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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 25 de febrero de 2019

Goyo Escamilla, el último dueño y bohemio del Café Gijón / por Juan Miguel Núñez Batlles



Goyo ha sido muy bueno con todos y para todo, hasta para morirse, sin querer preocupar a familia y amigos a pesar de la dura y larga enfermedad que se lo ha llevado. Y es así como se ha ido, en silencio.


Goyo Escamilla, el último dueño y bohemio del Café Gijón 

Juan Miguel Núñez Batlles 
Madrid, ABC, 24.02.2019
Un grande de la cultura y el arte nos ha dicho adiós. Quijote de la hospitalidad. Una personalidad que venía de otro frente y desde muy abajo -camarero a sueldo fue su primera tarea-, sin embargo, apoyándose en los parámetros del trabajo y la fidelidad, la lealtad y la legalidad, ha llegado a merecer los mejores reconocimientos.

Goyo Escamilla, el último dueño del Gran Café Gijón. Genuino representante de una muy entrañable paradoja, pues fue dueño y bohemio. Ilustre por su talento como empresario, y también y sobre todo por su generosidad para dar amparo a la despreocupación ajena, característica a veces de la retórica e intelectualidad que llegaba y llega generación tras generación a su emblemático establecimiento. Una clientela la suya, en muchos casos corta de recursos, que siempre ha encontrado cobijo en Goyo y su familia. Y así en el Gijón los Escamilla han cuidado mucho la espiritualidad de las letras y otros frentes del arte en todas sus manifestaciones prestando el escenario ideal. Tertulias, veladas de poesía, programas de comunicación, encuentros de lectura o presentaciones de libros, de todos los géneros y de todo tipo de actores y autores, y sin diferencia entre grandes y pequeños. Porque al débil, sobre todo, lo ha protegido con tanta discreción que supo hacer de la caridad magnífico ejercicio de elegancia.

Goyo ha sido muy bueno con todos y para todo, hasta para morirse, sin querer preocupar a familia y amigos a pesar de la dura y larga enfermedad que se lo ha llevado. Y es así como se ha ido, en silencio.

Ahora, eso sí, tienen tarea para ocuparse de él, de su figura y su ejemplo, poetas y escritores, cómicos y académicos, pintores y escultores, toreros y deportistas, y hasta hombres de empresa y políticos. La deuda que tenemos con él es grande.


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