la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 29 de junio de 2025

El toreo en San Isidro y alrededores / por José Carlos Arévalo

Foto: Mikael Fortes.

'..sé que calificar a la pasada Feria de San Isidro como muy buena merecerá el reproche de la crítica seria, la descalificación de los jóvenes integristas venteños, incluso la simpatía despectiva del taurino. Y, sin embargo, hemos vivido un San Isidro excepcional..'

EN CORTO Y POR DERECHO
El toreo en San Isidro y alrededores

Por José Carlos Arévalo
Comparar el pasado con el presente es un ejercicio inútil. Pero haber conocido otras épocas del toreo equilibra la evaluación del presente. Hace cinco o seis décadas, los aficionados de Madrid considerábamos que una tarde de toros había merecido la pena con haber visto algo bueno, una faena interesante, un quite excelente, una estocada cabal. Y una vuelta al ruedo o el corte de una oreja justificaban con creces el pago de la entrada.

Por el contrario, hoy nada está bien. Una oreja siempre es discutible, dos son puro triunfalismo. El toro, el torazo de hoy, con la edad sobrada, con un volumen de cebú no de toro de lidia y unas arboladuras cérvidas de 181 puntos, por lo visto no vale un duro. Nada, absolutamente nada, es valorado por la minoría integrista que imprime carácter a la Plaza de Las Ventas, y ante la cual, la crítica, prudente, calla... y otorga.

En consecuencia, sé que calificar a la pasada Feria de San Isidro como muy buena merecerá el reproche de la crítica seria, la descalificación de los jóvenes integristas venteños, incluso la simpatía despectiva del taurino. Y, sin embargo, hemos vivido un San Isidro excepcional. Desde el principio, con un torero de gran clase, Clemente, jugándose el tipo como un torero aguerrido frente a un galafate de fiero genio defensivo, hasta el cierre, con Borja Jiménez que bordó el toreo frente a un toro bravo y encastado.

Salvo tres o cuatro matadores, a los que se vio espesos, sin recursos, eso sí ante ganado que pedía el carnet, me ha parecido admirable la entrega de todos los toreros, pues todos han estado por encima de sus toros. ¿Triunfalismo? ¿Blandenguería? Como toda la feria fue televisada, reto a quien opine lo contrario a visionar los toros en que no esté de acuerdo. Quizá el amontonamiento de treinta festejos conspire contra el recuerdo de muy buenas actuaciones y que en la memoria únicamente prevalezca lo excepcional. Pero tardes como la de Uceda Leal, que en el pasado habría sido de Puerta Grande, merecen más huella de la que dejó. O faenas premiadas con dos orejas, como la de Talavante, no deberían sufrir una postrera y ridícula devaluación, en absoluto compensada por el lunático título de triunfador de la feria, otorgado por Plaza 1. En el San Isidro d este año, el triunfador absoluto ha sido Morante, que salió una vez por la Puerta de Alcalá y la otra se la negó un presidente tronado. El genio de La Puebla se ha convertido en el paradigma del toreo gitano/andaluz. Mito del presente, ya ha pasado a la historia y en el Parnaso de los toreros está junto a Curro Puya, Cagancho, Fernando el Gallo, Cayetano Sanz y José y Juan. Pero si los doctos lo acoplan con Joselito, en su toreo de capa y muleta aletean los ancestros, fundidos por supuesto, de Belmonte y Chicuelo.

El otro gran acontecimiento de la Feria, más allá de los trofeos perdidos con la espada, fue el hondo, puro, excepcional toreo de Jiménez Fortes a dos morlacos que pedían faenas de aliño. A su primer toro, de cortísima embestida le enjaretó inexplicables redondos y naturales completos y templadísimos. Y a su segundo, que olía a cloroformo, lo toreó como si fuera de carril. Por momentos, su trazo me recordó a Antonio Ordóñez, y por su verdad, a Emilio Muñoz. Pero, ¿cómo olvidar el faenón de “David” Fonseca al “Goliat Brigadier”, por la que le dieron un puta orejita? ¿Y por qué no abrir de verdad el crédito a Samuel Navalón, nuevo matador que merece entrar de lleno en las ferias? ¿Y cómo no lamentar que la gran faena de Fernando Adrián, malograda con la espada que también le cerró la Puerta? ¿Y por qué archivar la faena final de Castella, honda, seca, profunda? ¿U ocultar la heroica, y torerísima faena de Gómez del Pilar, torero de arte condenado a lidia ganaderías infames? ¿Y cómo no denunciar que también a Borja Jiménez le birlaron una oreja y otra puerta grande? Este torero arrollador, que además es un magnífico torero, sufre ya el mal trato que Madrid reserva para los grandes del toreo. Enhorabuena.

Pero el verdadero mal trato de los talibanes solaneros este año ha dado un paso más. Y se ha cebado con estúpida crueldad con los novilleros. Es realmente una actitud incalificable la sufrida por jóvenes que no se afeitaban hasta hace diez minutos y que se han enfrentado a novillos que son auténticos toros. Por esta razón, su paso por San Isidro no les ha servido de mucho. En otros tiempos, se habríanlanzado las espadas al vuelo. Personalmente, me han gustado Fabio Jiménez, Sergio Sánchez, Javier Zulueta, El Mene, Tomás Bastos. Y sobre todo, Aarón Palacio. ¡Qué temporada de novilladas puede haber este verano en Madrid! 

Pero lo mejor que he visto este en esta parte de la temporada, al margen de Fortes y Morante en Madrid, ha sido otra vez a Morante en Salamanca, otra vez a Fortes en Marbella y a Juan Ortega en Aranjuez. Las dos faenas del trianero en el Real Sitio son para mí, por el momento, las dos faenas del año.

Dicen que la Fiesta está en crisis. Lo estará entre los beatos políticamente correctos, los políticos mentalmente incorrectos y los animalistas antihumanistas. Pero en la plaza está más viva que nunca. San Isidro lo ha confirmado.

1 comentario: