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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 25 de octubre de 2018

VENEZUELA. FICCIÒN Y CONTRADICCIÒN / por Eduardo Soto Alvarez



La etapa actual del régimen viene marcada por el uso sistemático de la ficción y la contradicción, para tratar de desdibujar su carácter arbitrario y despótico cada vez más notorio. Esta rutina no es más que una manipulación para sembrar desconcierto y coincide con el descalabro de su imagen internacional. 

FICCIÒN Y CONTRADICCIÒN 

Eduardo Soto Alvarez
Embajador.- Mérida, 25.10.2018
La Ficción ha fascinado a mucha gente a lo largo de la historia, en particular a escritores, poetas y fabuladores; pero habría que incluir también a los demagogos, quienes disfrazan adrede la realidad para aferrarse al poder mediante engaño. 

Cuando la dirigencia chavista declara que su democracia debe mostrarse al mundo, no se refieren a las penurias que sufren a diario la mayoría de los venezolanos, ni al país arrasado y en ruinas por culpa de su accionar, sino a una versión edulcorada y fantasiosa, que solo existe en su imaginación.
Esta percepción aplica también a los consejos comunales, que supuestamente atienden las necesidades de servicios públicos, educación, cultura y alimentación de las comunidades, los cuales presentan como la quintaesencia de su estilo de gobernar.  
Pero es evidente que tales consejos, que ya se cuentan por millares, solo han servido para facilitarles el control político, pues la situación cada vez más caótica del pueblo, pregona a los cuatro vientos su utilidad ficcional para los otros fines asignados. 

El régimen se opone a que visiten el país misiones de la ONU en materia de Derechos Humanos, Asistencia Humanitaria y Protección Laboral. No obstante, anuncia que serían bien recibidas, pero en realidad no cursa las invitaciones formales requeridas o entorpece deliberadamente sus programaciones. 

La etapa actual del régimen viene marcada por el uso sistemático de la ficción y la contradicción, para tratar de desdibujar su carácter arbitrario y despótico cada vez más notorio. Esta rutina no es más que una manipulación para sembrar desconcierto y coincide con el descalabro de su imagen internacional. 

Sin embargo, a la dirigencia chavistas no le será tan fácil sacudirse del desmadre y la corrupción en que han venido sumiendo el país por tanto tiempo, cuyas catastróficas consecuencias están a punto de engullir  a  sus autores.


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