'..selección genética es un factor clave para el futuro del toro bravo. Lejos de ser una cuestión únicamente técnica, implica visión, estrategia y un conocimiento profundo del campo. El toro de hoy es el resultado de un proceso exigente en el que los ganaderos han sabido combinar la tradición con los avances necesarios para garantizar un espectáculo acorde a los tiempos actuales..'
POR MONTERA
La importancia de la selección genética en las ganaderías actuales
Sergio Hueso
La cría del toro de lidia es el resultado de un proceso basado en el rigor y la precisión. Cada animal que salta al ruedo es el fruto de un gran trabajo de selección genética y manejo en el campo, donde la combinación entre lo tradicional y lo moderno, es clave para garantizar un toro bravo, serio y con la movilidad que demanda la fiesta actual.
Hoy en día, la selección genética no se limita a elegir los mejores toros y vacas de la camada, sino que implica un estudio detallado de las líneas de sangre y de las características que se desean potenciar: bravura, movilidad, resistencia y fiabilidad en la lidia. La evolución de la ganadería ha demostrado que es posible criar toros con un peso cercano a los 600 kilos que en ocasiones los rebasan, manteniendo una movilidad excepcional, como se observa en muchas plazas de primera categoría, como Madrid, donde el toro que sale por toriles es prácticamente un milagro que embista con el tamaño de hechuras tan amplio que tiene en la actualidad.
El resultado de este proceso no es casualidad, sino el reflejo de un trabajo estructurado donde el toro es tratado como un auténtico atleta. La crianza se ha profesionalizado hasta el punto de aplicar metodologías de entrenamiento que optimizan su desarrollo muscular y resistencia, garantizando animales que llegan a la plaza en las mejores condiciones físicas y en muchas ocasiones con el comportamiento esperado por los aficionados y profesionales.
Además de la morfología, la genética juega un papel determinante en la selección de toros que combinen nobleza y emoción, buscando un equilibrio que garantice el espectáculo sin perder la esencia del encaste. Las herramientas tecnológicas actuales, como los análisis de ADN y el seguimiento detallado del comportamiento de cada camada, permiten un control preciso del proceso de selección, complementando la experiencia y el conocimiento del ganadero.
En este contexto, el reto es mantener la identidad de cada ganadería sin renunciar a la evolución. La adaptación a las exigencias actuales de la fiesta pasa por conseguir toros íntegros, con presencia, fondo físico y capacidad de transmitir emoción en cada embestida.
En definitiva, la selección genética es un factor clave para el futuro del toro bravo. Lejos de ser una cuestión únicamente técnica, implica visión, estrategia y un conocimiento profundo del campo. El toro de hoy es el resultado de un proceso exigente en el que los ganaderos han sabido combinar la tradición con los avances necesarios para garantizar un espectáculo acorde a los tiempos actuales.
Burladero.tv / 26/1/2025
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