El regreso de Morante / por Antolín Castro

 

'..Ojalá el descanso, corto o largo, sirva para sanar o mejorar en gran medida su salud, esa que también formó parte de la decisión tomada el 12 de octubre..'

El regreso de Morante

Antolín Castro

Opinión Y Toros / 14 Noviembre 2025

Pasado solo un mes desde que se quitó la coleta el torero de La Puebla, no hay día que no se especule con su vuelta.

Fue tan inesperada su marcha que todavía no hay quien se la crea. Todo se rodeó del mismo misterio como con el que torea y esa improvisación y espontaneidad también envolvió el acto mismo de quitarse el añadido.

Acostumbrados a que nos sorprenda con el uso despacioso de capote y muleta, esas mismas muñecas con las que mece las telas, fueron desanudando, lentamente, esa mínima prenda que da sentido a ser torero. Para unos la coleta, para otros el añadido y para otros tantos la castañeta, sin olvidarnos de la moña o el postizo.

Mientras él deshacía el fijador que la sujetaba, a los aficionados se les hacía un nudo en la garganta. Pocas veces, quizá ninguna, se mezclaron los sentimientos de lo vivido con el toro con otros sentimientos encontrados por el significado de lo que estaba haciendo. Con la coleta en la mano pareció brindar al cielo en ese mostrarle al público la prueba de la decisión tomada.

Lágrimas en sus ojos y en muchos de los espectadores, un carrusel de emociones vividas desde la voltereta sufrida, pasando por su negativa a irse a la enfermería, el manejo de su muleta o la vuelta al ruedo con las orejas en la mano. Demasiado poco espacio de tiempo para acelerar los corazones de todos los presentes.

¿Fue sincero ese gesto? Tan sincero como todo lo que lo había precedido. Ninguna duda al respecto, algo así no se puede hacer artificialmente o simularlo. A partir de ahí comenzaron los deseos de su regreso a los ruedos, incluso a rebuscar entre bambalinas frases o palabras que nos llevaran a donde queremos: su regreso a los ruedos.

Surgió el ‘me he quitado la coleta, no me la he cortado’. Buscando y deseando obtener vestigios o claves que a todos nos lleve a saber que fue, o será, una retirada breve. Se analiza con lupa lo que él o su apoderado comentan en foros públicos o privados.

Ahora, lo más reciente, lo hemos visto en The New York Times. Un reportaje/entrevista en la que se pone en su boca: No le llamemos retirada completa. Es un descanso.

Deseando verle de nuevo encender un puro en un patio de cuadrillas

Quedan abiertas, entonces, todas las puertas para que un día se produzca su regreso a los ruedos. ¿Quién no va a querer volver a ver su toreo, su personalidad única, delante de un toro? Un deseo que compartirán, sin duda, empresarios y aficionados.

Ojalá el descanso, corto o largo, sirva para sanar o mejorar en gran medida su salud, esa que también formó parte de la decisión tomada el 12 de octubre.