En definitiva, todos los toreros que se han apuntado han claudicado, se mire como se mire. Claro que algunos solo tenían que ganar, pero otros no lo necesitaban.
Simón ha ganado pero, ¿ha ganado la Fiesta?
Rafael Comino Delgado
Don Simón Casas ya tiene los 10 toreros que pedía para su "microbombo", incluso ha hecho el sorteo. Ya sabe cada torero que ganadería va a matar. En algunos casos ha salido la que él hubiera pedido sin bombo. ¡Cosas del azar! Por tanto podemos decir que se ha salido con la suya, que ha ganado, pero queda una pregunta, muy importante, a nuestro entender, ¿ha ganado la Fiesta con este microbombo?
Al respecto hay opiniones varias, unas más o menos interesadas, y otras nada interesadas, sino simplemente sinceras, de personas capacitadas para opinar y no relacionadas en absoluto con los actores principales del asunto.
Por de pronto no hemos oído a ningún profesional, y hemos hablado con muchos de ellos, estar de acuerdo con el bombo, y por el contrario todos dicen, aunque en "petit comité", que esto del bombo es una falsa, una chapuza, una pantomima.
Nosotros, meramente como aficionados, no somos partidarios del bombo, sino de que el empresario negocie con los toreros y confeccione los mejores carteles posibles desde el punto de vista del aficionado, que es el que paga.
Pero si de verdad se quiere bombo, que se metan las todas las corridas en un bombo, y todos los puestos de torero en otro, y a sacar papeletas. Por eso pensamos que efectivamente ha sido una pantomima, y que el único beneficiado es don Simón Casas, un señor muy listo, eso nadie se lo puede negar.
Veamos:
a) Las corridas que están incluidas todas ofrecen garantías, aunque luego pueda salir lo que salga;
b) Los toreros que se han apuntado iban a torear en San Isidro con bombo o sin bombo;
c) Todos ellos hubieran toreado cualquiera de esas corridas tras negociación, y algunos sin negociación. Ya sabemos, "toreas la de Adolfo y también Garcigrande, por ejemplo;
d) Las grandes figuras consagradas se han quedado fuera (Juli, Manzanares y Morante);
e)El Sr. Casas ha conseguido doblegar a los toreros y que le sigan su juego;
f)Él ha conseguido lo que quería, que se hable mucho del bombo, como si el bombo fuese la salvación de la Fiesta, que se abonen más y, por ahora, uno de los más cobran no estará, el Juli. Eso que se ahorra el empresario. En cierto modo ha puesto al público en contra de las figuras que no se han apuntado.
Roca Rey, que de momento es quien más personas mete en la plaza, tendrá que matar la de Adolfo, papeleta complicada, no porque sea incapaz, sino porque es la de menos garantía sobre el papel. Pero si sale triunfante habrá ganado mucho. ¡Ojalá triunfe!
En definitiva, todos los toreros que se han apuntado han claudicado, se mire como se mire. Claro que algunos solo tenían que ganar, pero otros no lo necesitaban.
Una verdadera figura dice: "Yo quiero matar esta o aquella, y ahora, después de haber llegado a un acuerdo, digo, "y además voy a matar seis victorinos, o adolfos, o miuras, o simplemente una de esas corridas, sin necesidad de ser seis toros, pero porque yo quiero, no porque me lo imponga ningún bombo, ni ningún empresario". "La figura soy yo, que me juego la barriga, no el empresario".
Pensamos que en la Fiesta deben mandar los aficionados, pero si hemos de ser sinceros, entre que manden los empresarios o las figuras, preferimos que manden las verdaderas figuras, que son actores principales. Sobre todo ahora, en que muchos empresarios son también ganaderos y apoderados.
Por eso me pregunto, ¿ha ganado la Fiesta? Mi respuesta es, ¡no!
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