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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 16 de junio de 2025

LAS VENTAS - CORRIDA IN MEMORIAM / VICTORINO Y BORJA: ¡QUÉ PAR! Torero y ganadero, por la Puerta Grande / por Juan Miguel Núñez Batlles


'..No podía fallar, en la corrida "In Memoriam" por Victorino Martín: el mejor homenaje al recordado ganadero había de ser un gran toro, y enfrente un torero con todas las capacidades a tope. Eso sí, como en casi todas las tardes triunfales que ha tenido la precedente Feria de San Isidro, hubo que esperar al último..'


VICTORINO Y BORJA: ¡QUÉ PAR!
Torero y ganadero, por la Puerta Grande

Por Juan Miguel Núñez Batlles
No podía fallar, en la corrida "In Memoriam" por Victorino Martín: el mejor homenaje al recordado ganadero había de ser un gran toro, y enfrente un torero con todas las capacidades a tope. Eso sí, como en casi todas las tardes triunfales que ha tenido la precedente Feria de San Isidro, hubo que esperar al último.
Porque la corrida, hasta que no salió el quinto toro, con el que pudo cumplirse el viejo adagio de "no hay quinto malo", estaba transcurriendo en tonos muy grises. Una más de Victorino, o si se quiere, una menos, porque al margen de la irreprochable presentación, los toros estaban teniendo demasiadas carencias, más defectos que virtudes.

Pero vayamos con lo más sobresaliente. Primero, la identidad del toro: de nombre "Milhijas", según decía el programa de la corrida, aunque por tan extraña denominación habría que esperar que lo confirmara el propio ganadero, no vaya a ser que se haya cruzado un error de imprenta, y el verdadero apelativo sea "Milhojas", que desde luego parece más lógico desde el punto de vista gramatical. Un toro que ya está en la historia de la ganadería de Victorino y de la plaza de Las Ventas, no debe arrastrar una errata de este tipo, si se hubiera producido.

Toro cárdeno, como toda la corrida, atendiendo al pelaje característico del encaste Albaserrada inherente a la ganadería. 594 kilos de peso, y fecha de nacimiento diciembre de 2019, es decir, de cinco años y medio.
Un toro guapo, hay que advertir, con mucho cuajo, mucha cara, a pesar de ser estrecho de sienes, de grandes y astifinas defensas. Toro largo, como los otros cinco que saltaron al ruedo; y con volumen, bajo de manos y de lomo recto. Toro hecho para embestir.
Ya de salida mostró un galope que evidencia la bravura y clase que vendría a desarrollar. Toro de mucha y muy noble humillación, hay que repetir cuantas veces sean necesarias; al que Borja, al recogerlo, le enjaretó los convenientes lances a tono para poner aquello en el mejor trance. Mucha "transmisión" en el capote por el buen tranco que lucía.


Bravo sin cortapisas en varas; de ahí que alguien se preguntaría si no debieron llevarlo al caballo una tercera vez, aunque fuese sólo para señalarle con el regatón, y llegar al gran espectáculo y explosión de la bravura. ¿Hubiera habido más que la vuelta en el arrastre? Ahí queda la pregunta. Para las respuestas hay que valorar asimismo la fijeza y prontitud, el recorrido largo, las nobles y al tiempo vibrantes embestidas con el pitón de dentro, el izquierdo, sobre todo. Mientras de parte del torero surgieron muletazos encadenados de rotundo y exquisito trazo. Naturales desde el primer momento, sin probaturas previas. Tres tandas de locura, creciendo en cantidad y profundidad, todo en un palmo, llevando la muleta a rastras.
En los remates, cruje la plaza, aplaudiendo el público puesto en pie.
Por la derecha, en ese mismo ritmo de temple y mando, trazo cada vez más crecido y estrecho, y, algo extraordinariamente notable, muy sentido. Qué toro, y qué torero. Cuando vuelve por naturales la faena pierde sus propios límites. Toro, torero y público, absolutamente desbocados. El grito de "¡Viva Victorino!" que viene del "sol" alto, ya en plena pasión, en tanto en el fin de fiesta se recrea Borja con remates y "cositas" sobre la marcha, como el molinete forzado, unas trincheras de forma y norma de lo más delicioso, cambio por delante y el pase del desdén, todo de mucha enjundia y torería, como los doblones finales rodilla en tierra.

Una tauromaquia inabarcable e irresistible, que ya el pasado día 5, en este mismo y monumental escenario, sorprendió también, frente a un buen ejemplar de Jandilla, por su extraordinaria dimensión artística; sí, de arte, más allá de los atributos que regularmente luce y se le reconocen, de valor, compromiso y técnica. Borja Jiménez ha vuelto a mostrar una dimensión distinta e impactante. Torero ya admirable.
A pesar de que la estocada no fue la guinda esperada y precisa, finalmente levantó las dos orejas en un final apoteósico.

Del resto de la función hay que decir que el mismo Borja arreó con el capote en su primero. Pero hasta ahí. El toro, paradote y revoltoso, embestía con todo, cuando no perdía las manos. Imposible acomodarse con él.


Paco Ureña, el gran perjudicado en el sorteo, se encontró con un primer toro bondadoso pero sin ninguna fuerza. Lo intentó de mil maneras el torero, sin conseguir que la faena tomara cuerpo.
Toro grande el cuarto, que tomaba los engaños sin decir nada. Por mucho que se afanó el lorquino no pudo sacar nada en claro.
Qué pena, con todo lo que viene dando este torero, una tarde tan fría.


Emilio de Justo apenas interesó en su primero, con el capote en el recibo a la verónica, saliéndose a los medios, y en un quite por chicuelinas. En la muleta, muchos enganchones y ningún relieve.
El quinto, toro que "medio se dejó", puesto que se echó para adelante en el inicio de muleta, sin embargo, no tuvo una embestida regular, sin rematar los viajes. Un toro que escarbó, descolocándose entre pases. Hubo a pesar de todo unos naturales de cierta rotundidad. Fue grande el esfuerzo del torero. Y efectivo al matar de una estocada entera, atracándose tanto de toro que cayó la espada ligeramente contraria. Y como por la espada a veces se pierde la oreja, también por la espada en ocasiones así se debe ganar. De modo que finalmente le dieron el trofeo.

Para cerrar hay que volver a Borja Jiménez. La apoteosis final al ser aupado a hombros para pasearle por el ruedo acompañado del pasodoble "Victorino Martín". No cabe más emoción ni mejor premio. Cuando la muchedumbre congregada en "procesión" en torno a él vino a detenerse frente al tendido desde donde el ganadero, Victorino hijo, había seguido el festejo. Le hicieron bajar al ruedo. Y ahora en volandas los dos, grandes protagonistas, Borja Jiménez y Victorino Martín, mientras la Banda atacaba ya los sones de "Puerta Grande", unidos torero y ganadero en el más feliz binomio de la actual tauromaquia.


  • FICHA DEL FESTEJO
Toros de Victorino Martín, de imponente fachada y juego variado. Los cuatro primeros dieron pocas oportunidades de hacer el toreo. El quinto "se dejó" algo. Y el sexto, un gran toro, bravo y con clase, premiado con la vuelta en el arrastre.

Paco Ureña: estocada casi entera, perpendicular, trasera y caída (ovación); y más de media estocada, perpendicular y baja, y un descabello (silencio).

Emilio de Justo: estocada trasera, ligeramente desprendida (silencio); y estocada ligeramente contraria (oreja).

Borja Jiménez: bajonazo atravesado "que hace guardia" por el costado izquierdo (silencio); y estocada caída (aviso y dos orejas).

La plaza registró un lleno de "no hay billetes" en tarde de calor.

1 comentario:

  1. Muy buena crónica esta de Núñez aunque le ha faltado citar la frivolidad de Victorino buscando su paseo a hombros junto con el torero. Honor inmerecido total...JM Serrano

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