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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 25 de septiembre de 2021

VENEZUELA. COLUMNA DE LOS SÁBADOS / POR Víctor José López EL VITO: PARES AL QUIEBRO


A LOS TOROS/Caracas, 25 de septiembre de 2021

ES EXPRESIÓN DE MORANTE;–En democracia todo es política. Nunca jamás podría pensar en pertenecer a ningún partido. Para los que tenemos cierta edad, siempre nos hemos sentido protegidos por las administraciones, por los políticos... pero cuando ya hay un ataque frontal, cuando hay un partido, que lo quiere prohibir ya está politizado. Ahí no hay más remedio que acogerse a otro partido que contraataque. Si no, estamos perdidos. Ante un ataque, tiene que haber otro ataque. Por eso me he significado tanto con Vox, porque me siento representado con esa lucha cultural que llevan hacia adelante.


ES CONCLUSIÓN de Paco Aguado: José y Juan se estaban fundiendo. Aquel terminaría toreando con un temple mucho más logrado que el trianero. Y este, buscando en la sabiduría alista un amparo a su pureza, lograría mantenerse con su regularidad en la cumbre durante varias temporadas y sin demasiados sobresaltos. José se templó y Juan se profesionalizó, hasta el punto de conseguir la insólita marca de 109 corridas en la temporada de 1919, lo que nadie ni él mismo podría haber sospechado … Tanta era la fusión, o la confesión, que ambos trocaron hasta sus papeles sociales. Joselito conoció a Bergamín través de Sánchez Mejías, trabó amistad con la actriz Margarita Xirgu, frecuentó los teatros y aspiró casarse con una señorita de alta sociedad. Belmonte acabó con los flamencos, entrando como inspiración en la órbita de los artistas del duende. Y se refugió en el campo, con botos y zahones, para terminar acosando con maestría, mientras que Gallito viajaba a Lima vestid de americana, corbata y cuello duro.


EXPLICA JOSÉ CARLOS: Por qué vamos a los toros. Primero una pregunta: ¿Por qué la tauromaquia se llama Fiesta? Fiesta es ruptura, un corte temporal de la vida cotidiana, el olvido de sus reglas, la transgresión del orden instituido, saborear el fruto prohibido de la libertad. También es el regreso a la vida sin normas que previsiblemente que nunca existió, pero con la que soñamos. Por eso nos gusta volver lo que supuestamente era el principio.

En los días festivos no se trabaja, no hay jefe, no hay jerarquías, el tiempo no lo miden los relojes, uno hace lo que le da la gana. Los misántropos detestan la fiesta, todo lo demás lo consienten . Pero los que sienten alegría de vivir y se abren al entusiasmo deponerse al mundo por montera, lo disfrutan. Afortunadamente, en el calendario de la vida hay días festivos.

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