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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 9 de noviembre de 2015

“Mi General, o mejor dicho, Julio” / Por José María Martín Corrochano-Capitán de Infantería-




CARTA ABIERTA
  José María Martín Corrochano-Capitán de Infantería-
Mi General, o mejor dicho, Julio: Todos los militares recibimos o impartimos charlas de valores militares, y hoy quiero, aunque sea en papel, impartirte una más, quizá la última para ti como militar. Honor, que bonita palabra, y que difícil de definir. Yo voy a intentarlo.

Honor es defender y respetar nuestra Bandera, esa que juramos, aunque tu me imagino prometiste, defender hasta derramar la ultima gota de nuestra sangre, y que tu compañero teniente de Alcalde de Barcelona ultrajo en el balcón del ayuntamiento. 

Honor es respetar al jefe supremo de nuestras fuerzas armadas, SM el Rey, cuyo busto metieron en una caja tus compañeros del ayuntamiento de Barcelona, o cuyo retrato quitaron del lugar preferente que por ley le corresponde, o como tus mas cercanos compañeros de Zaragoza, humillaron tratando de quitar su honroso nombre de un polideportivo. 

Honor es respetar la memoria de nuestros muchos camaradas asesinados por la ETA, y con cuyos palmeros gobiernan tus compañeros de Navarra. 

Honor es la divisa de nuestra querida Guardia Civil, a cuyos miembros, tu compañero Alcalde de Cádiz, permitió, con una sonrisa en sus labios llamar hijos de puta en un acto público. 

Honor es la lágrima callada de las familias de nuestros camaradas fallecidos en misiones internacionales, en las que tu, a pesar de llegar a General, no tuviste la suerte de participar, ya que alguien debía quedarse cuidando los despachos. 

Honor es jugarse la vida contra piratas en aguas somalíes, aunque el tuviese potestad para ordenar actuar contra ellos, prefiriera el silencio, o quizás el dialogo. 

Honor es morir en aguas del Atlántico, vistiendo el honrado uniforme del nuestro querido Ejército del Aire, del que tu has decidido desprenderte para vestir la mas cómoda camisa vaquera. 

En fin, el Honor es eso que cuando se pierde, ya no se recupera. 

Quizás te parezca pretencioso que un pobre Capitán quiera dar hoy la lección de moral, pero que sepas que hacerlo ha sido para mi todo un Honor. 

No quiero acabar sin recordarte el lema que aprendí hace mas de treinta años en mi querida academia de Talarn, y que un político, como tu eres ahora, ordenó quitar de nuestro monte Constampla: 

A ESPAÑA SERVIR, HASTA MORIR. 
Atentamente. José María Martín Corrochano - Capitán de Infantería -

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