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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 30 de enero de 2025

Oliva Soto bien que lo merece / por Manuel Viera


'..no sería descabellado considerar que lo realizado por Oliva Soto en la tarde solidaria en la Maestranza fue toda una reivindicación. Un grito de atención. Un triunfo crucial para optar a estar anunciado en los carteles de Feria de Abril. Sería de justicia. Bien que lo merece..'

Bien que lo merece

Manuel Viera
Tiene los argumentos necesarios para hacer creíble su toreo. La sensibilidad y la delicadeza de su concepto ilustran unas formas diferente a las habituales. Cuando todos se parecen y pocos se salen de lo normal él dice el toreo con un encanto natural que lo desemeja de lo cotidiano. Y eso gusta. Y asombra el buen gusto y la despaciosidad del trazo. Un concepto, con el que lleva a cabo su verdadera creación, en la que la gracia se convierte en emoción.

De esta manera toreó en la Maestranza el pasado veinte de octubre. Lo hizo despacio. Agitanado con el capote. Templado e hilvanado con la muleta. Y lo mostró con unas maneras desacostumbradas. Con un depurado argumento y una ambición sin límites. Muletazos colmados de expresión, de dulzura en el trazo y arrebato en los de pecho. Una brisa de aire fresco con la que aireó los tendidos en aquel festival benéfico en el que se homenajeó a Curro Romero. Una manera de evocar un toreo ausente en muchas funciones de toros.

Muy pronto puso en evidencia, a quienes no lo admiten en las ferias, que la relevancia que ha adquirido su toreo es sin duda la insólita persistencia en un concepto que garantiza su tauromaquia. Tuvo enorme peso el toreo del sevillano al toro cinqueño de El Parralejo. Quizá algo apresurado por esas ansias de alcanzar el triunfo que tanto necesitaba. De todas formas regaló momentos interesantes con la derecha. Algunos muletazos fueron modélicos. También el natural brilló por momentos. Entrega total y una estocada que no necesitó de puntilla. Dos orejas. Resultó, cuanto menos, peculiar comprobar el abismo que se vislumbró entre lo natural y lo artificial. Lo primero fascina. Lo segundo adormece. Así que ningún alma sensible permaneció ajena a la expresividad.


Tal vez por esto no sería descabellado considerar que lo realizado por Oliva Soto en la tarde solidaria en la Maestranza fue toda una reivindicación. Un grito de atención. Un triunfo crucial para optar a estar anunciado en los carteles de Feria de Abril. Sería de justicia. Bien que lo merece.

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