Victorino Martín, XVI premio Taurino ABC

El ganadero fue reconocido «como guardián de un legado único de bravura, con una gran temporada 2024 -coronada en una corrida de la Hispanidad plena de emoción y casta-, y como firme defensor de la cultura taurina»

Victorino Martín, XVI premio Taurino ABC

El ganadero Victorino Martín García ha sido distinguido con el XVI premio Taurino ABC «como guardián de un legado único de bravura, con una gran temporada 2024 -coronada en una corrida de la Hispanidad plena de emoción y casta-, y como firme defensor de la cultura taurina».

Éste ha sido el veredicto del jurado que ha premiado al responsable actual de una de las ganaderías legendarias de nuestra tauromaquia, que fundó su padre, Victorino Martín Andrés.

Presidido por Santiago de León y Domecq, teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Sevilla, el jurado, que se ha reunido en la Casa de ABC, estuvo compuesto por Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, Pilar Vega de Anzo, Joaquín Moeckel, François Zumbiehl, José María Álvarez del Manzano, Rosario Pérez y Ángel González Abad como secretario. Victorino decidió ausentarse de la reunión del jurado cuando su nombre sonó entre las propuestas.

Casi cuatro mil toros lidiados en más de doscientas plazas, dos mil orejas y cincuenta rabos cortados, más de trescientas salidas de toreros a hombros, más de ciento cincuenta toros premiados con la vuelta al ruedo, veinte veces se llevaron al ganadero y al mayoral por la puerta grande y dieciocho ejemplares se ganaron la vida en el ruedo por su casta y bravura. Es el legado que recibió, mantiene y acrecienta Victorino Martin García al frente de una ganadería que tiene su santo y seña en la crianza del toro bravo como un tesoro genético que exponga en su lidia en la plaza el carácter de un animal único, donde se conjugan la nobleza y la fiereza, la embestida humillada y el poder, en un conjunto de seriedad y armónica belleza.

Apreciado por los aficionados más exigentes, el toro de Victorino se entrega a quien le puede y da una dimensión especial a los triunfos de los diestros que son capaces de entender y sobreponerse a su casta. En los años sesenta, Victorino Martín Andrés, junto a sus hermanos, se hizo con la ganadería de Escudero Calvo, heredero directo del encaste Albaserrada, y dio paso a una ganadería crucial para entender la historia del toreo en la segunda mitad del siglo pasado y en el cuarto que llevamos del XXI. Su hijo, veterinario de formación, involucrado desde niño con la ganadería, comenzó a finales de los ochenta a aplicar profundos cambios en el saneamiento y la alimentación y hasta en la selección. Todo sin mover ni un ápice las bases de lo que fue, y sigue siendo, el toro de Victorino.

No es fácil que los aficionados se lleven a hombros al ganadero. Y tanto el padre como el hijo han saboreado las mieles del triunfo en las dos plazas más importantes del mundo, Las Ventas de Madrid o la Maestranza de Sevilla. En esos dos ruedos marcaron historia dos toros indultados, dos ejemplares que representan el pasado y el presente de la divisa azul y encarnada, y que asientan directamente el futuro. Velador, en Madrid en 1982, y Cobradiezmos en Sevilla en 2016. Ortega Cano y Manuel Escribano, con dos ejemplares ya en los anales del toreo. Nombres de toros bravos se agolpan en la memoria de los aficionados, toreros encumbrados en gestas frente a victorinos componen un cuadro de honor del hierro de la A coronada, la ganadería de Victorino.

En anteriores ediciones el galardón ha recaído en Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella, Enrique Ponce, José María Manzanares y su cuadrilla, Victorino Martín Andrés, Manuel Jesús ‘El Cid’, Miura, Espartaco y López Simón, la afición -representada en la Infanta Doña Elena-, Morante (en 2016 y 2021), Juan José Padilla y Roca Rey, los cirujanos taurinos, El Juli y Curro Romero.

Publicado en ABC