De buena reata...
Amor de nieto..
Juan Lamarca
...Y amor de abuelo en permanente acto de buena educación a su nieto, en lo natural, transmitiéndole lo que ha mamado y de lo que se siente satisfecho y orgulloso, y a mucha honra pues claro que sí.
Así es Alberto Lázaro, un fenómeno prototipo de lo que siempre se estimó como buen español, depositario de los más altos valores que la persona nacida en esta Iberia celtibérica pudiera presumir. Un caballero legionario que soñó con triunfar en los ruedos y que aún cultiva su natural afición taurina en traje corto con el nombre de "El Niño de la Marcha Verde", con sombrero de ala ancha o su Chapiri legionario, ya sea en festivales benéficos, en ayuda a escuelas taurinas, o por otras nobles causas. Su imagen forma parte inseparable de la monumental madrileña de Las Ventas; un bastión de amor, respeto y fidelidad a las corridas venteñas y al mundo del toro que le corresponde con la más alta consideración de amigo ejemplar y aficionado cabal.
Un auténtico caballero español que ama apasionadamente a su Patria, su Bandera, a sus héroes ofreciendo lealtad en el recuerdo. Con Alberto, con sus sentimientos y principios no hay quien pueda, ejerciéndolos y mostrándolos con orgullo y valentía en estos tiempos que corren a contraestilo de lo que representa la esencia de la España decente y de la que Alberto Lázaro, el legionario, el torero, el patriota, el amigo, forma parte indisoluble. Este es Alberto, el que manifiesta de forma permanente su alegría de ser español con naturalidad torera; máximo reflejo de la cultura hispana, sus tradiciones y buenas costumbres, haciendo historia entre su gente que son legión, en su ambiente que traspasa al amplio ruedo de Las Ventas, enarbolando el banderín de enganche en la madrileña Hermandad de Caballeros Legionarios con el lema grabado en su corazón: El Espíritu de Disciplina: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.
Gloria y honor para Alberto Lázaro, llama viva de la esperanza de una España mejor.
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