A la izquierda, el exjuez Baltasar Garzón. A la derecha, la factura girada por 176.400 dólares.
El exjuez mantuvo públicamente que Diego Salazar no era su cliente, pero una factura de su despacho dice lo contrario.
Garzón cobró 176.400 dólares por asesorar a dos venezolanos acusados de expoliar 2.000 millones.
Daniel Montero
El Español.com,19 febrero, 2019
El despacho del exmagistrado Baltasar Garzón cobró 176.400 dólares (155.980 euros al cambio) por asesorar a dos magnates venezolanos por un informe jurídico para intentar desbloquear 200 millones de euros bloqueados en la Banca Privada de Andorra. El primero de ellos, Diego Salazar, está preso en Venezuela desde diciembre de 2017 y acusado de expoliar presuntamente y con ayuda de otros hasta 2.000 millones de la petrolera pública del país, llamada PSDVSA.
El segundo, acusado de blanqueo y de liderar esa presunta trama, es Nervis Villalobos, viceministro de Energía del Gobierno chavista entre 2004 y 2006 e investigado también por sus finanzas en España.
El primer rastro público del trabajo del despacho de Garzón para los líderes chavistas llegó en abril de 2015, cuando el diario ABC desveló que el exjuez de la Audiencia Nacional había sido contratado por el BPA, el banco andorrano, para desbloquear las cuentas de magnates chavistas.
El diario citaba como fuente las intervenciones telefónicas de la operación Clotilde, donde la Guardia Civil pinchó los teléfonos móviles de los gestores del BPA en España. Poco antes, el 30 de noviembre de 2012, la Fiscalía del principado ordenaba el bloqueo de las cuentas de los oligarcas venezolanos al sospechar que habían sido utilizadas para blanquear fondos de la corrupción.
Fue entonces cuando los gestores del BPA desvelaron por sus teléfonos que Salazar, primo del presidente de la petrolera venezolana y directivo de la misma, había contratado a Garzón "para que ataque". Dos días después, el exjuez explicó en la presentación de su libro El Fango, que su despacho se limitó a redactar un informe jurídico para el BPA, "no para Salazar", según recogen las crónicas periodísticas del evento. Es decir, que negó textualmente que el empresario acusado de corrupción fuera su cliente, aunque declinó identificarle aludiendo a su secreto profesional. El exmagistrado llegó a mantener incluso, según las mismas fuentes, que de algo tenía "que ganarse la vida" tras ser inhabilitado durante once años por el Tribunal Supremo para ejercer la judicatura.
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