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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 17 de junio de 2025

GIBRALTAR: TRAICIÓN / por General de División Rafael Dávila Álvarez


Gibraltar lleva siendo noticia y punto fricción entre España y el Reino Unido desde que, al finalizar la Guerra de Sucesión española, en 1713, se firmara el polémico Tratado de Utrecht por el que el Rey Felipe V cedía el peñón a los ingleses «para siempre». 


¿De qué se ríen? Engaño, traición… tomadura de pelo.

GIBRALTAR: TRAICIÓN 

¿De qué se ríen? Engaño, traición… tomadura de pelo.

El sol se hundía tímidamente y cruzaba sin control alguno el Estrecho de Gibraltar. Iba parecido a la noche en esas horas del incómodo paseo, justo en la angostura, que es un robo de luz de quienes no la tienen y fueron a piratearla a las puertas del Mediterráneo. Aquel lugar, desde hace ya demasiados años, es un escenario de traición y el Sol lo alumbra para señalarlo cada atardecer. Nadie conoce ni nombra Schengen en territorio pirata. Quizá por eso cada día Gibraltar se ocupa más y más de armarse hasta las entrañas, militarmente, enterrando su poder que vigila desde una garita de centinela en terreno que no le corresponde, convirtiéndolo en territorio de guerra.

El submarino nuclear HMS Anson había cargado durante cuatro días misiles Tomahawk traspasados con suma elegancia desde la panza de su hermano el Astute. Hace pocos días entró en Gibraltar remolcado por el VB Responder perteneciente a la filial local de la empresa española «Boluda Towage«, un peldaño más en lo inaudito de la traición. La flota de remolcadores de Gibraltar es de la naviera española en cuyo Consejo de Administración se sienta un expresidente del Gobierno de España, en ese impecable juego de intereses espurios que sabe diferenciar la integridad territorial con el negocio. Servidores. Mientras, Albares dice que negociaba -rey don Sancho…-.

En Gibraltar todo se mueve alrededor de las armas. Son rentables y necesarias para controlar uno de los lugares de su mayor tránsito junto a las energías alternativas y otras extrañas mercancías.

Lo nuclear es un misterio en esa angostura objeto del deseo militar de muchos sin que sepamos muy bien lo que esconden las tripas de la colonia inglesa. ¿Hay armas nucleares? Mejor no preguntar.

En cualquier caso, armas como los submarinos, son de propulsión nuclear y entran allí con frecuencia sin que sepamos si también cuentan con armamento nuclear a bordo.

Todo sigue con la normalidad de una anormal situación que cada día parece más asumida por los que juegan con la integridad territorial de su nación.

Al ministro de Exteriores de España, de espino albar, le entra prisa y de Moncloa llevan días exigiendo un acuerdo, aunque no sea acuerdo, algo que al menos ocupe el titular de todos los medios.

–¡Gibraltar, Albares, Gibraltar! le gritan desde la Moncloa. Hay que desviar la atención de la profunda inmoralidad que rodea al Consejo de Ministros y a su Presidente.

El problema de Gibraltar tiene muchas vertientes, la económica, la política y la incómoda situación desde el brexit, que para todos es una china en el zapato. Pero el fondo de la cuestión de Gibraltar para el Reino Unido es solo una: la militar. Parece mentira que seamos aliados; dicen que lo somos.

Si no fuese por lo militar el Reino Unido hubiese renunciado a la colonia; les resulta un estorbo. Solo hay un verdadero interés para el Reino Unido: lo militar, el concepto de base militar.

Presionaron a Albares y puede que ni hiciese falta.

-Eso ni tocarlo. Contestó Albares. -Ese es un tema que no nos interesa y nada discutiremos sobre ello. Nuestros militares ya están enterados y asumen la situación. Por nosotros podéis seguir nuclearizando la zona. Nadie sabe ni sabrá nada. Es más ya sabéis que está Málaga y cualquier otra alternativa que propongáis será bien recibida. Hasta la cocina.

Alfombra roja a los submarinos nucleares y ¡cómo no! a su dotación incluso más allá

¡Larga vida a vuestra presencia en el sur!, queridos ingleses.

En 2002 estuvimos cerca de un acuerdo definitivo de cosoberanía de Gibraltar. El mayor avance dado en la historia. Aznar no se atrevió y a última hora no se firmó. Le costó el puesto al ministro Piqué y lo malo es que el vecino del sur nos invadió: Perejil.

Llegó el brexit y con él el problema del Gibraltar ocupado por quien al no pertenecer a la Unión Europa que debería cumplir los acuerdos fronterizos con la misma rigidez y exigencias que cualquier otro país no perteneciente la UE.

Llevan unos y otros mucho tiempo mareando la perdiz, engañando, engañándonos y engañándose. Que si sí que si no, que si paso de la verja que si no paso. Del mar y el aire no hablan, es ocupación militar y eso no entra en juego.

Después de la palabrería y de la cobarde entrega española llegaron a un “Principio de Acuerdo entre España y Reino Unido sobre Gibraltar y el Brexit, de 31.12.2020” conocido como el «Acuerdo de Nochevieja» que sigue vigente como marco para las negociaciones sobre Gibraltar. Nada ha logrado cambiar la situación colonial ni la vergonzosa ocupación de Gibraltar. En esta situación de interinidad, la población local de la colonia se ve favorecida por el mantenimiento del statu quo que, en la práctica, les supone seguir con “la tostada untada por los dos lados”. En cuanto a los trabajadores españoles que desde La Línea se desplazan a Gibraltar, siguen con su condición de “mano de obra barata” al servicio de la colonia. Lo hacen solo por una razón: los gobiernos españoles sistemáticamente los han abandonado sin ofrecerles alternativa.

Ahora, junio 2025, los ministros de Exteriores español y del Reino Unido junto al ministro principal de Gibraltar y el vicepresidente ejecutivo de la CE nos anuncian un acuerdo. No hay tal ni cual. Todo sigue igual.

Nada ha cambiado, una nueva traición del Gobierno de España que da un paso más para quitarse el problema con una teórica entrega, un acto de voluntad política, partidista, sin consulta al Parlamento y el abandono, en versión política, de la defensa de la integridad territorial. Póngale nombre.

Con la gravedad que ni la oposición ni nadie ha respondido a ese abandono en forma de acuerdo de la integridad territorial de España.

No perdamos la esperanza porque como verán más adelante con la comparativa de acuerdos -este de ahora y el de hace casi cinco años- que les ofreceremos, concluirán que esto es solo otro acuerdo para firmar un acuerdo posterior que termine en un tratado.

Es decir una declaración política de cobardía que no tiene en la práctica nada nuevo respecto del Acuerdo de Nochevieja de 2020, una cobardía gubernamental, unilateral de partido político, sin consultar a los españoles representados en el Parlamento y una renuncia a la soberanía e integridad territorial.

Tengamos mucho cuidado cuando estos irresponsables juegan con Gibraltar y el sur está indefenso. Poseedores nuestros vecinos de mucha información sensible y capaces de cualquier cosa. Por ahora guardan tranquilidad con eso de los mundiales de fútbol, pero no conviene olvidar Perejil y su porqué. Ellos también quieren dar el paso y si nos aprietan ¿les entregaremos Ceuta o Melilla ? ¿O un Peñón de aperitivo?
Todo esto continuará.

Políticamente este Gobierno de España cuela a Gibraltar por el espacio Schengen, como si de Europa parte fuese, pero para eso antes debe ser español. No va a ser tan fácil como dicen o creen.

En definitiva un acto de cobardía política y seguramente de traición. Si es que eso de integridad y soberanía lo dice la Constitución.

El Reino Unido no es de la Unión Europea, pero como militarmente manda, nos cuela la base militar en Europa y los españoles nos tragamos sus submarinos nucleares y toda su basura. Nuestros militares a lo suyo. En el frente este de Europa por si hay un arreón y atraviesan los Pirineos. Los rusos.

No olviden la corrupción esa que ha saltado, penal, y la otra de la que no se habla: la moral e histórica.

Son como la noche. Sin sol ni brillo alguno. Hágase la luz.

General de División Rafael Dávila Álvarez
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