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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 27 de abril de 2023

Negros malos / por Juan Manuel Rodríguez


 "...Ya son dos los negros malos del Madrid, Vinicius y Rüdiger, que fue a regalarle su camiseta a un niño. ¿Te parece mal que se gire cuando le llaman mono? Pues ponte tú ahí. Baja tú. Menos paternalismo, menos cursos de psicología, menos libros de autoayuda y más aplicar la ley, que no es sólo para Vinicius sino también para él. ¿O como es negro no tiene derechos? Voy a empezar a pensar que es por eso..."

Negros malos
Juan Manuel Rodríguez
L.D./26/4/2023 - 20:37
Buena prueba de que Vinicius no se desconecta de los partidos como pretenden hacernos creer es que, a estas alturas de la temporada, ya ha marcado los mismos goles que la pasada, o sea 22, y ha dado una asistencia más, o lo que es lo mismo 17. Y recuerdo que la temporada pasada el Real Madrid ganó Liga y Champions y Vinicius protagonizó una campaña redonda. O sea que ese mantra tantas veces repetido de que Vinicius se va del partido o se pierde en situaciones que no tienen que ver con lo estrictamente futbolístico, no es cierto. Es más, y viendo esos números, es más fácil llegar a la conclusión totalmente contraria, o sea la de que al delantero del Real Madrid le hace falta ser el centro de atención para jugar bien al fútbol. Míchel lo confesó anoche con una simplicidad demoledora: "Es muy bueno y de algún modo le tenemos que parar". O lo que es lo mismo, los rivales del Madrid pretenden (a la vista está que en vano) desconectar a Vinicius y en muchas ocasiones lo hacen cruzando algunas líneas rojas, anoche mismo ocurrió en Montilivi.

¿Por qué cruzan a veces en el terreno de juego esas líneas rojas los rivales de Vinicius? Fácil: porque se lo consienten. Y aquí hay otro dato que respalda mi afirmación: desde 2018, año en el que aterrizó en España, a Vinicius le han sancionado 288 faltas recibidas (gracias, Maketo Lari) y, en esas cinco Ligas, únicamente dos rivales del Madrid han sido expulsados tras hacerle una falta al jugador brasileño, Monchu del Granada y Gabriel Paulista del Valencia. Sería interesante saber cuántas faltas más ha recibido Vini además de esas 288 pero viendo cualquier partido del Madrid en la Liga española yo me atrevería a decir que la cifra se puede ir tranquilamente a las 600. Ayer, sin ir más lejos, una entrada por detrás de Arnau al tobillo del jugador no mereció ni siquiera tarjeta amarilla por parte del árbitro. Vamos, no pitó ni falta. Era roja y ni siquiera pitó falta: ¿Con qué reglamento jugaba este futbolista?

Volvamos al principio, a lo que ayer dijo Míchel en un alarde de sinceridad que le honra: "Eres muy bueno y te tenemos que parar". Le tienen que parar, sí, pero ¿de cualquier modo? Pues los rivales del Real Madrid tienen la impresión de que sí pueden pararle transgrediendo el reglamento. ¿Y por qué tienen esa sensación? Pues porque tenemos los peores árbitros de la Unión Europea. Esa circunstancia, a la de que a los rivales de Vinicius se les consienta absolutamente todo, consigue un efecto tan pernicioso como pagarle durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico, y es que Vinicius, que es un futbolista espectacular que regatea, encara, dribla, marca goles y, en definitiva, nos alegra a todos la vida con su arte, ve cómo otros jugadores menos dotados técnicamente que él tratan de pararle de cualquier modo sin que la persona llamada a imponer la ley, que debiera ser el árbitro, lo haga. Otro dato: Vinicius, que es quien recibe más faltas, ha visto esta temporada 14 tarjetas amarillas, pero lo relevante no es eso sino que, de esas 14 tarjetas, 13 han sido en España y 1 en la Champions. Y, de las 13, 3 las ha visto contra el Barça. Será casualidad.

Si a Vinicius no le desconectan a patadas sobre el césped sin que el árbitro haga nada, intentan hacerlo desde la grada. Ayer, en Montilivi, volvieron a proferir insultos racistas contra él. Vamos, que le llamaron negro. Y digo "volvieron" porque fuera del Bernabéu se está convirtiendo en un recurso habitual faltarle al respeto a este jugador en concreto utilizando para ello el color de su piel. Y es curioso cómo algunos colegas míos de profesión le dan la vuelta a la tortilla porque a Vinicius le llaman negro, pasa su mano por el parche que reconoce al Madrid como campeón del mundo y lo que se dice es que provoca a la grada. No, queridos, no, sois vosotros con vuestra idiocia quienes provocais a las personas inteligentes. Hace diez días, en el Cádiz-Real Madrid, Rüdiger fue a regalarle su camiseta a un crío, empezaron a llamarle negro y mono desde la grada, el futbolista del Madrid se giró y la conclusión del narrador Carlos Martínez fue que iba a provocar. No, hijo, no, provocas tú.

De modo que a Vinicius tratan de desconectarlo sin conseguirlo a base de patadas e insultos racistas mientras absolutamente nadie hace nada pero hete aquí que sigue siendo el mejor de todos. Es heróico. Lo que deberían hacer su club y sus compañeros es salir en su defensa y lo que debería hacer el presidente de la Liga de fútbol más desprestigiada del mundo es protegerlo porque, sinceramente, es lo único exportable que tiene. Fuera de aquí se habla de Vinicius y de Negreira y no creo que Tebas prefiera que el segundo sea más protagonista que el primero. ¿Cuál es el objetivo? Pues yo creo que el objetivo es en el fondo que este chico se aburra y se vaya a la Premier por ejemplo con lo que la basura de esta competición marcada a fuego por el escándalo de que el Barça pagara durante 17 años al vicepresidente arbitral, ya será total y absoluta. Ya son dos los negros malos del Madrid, Vinicius y Rüdiger, que fue a regalarle su camiseta a un niño. ¿Te parece mal que se gire cuando le llaman mono? Pues ponte tú ahí. Baja tú. Menos paternalismo, menos cursos de psicología, menos libros de autoayuda y más aplicar la ley, que no es sólo para Vinicius sino también para él. ¿O como es negro no tiene derechos? Voy a empezar a pensar que es por eso.

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