Goyo ha sido muy bueno con todos y para todo, hasta para morirse, sin querer preocupar a familia y amigos a pesar de la dura y larga enfermedad que se lo ha llevado. Y es así como se ha ido, en silencio.
Goyo Escamilla, el último dueño y bohemio del Café Gijón
Juan Miguel Núñez Batlles
Madrid, ABC, 24.02.2019
Un grande de la cultura y el arte nos ha dicho adiós. Quijote de la hospitalidad. Una personalidad que venía de otro frente y desde muy abajo -camarero a sueldo fue su primera tarea-, sin embargo, apoyándose en los parámetros del trabajo y la fidelidad, la lealtad y la legalidad, ha llegado a merecer los mejores reconocimientos.
Goyo ha sido muy bueno con todos y para todo, hasta para morirse, sin querer preocupar a familia y amigos a pesar de la dura y larga enfermedad que se lo ha llevado. Y es así como se ha ido, en silencio.
Ahora, eso sí, tienen tarea para ocuparse de él, de su figura y su ejemplo, poetas y escritores, cómicos y académicos, pintores y escultores, toreros y deportistas, y hasta hombres de empresa y políticos. La deuda que tenemos con él es grande.
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