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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 16 de septiembre de 2021

Inter-Real Madrid.- 0-1: Rodrygo firma el prestigio / por Athos Dumas


Un tiempo para cada equipo, en definitiva, pero el Madrid, a diferencia del club milanés, no se conformó con las tablas. Desde la salida del terreno de juego de Lautaro, los locales optaron por no atacar más y los madridistas supieron encontrar la rendija que les daba los 3 puntos en un partido bastante discreto, pero trabajado seriamente y con fe hasta el final.

0-1: Rodrygo firma el prestigio

Athos Dumas
La Galerna - 15 septiembre, 2021
Empezó todo con la decisión de Ancelotti de desplazar a Nacho al lateral izquierdo para fijar la dupla de centrales con Militao y Alaba, que volvía a la titularidad. Los primeros minutos fueron dubitativos por parte de nuestras tropas, con sendos sustos provocados por Lautaro y Dzeko, tras desajustes en defensa, bien resueltos por Courtois.

Casemiro lanzó un tiro que lamió el palo izquierdo de Handanovic, lo que hizo pensar que el dominio interista llegaba a su fin. Craso error. Lo que vino después fue todavía peor: un carrusel de ocasiones nerazzurri con dos cabezazos de Lautaro, un tiro envenenado de Brozovic que se fue fuera de milagro (ver la espléndida “Milagro en Milán”, de Vittorio de Sica) y un fusilamiento de Dzeko. Courtois resolvió todo su trabajo con sobresaliente, siendo con diferencia el mejor jugador merengue. Del resto, apenas unos destellos de Vinicius, un cabezazo de Militao y muy poco más.

La continuación no podía ir peor que lo que vimos en el primer tiempo en el que el Real Madrid fue incapaz de mantener el balón, y con muchos problemas, en especial por el flanco izquierdo, que era dominado por Barella y por Darmian, con Nacho y Valverde siempre desbordados.


Algo mejor empezó la segunda mitad. La presión sobre los tres centrales lombardos parecía algo más eficaz. El dominio era blanco, aunque sin apenas peligro. Pero el balón ya no era italiano.

Courtois volvió a salvar los muebles a cabezazo de Dzeko, seco y al pasto, que el belga resolvió con una parada antológica.

Pareció un espejismo. Vinicius seguía despertando al equipo y movía los cimientos interistas. Por fin llegó un tiro merengue entre los tres palos, en el minuto 57, por parte de Carvajal, que resolvió Handanovic sin mayores problemas. Dumfries y Di Marco por entonces ya habían relevado a los carrileros Perisic y Darmian.

Todo el peligro blanco se creaba en los pies de Vinicius, que traía a Dumfries por la calle de la amargura. Rodrygo entró por Lucas, muy fallón toda la noche. Lautaro se retiraba, agotado por un esfuerzo descomunal, dejando su sitio a Correa.

VINICIUS TRAÍA A DUMFRIES POR LA CALLE DE LA AMARGURA

Pero seguíamos sin ocasiones claras, y todo hacía pensar en que no se iba a mover el marcador inicial. El partido pedía más cambios por parte de Ancelotti y transcurría ya el minuto 75, con dos equipos muy conservadores y pensando en guardar la ropa en lugar de arriesgar.

Camavinga entró en escena sustituyendo a un Modric que demostraba mucho cansancio. Ya era el minuto 80. Dominaba más el Madrid, y los cambios de Inzaghi no habían mejorado a los suyos. Por parte merengue, fue todo lo contrario: los cambios fueron acertadísimos y la prueba es que Camavinga logró dar una asistencia, casi sonando la campana, que Rodrygo aprovechó batiendo al meta rival y logrando su tercer gol ante Handanovic en los tres últimos partidos disputados contra el Inter.

Un tiempo para cada equipo, en definitiva, pero el Madrid, a diferencia del club milanés, no se conformó con las tablas. Desde la salida del terreno de juego de Lautaro, los locales optaron por no atacar más y los madridistas supieron encontrar la rendija que les daba los 3 puntos en un partido bastante discreto, pero trabajado seriamente y con fe hasta el final. El clásico partido de no jugar a nada para acabar ganando. Y con 4 jóvenes destacando: Vinicius, Valverde, Rodrygo y Camavinga, más el trabajo impecable del mejor cancerbero del planeta, Thibaut Courtois.

Fotografías: Imago

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