...no aspiran a independizarse; pretenden un referéndum de autodeterminación que establezca una federación entre una nueva República Popular Española
Una hipótesis plausible
Melitón Cardona
Ex Embajador de España.
Febrero / 2019
Se habla mucho de “independentistas” y de “independencia” de Cataluña pero se trata de un espejismo más en que quieren hacernos caer y en el que, probablemente, hayamos ya caído porque no es la independencia a lo que se aspira, sino a algo mucho peor. La lista de 21 medidas que el presidente-marioneta Torra entregó al mas grande felón del Reino desde los tiempos de Fernando VII, debería habernos puesto sobre aviso. En ellas hay un punto de discusión sobre la Monarquía, algo incongruente porque si lo que interesa es la independencia, ¿qué puede importar la forma de Gobierno que tenga el Estado del que interesa independizarse? Por eso afirmo que no aspiran a independizarse; pretenden un referéndum de autodeterminación que establezca una federación entre una nueva República Popular Española (supongo que Ibérica no podrían llamarla, aunque son capaces, por temor a la reacción airada de Portugal) y la catalana. Dicha república recibiría de la primera todo tipo de subvenciones, además de buena parte del oro del Banco de España, es decir, su existencia seria sufragada por la República Popular Española (bolivariana), en concepto de “deuda histórica” y siguiendo el acreditado modelo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, también denominado en terminología anglosajona “The Commonwealth of Puerto Rico” y en el que los EE.UU.”depositan” anualmente la nada despreciable cantidad de casi 20.000 millones de dólares.
Es decir la “no independencia”, sino “federación” de la República Catalana, la pagaríamos el resto de los españoles y, además, la maniobra sería mucho mejor aceptada en la Unión Europea por cuanto la nueva República no saldría de la Unión, y para remate, aunque importantísimo, el Barça seguiría jugando una Liga que ya no sería la española sino la de la “Federación”.
Para colmo, el felón vería facilitada su labor al alegar que con la jugada no se trataba de conceder la independencia, sino de aprobar una fórmula amigable fruto del diálogo y el consenso y que, además,cuenta con precedentes en el Derecho Internacional, que admite la Federación de Estados.
Habría que empezar a pensar si interesaría desenmascarar la trama desde ahora, porque luego puede ser demasiado tarde.
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