Antón, un torero de dinastía, que se tomó un descanso quizás aburrido de un sistema en el que era muy difícil mantenerse en los carteles de las ferias que dan y quitan, y ahora, más sedimentado y todavía joven, ha decidido volver a intentar colocarse en el sitio que merece por su calidad torera.
El retorno de un torero de raza
Paco Mora
El torero albaceteño Antón Cortés vuelve a los ruedos después de seis años de inactividad vestido de luces. Antón, torero gitano de reconocido duende, es hijo de Sebastián Cortés, uno de los matadores con más arte de su tiempo, sobrino de Manuel de Paz, espada de acusada personalidad, así como de Manuel Amador Correa, el más sólido de los toreros de la familia -que fue en muchos carteles por delante de El Cordobés-, y primo de Manuel Amador (hijo), también retirado y hoy apoderado y empresario taurino. Es, por tanto, Antón, un torero de dinastía, que se tomó un descanso quizás aburrido de un sistema en el que era muy difícil mantenerse en los carteles de las ferias que dan y quitan, y ahora, más sedimentado y todavía joven, ha decidido volver a intentar colocarse en el sitio que merece por su calidad torera.
Antón Cortés, que en sus comienzos como matador de toros tuvo una tarde muy ilusionante en Madrid y que por ello le dio una vuelta a España acartelado en muchas de las ferias de mayor importancia, vuelve confiado en alcanzar ahora el sitio que entonces le negaron los imponderables. De raza le viene al galgo y es de esperar que su calidad se abra camino en un escalafón en el que puede caer muy bien un torero de su vena gitana y de reconocido pedigrí. Además, no por todo lo antedicho deja de ser un torero dentro de la casta que se les reconoce a las figuras históricas de la patria chica de Montero, Pedrés y Chicuelo II. ¡Suerte, matador!
No hay comentarios:
Publicar un comentario