actual subcampeón, sus declaraciones habrían dado la vuelta al mundo y estarían ocupando portadas en los periódicos y horas y más horas de radio, pero, al trabajar para el Atleti, lo que diga o deje de decir Andrea Berta no le importa absolutamente a nadie ni, por supuesto, le preguntan por ello a Simeone en rueda de prensa. Se sabe, porque es público y notorio, lo que el Atleti ganó con su traición al Barcelona, la Juve y, fundamentalmente, al Real Madrid, que fue el que luchó contra los equipos ingleses para colarle por la puerta de atrás en el G-12 superliguero: al poco de salir corriendo con el rabo entre las piernas, Miguel Ángel Gil fue nombrado vicepresidente de la Asociación de Clubes Europeos que preside el ínclito Al-Khelaifi.

La actitud sumisa de Gil júnior, yendo rápidamente a lamer las botas también a la Comisión Delegada de la Liga de Fútbol Profesional, supuso que se le mantuviera como vicepresidente. Aún resuenan en mi cabeza las palabras de Javier Tebas: "Miguel Ángel no ha estado en ninguna reunión clandestina". Porque, según Tebas, Gil junior se acostó una noche y a la mañana siguiente, de repente y sin él saber ni cómo ni por qué, amaneció como miembro integrante y fundador de la SuperLiga. Lo que quería decir Tebas era que, a diferencia de Florentino y de Laporta, que sí se habían reunido con nocturnidad y alevosía, el consejero delegado del Atleti era una suerte de querubin, un hombre sin maldad alguna al que los perversos presidentes de Real Madrid y Barcelona habían llevado, sin él quererlo, por el camino del mal.

Me inquieta la firmeza con la que Berta aseguró el sábado que Gil Manzano no volvería a pitar en el Wanda esta temporada. A los árbitros de la Liga los designa, jornada a jornada, el Comité de designación; dicho Comité está formado por un triunvirato integrado por el presidente del estamento arbitral, que en este caso es Carlos Velasco, por un representante arbitral elegido por la Liga, que es Antonio Jesús López Nieto, y por un tercer miembro designado por consenso entre ambos. La Liga de Tebas tiene, al menos, un peso de un tercio como mínimo en la designación semanal de los colegiados y a nadie le cabrá la menor duda de que López Nieto, que siempre fue un manso, hará lo que tenga que hacer y firmará al pie de la letra de lo que diga quien le colocó ahí, o sea Tebas, que fue el que, para atacar a Florentino, dio la cara y defendió al dueño del Atleti. Por eso repito: ¿Qué sabe Andrea Berta que no sepan aún a estas horas el presidente, los directivos, los técnicos, los jugadores y los socios y aficionados del equipo que lidera la clasificación de Primera División? ¿Se van a tapar o ya no tienen que disimular?

Berta, claro, es bastante más torpe y menos sibilino que Simeone. A la conclusión del partido contra el Athletic, el entrenador colchonero dijo que la segunda cartulina amarilla que Gil Manzano mostró a Joao Félix no se la habrían enseñado a ningún otro jugador. El Cholo ya nos tiene acostumbrados a sembrar de pellizquitos de monja el campeonato. Con mensajes como ese, que pasan inadvertidos para casi todo el mundo, también se ganan las Ligas. No creo que Simeone esté demasiado contento con Berta porque el director deportivo del Atleti ha descubierto las cartas. Si, tal y como aseguró el sábado, Gil Manzano no vuelve a arbitrar al equipo rojiblanco en el Wanda sabremos que, efectivamente, Berta (y, por extensión, Gil júnior, Cerezo y Simeone) sabía algo que no conocíamos los demás, sabía que Roma no pero que Nyon, París y desde luego Madrid sí pagan la traición.

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