Borrachera de toreo clásico en honor de Antoñete
Por fortuna conseguí ligar aquel torbellino de embestidas. Pero toda la mañana fue muy bonita; el pellizco de Curro Vázquez, los detalles de Frascuelo, la suavidad de Enrique Ponce, la torería de Morante, la capacidad que demostró Olga Casado… Todos los que participamos en el festival disfrutamos del toreo de los demás.
CÉSAR RINCÓN
“Rejuvenecí 30 años”
lBurladero/4 de noviembre de 2025
17 años después de su última actuación en público, César Rincón volvió a Las Ventas para participar en el festival del 12 de octubre y demostrar que la tauromaquia clásica es eterna. Con su verdad, mando, temple, profundidad y, sobre todo, sentido de las distancias, reverdeció laureles, encandiló a sus partidarios de antaño y sorprendió a nuevos aficionados que no le habían visto torear, quienes le izaron a hombros en una puerta grande apoteósica protagonizada por jóvenes fascinados con el toreo de siempre.
Maestro, el toreo clásico siempre triunfa.
Estoy emocionado por las muestras de cariño que sigo recibiendo, y también por la forma en que la prensa contó que la tauromaquia es extensa. Quiero aprovechar para darle la enhorabuena al ganadero, porque sus animales tuvieron matices de clase, bravura, casta, acometividad… que hicieron posible un festival magnífico. El ejemplar que me correspondió estaba descoordinado y, por fortuna, fue devuelto. Con el sobrero me sentí muy bien ya con el capote, aunque de salida había que perderle pasos para aprovechar sus viajes y ganárselos a pitón contrario porque se quedaba corto. Pero aposté fuerte. Lo piqué muy poco, por momentos pensé que me había equivocado porque me avasallaba, y le di mucha distancia en el inicio de cada serie. El astado respondió y permitió el lucimiento y la emoción.
Esa es la palabra: emoción. Emoción con una tauromaquia alejada de las actuales modas de cercanías y arrimones.
Yo me preparé de forma exhaustiva durante tres meses con un entrenamiento bárbaro para intentar exhibir mi toreo de siempre, el de dar distancia. Por fortuna conseguí ligar aquel torbellino de embestidas. Pero toda la mañana fue muy bonita; el pellizco de Curro Vázquez, los detalles de Frascuelo, la suavidad de Enrique Ponce, la torería de Morante, la capacidad que demostró Olga Casado… Todos los que participamos en el festival disfrutamos del toreo de los demás.

Pero Madrid siempre impone, aunque se pueda pensar que usted “jugaba en casa”.
Tremendamente. Muchísimo. Yo me tiré tres meses sin poder dormir porque sabía que iba a jugármela, a apostar a lo grande, a entregarme con pasión. Sabía que mucha gente que estaba en el tendido no me había visto torear y quería mostrar a la juventud mi tauromaquia, mi sello personal. Nada me pudo emocionar más que comprobar la cantidad de jóvenes que inundaron el ruedo al terminar el festival para levantarnos a hombros. Todavía se me pone el vello de punta, porque saber que hay un relevo generacional es lo más bonito que uno pueda imaginar, comprobar que sigue habiendo gente que quiere continuar viendo toros por mucho que algunos pretendan hacérnoslo dudar. Me siento muy feliz.
Le vi muy contrariado cuando falló el primer intento de estocada.
Es que entrené tanto que en el último momento me relajé. Durante la preparación me tiraba a matar hasta 50 veces todos los días. Lo vi tan fácil que no le di la importancia que merecía. Me equivoqué, y eso fue imperdonable.
Les brindó a sus hijos.
Sí, porque ellos nunca me habían visto torear, y Madrid era el mejor escenario para hacerlo por primera vez. Pudieron comprobar lo que significa Las Ventas para mí y lo que yo significo para los aficionados. Además, creo que servía para demostrarles que en la vida todo se consigue con esfuerzo, que nada es gratis, que te lo tienes que ganar. En el brindis les dije que yo había llegado hasta aquí por mi pasión por el toreo, pero fundamentalmente por mi esfuerzo y dedicación.
Y la recompensa fue una nueva salida a hombros.
Bárbaro. Y ver la cantidad de gente que esperaba fuera de la plaza nuestra salida por la puerta grande fue increíble, impresionante. Días después un auto paró junto a mí al verme por una calle de Madrid, y su conductor bajó la ventanilla para decirme que nunca olvidaría lo que me había visto hacer. Fue muy emocionante.
¿Cuánto tiempo hacía que no toreaba en público?
17 años, y el éxito me rejuveneció 30 años.
Ahora le han propuesto que haga el paseíllo en Manizales. Hay quien dice que de luces.
De luces no; será de corto en un festival. Me siento obligado a ir a mi tierra colombiana. ¿Cómo no lo voy a hacer después de haberme preparado y haber toreado en Madrid?

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