'..esta vez no pudo redondear la tarde como tan decididamente buscaba, la vigésima Puerta Grande en su carrera que lleva un par de actuaciones que no termina de alcanzarla. Culpable una vez más el rejón final..'
SAN ISIDRO - 20° de FERIA (REJONES)
EL TRIUNFO QUE NO CESA DE VENTURA, Y MIEDO EN EL CALLEJÓN
Por Juan Miguel Núñez Batlles
Ventura sigue imparable, abonado a ese triunfo que no cesa para él, aunque esta vez no pudo redondear la tarde como tan decididamente buscaba, la vigésima Puerta Grande en su carrera que lleva un par de actuaciones que no termina de alcanzarla. Culpable una vez más el rejón final. Ya tenía la puerta entreabierta con la oreja cortada a su primero, pero se la cerraría en el cuarto al no acertar en la suerte definitiva hasta el tercer envite.
Fue su primera actuación, al toro segundo de la tarde, una demostración de arrojo y habilidad. Toro abanto y desentendido, que buscó el callejón como había hecho ya el primero y harían después quinto y sexto. Sin embargo, éste no llegaría a saltar por la pericia de "Guadalquivir", que lo enceló para sacárselo a los medios. Ya con "Nómada" llevó las embestidas cosidas a la grupa, galopando de costado y dejando llegar mucho al astado. Pero se fue parando el toro por esa falta de casta común en el conjunto, cuando Ventura decidió jugársela a la carta de "Bronce", colocando un impresionante par a dos manos en cite corto y sin la cabezada. Aún prendería el frenesí con las cortas. Rejón de efecto inmediato, y oreja de ley. El único trofeo que iba a haber en la tarde.
Porque en el cuarto, ya no hubo tanta brillantez, dado que el toro, distraído de salida, aportó menos. Faena, no obstante, muy trabajada, en la que hubo pasajes brillantes montando a "Lío". Esta vez con "Bronce" no lograría el par estrella a dos manos sin la cabezada. Y los pinchazos finales le alejaron de la salida a hombros.
Entrega y talento fueron las constantes en las dos faenas del confirmante Sebastián Fernández, que pretendió recibir al toro de la ceremonia con garrocha en la boca de chiqueros. Pero salió la res barbeando tablas, hasta saltar al callejón, impidiendo el lucimiento. Hubo de poner mucho empeño para alejar al manso de las querencias. Un carrusel de cortas al final, lo más lucido.
El quinto, otro toro saltarín, no obstante, tuvo buen galope, y Fernández lo templó con "Pan de Oro" para conseguir dejar las banderillas cortas, certero y arriba. Finalmente se dió a los efectos especiales, con levantadas y piruetas que le hubieran llevado a un triunfo que abortó finalmente el rejón de muerte.
El portugués Duarte Fernandes expuso mucho en sus dos toros, sobre todo con el fiero tercero. Muy emotivos los botes de plaza a plaza (de una punta a otra del ruedo) montando a "El Dorado". Buenas banderillas y quiebros con "Mistral", y piruetas sin interrupciones. Era faena de triunfo de no haber fallado con el rejón final.
El sexto fue toro bruto, que estuvo dos veces en el callejón, sin fijeza, difícil de sujetar. Acabó con el descordándolo.
Y un apunte final a propósito de la huida en forma de saltos al callejón de los toros de "Los Espartales", la marca de esta ganadería.
Saltaron primero, quinto y sexto, este último por dos veces y a pesar de llevar los rejones de castigo, para visitar con total descaro y el consiguiente riesgo a los figurones de entrebarreras.
Un peligro que podría evitarse mandando a esta gente al tendido. ¿Se imaginan en los estadios de fútbol sentar a los políticos y personajes de la jet a pie de campo, junto a los banquillos de entrenadores y reservas? Lo de hoy es un serio aviso a navegantes, entiéndase tanto figurón y figurona que cada tarde se asoman al escaparate de la frivolidad para ser vistos, retratados y en muchos casos también entrevistados.
Feria de vanidades ha sido siempre San Isidro, pero ahora más que nunca, y hasta el punto de que los mismos operarios de la plaza a veces pasan apuros para el desempeño de sus funciones.
La advertencia está hecha.
- FICHA DEL FESTEJO
Toros de Los Espartales, convenientemente "afeitados" como autoriza el reglamento, mansos sin paliativos y de poco juego salvo tercero y quinto.
Diego Ventura: rejón (una oreja); y dos pinchazos y rejón (silencio).
Sebastián Fernández, que confirmó la alternativa: rejón trasero y caído (silencio); y diez pinchazos (dos avisos y silencio).
El portugués Duarte Fernandes: tres pinchazos y descabello pie a tierra (aviso y silencio); y pinchazo que descordó (silencio).
La plaza registró lleno de "no hay billetes" en tarde de mucho calor.
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