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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 24 de junio de 2025

TORREJÓN DE ARDOZ.- OREJAS LOCALISTAS Y EMPACHO DE MANSEDUMBRE / por Juan Miguel Núñez Batlles


'..al fin íbamos a tener la oportunidad de volver a ver a Fortes, la gran y agradable sorpresa del reciente San Isidro. Torero que a los 35 años de edad y casi 14 de alternativa se nos presenta ahora como nuevo, totalmente diferente al de sus comienzos, y desde luego muy completo, según la acertada apreciación del maestro del periodismo Ricardo Díaz-Manresa y Ros, que entiende de toros como nadie, porque sabe explicar lo que hay, lo que debe haber o puede haber..'

TORREJÓN DE ARDOZ
OREJAS LOCALISTAS Y EMPACHO DE MANSEDUMBRE

Por Juan Miguel Núñez Batlles
Si lo sé no corro tanto. Pero como en el toreo todo es tan impredecible, ahora no vale arrepentimiento. Pues había que estar necesariamente en Torrejón de Ardoz, ya que al fin íbamos a tener la oportunidad de volver a ver a Fortes, la gran y agradable sorpresa del reciente San Isidro. Torero que a los 35 años de edad y casi 14 de alternativa se nos presenta ahora como nuevo, totalmente diferente al de sus comienzos, y desde luego muy completo, según la acertada apreciación del maestro del periodismo Ricardo Díaz-Manresa y Ros, que entiende de toros como nadie, porque sabe explicar lo que hay, lo que debe haber o puede haber. Lo escribe y lo dice sin hipotecas ni ataduras que desvirtúen la realidad, muy propio de los escribidores y palabreros de la actualidad.

Manresa enseguida adivinó al ver a Fortes en su única comparecencia en el ciclo madrileño que su calidad y su técnica habían de llevarle al estrellato. Una apuesta en este momento muy compartida por quienes antes le negaron todo.

Ahora, torero tan elegante y valiente que ha sido capaz de superar muchos percances y contratiempos, el más duro quizás el del olvido de las empresas. Hasta que hete aquí, en la Feria de su Málaga natal del año pasado, volvió a tener una tarde triunfal, y a partir de ahí su carrera está en irresistible ascensión, hasta llegar al milagro, como dice Manresa, de este San Isidro 2025, en el que cuajó dos faenas cumbres en la misma tarde, con dos toros de Araúz de Robles, a los que, qué lástima, qué mala suerte, pinchó precisamente en la suerte suprema.

Pero aquello de Fortes en Las Ventas de hace apenas un mes no ha caído en saco roto. Y de hecho esta actuación suya que se anunciaba en Torrejón fue contratada a última hora para sustituir a Marco Pérez, lesionado en la víspera en Alicante.

Era el nombre de Fortes, sin duda, y con el máximo respeto a los dos compañeros alternantes, el gran atractivo de la tarde.

De modo que había que correr de Granada, al finalizar su brillante Feria del Corpus, a Madrid, con la ilusión y la esperanza de encontrarnos con este destacado torero del que todo el mundo habla dedicándole los mejores elogios. En la carretera, ineludible velocidad, y temple, mucho temple; que viene a ser precisamente la serenidad el arma infalible para enfrentarse y superar prisas y agobios, en el ruedo de la vida y en el de las plazas.

Así, ya estábamos en el tendido de la coqueta plaza de Torrejón medía hora antes del ta-ra-rííííí que anunciaba el comienzo.

Principio y final del festejo podría considerarse con dicho primer toque de clarines. Puesto que los toros de Valdefresno, hay que decirlo ya, no aportaron absolutamente nada; al revés, restaron todo por su terminante mansedumbre. Si acaso, en el turno de Adrián podrían matizarse algunos aspectos menos malos. Aquellos que le propiciaron una salida "de local".

Emilio de Justo, sin posibilidades de sacar partido a ninguno de sus dos toros.

El primero fue protestado por flojo y escasa presencia, no obstante, llegó a derribar en varas. En la muleta, llevándole a media altura le robó algún pase por la derecha, empero de escaso relieve.

El cuarto, que acabaría aquerenciado en terrenos de chiqueros, tampoco quiso pelea, escarbando y con la cara entre las manos. Tardaba en echarse para adelante, y cuando lo hacía iba con todo .

Tan complicado lo tuvo Fortes, cuyo primer toro, segundo en la tarde, sumaba a su poca fiereza el hándicap de las escasas fuerzas. Así terminaría parándose. Y ello pese a que el malagueño puso mucho interés en templar, además haciendo las cosas con tanta seguridad como manifiesta exquisitez. Y tan manso el quinto, que obligó nuevamente a Fortes a ponerse el mono, esta vez para acabar logrando algún pasaje interesante al natural, de planta firme y trazo sentido. Pero un feo bajonazo final restó todos los méritos.

Adrián, nativo de Torres de la Alameda, población a escasos diez kilómetros de Torrejón, puso innegable voluntad para agradar a tantos paisanos que fueron a verle, y a apoyarle; está claro. Sus dos toros fueron los menos malos del encierro, lo que le comprometía aún más.

Saludó Adrián al tercero con unas elegantes verónicas a pies juntos que hicieron cambiar por un momento el signo negativo de la tarde. Luego estuvo importante con la muleta al torear sobre la derecha, aunque terminaría pasándose en el tiempo. Y como la rúbrica con los aceros tampoco fue gran cosa, la oreja que finalmente paseó tuvo carácter chovinista.

Con el sexto salió muy motivado. Dos largas de rodillas en el tercio y lances de arrebato. Abrió faena también de rodillas con dos cambiados por detrás. Y en la vertical, en lo fundamental, más reposado sin perder empuje y brío. Fue el toro mejor de la tarde; sin embargo, venido a menos. Circunstancia esta última que Adrián aprovechó para acortar distancias, y ahí el recurso del parón, donde se le notó más seguro. Estocada con vómito. Dos orejas más.

Adrián sonrió en la salida a hombros. El único que tuvo motivos para alegrarse, con todo lo que había pasado o no en la tarde.

  • FICHA DEL FESTEJO
Toros de Valdefresno, desiguales de presencia y escasos de raza, reservones y de embestidas descompuestas. Sólo el tercero y el sexto tuvieron más entidad.

Emilio de Justo: pinchazo hondo y nuevo pinchazo (silencio); y media chalequera con vómito (aviso y pitos).

Jiménez Fortes: estocada y descabello (aviso y silencio); y bajonazo y tres descabellos (silencio).

Fernando Adrián: estocada trasera y desprendida y tres descabellos (aviso y oreja); y estocada con vómito (dos orejas).

La plaza registró más de tres cuartos de entrada en tarde de calor asfixiante.

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