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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 26 de julio de 2022

Crónica de un club-estado en Madrid



LAS PRESENTES LÍNEAS TIENEN LA INTENCIÓN DE DESTAPAR LA CONDICIÓN DE CIERTO EQUIPO MADRILEÑO DE CLUB-ESTADO, ENTENDIENDO COMO TAL AQUELLA ENTIDAD QUE CONSIGUE DE INSTITUCIONES PÚBLICAS TODO TIPO DE PREBENDAS QUE LE EMPUJAN ARTIFICIALMENTE A COMPETIR CON UNOS INGRESOS QUE NO PUEDE LOGRAR DE FORMA ORDINARIA

Crónica de un club-estado en Madrid

Antonio Vázquez
La Galerna / Madrid, 25 julio, 2022
Llegó la hora de tirar de la manta. Las siguientes líneas tienen la intención de destapar la condición de cierto equipo madrileño de club-estado, entendiendo como tal aquella entidad que consigue de instituciones públicas todo tipo de prebendas que le empujan artificialmente a competir con unos ingresos que no puede lograr de forma ordinaria. Me disculpo de antemano si alguien se puede sentir ofendido, pero creo que esta denominación se justifica con la escandalosa lista de favores que vas a leer.

Para comenzar, hablamos de irregularidades flagrantes en la construcción del estadio donde este equipo ha venido jugando durante unas cuantas décadas. Las obras para la edificación del coliseo madrileño se iniciaron sin la correspondiente licencia (que para más recochineo se solicitó un día antes de la inauguración) e invadiendo terrenos públicos que no le correspondían. Tuvo que ser la dictadura franquista la que resolviera el conflicto con el ayuntamiento de la época, que solicitaba incluso la demolición de la edificación. Las crónicas dicen que fue el propio Franco el que decidió que no se tomara ninguna medida contra el club, a pesar de sus ostensibles violaciones de la legalidad vigente, lo que supuso un evidente trato de favor. Antes de llegar a este recinto, este equipo ya logró una recalificación en los años 50 de los terrenos donde estaba su estadio, y que eran públicos en origen. En aquella operación se multiplicó por 11 el dinero pagado por aquella parcela. Y tras solo 13 años.

LAS PRESENTES LÍNEAS TIENEN LA INTENCIÓN DE DESTAPAR LA CONDICIÓN DE CIERTO EQUIPO MADRILEÑO DE CLUB-ESTADO, ENTENDIENDO COMO TAL AQUELLA ENTIDAD QUE CONSIGUE DE INSTITUCIONES PÚBLICAS TODO TIPO DE PREBENDAS QUE LE EMPUJAN ARTIFICIALMENTE A COMPETIR CON UNOS INGRESOS QUE NO PUEDE LOGRAR DE FORMA ORDINARIA

Los ‘pelotazos’ se han sucedido en el tiempo. Podemos resaltar, por ejemplo, el hecho de que todas las categorías inferiores y el primer equipo dispongan de diversas instalaciones de entrenamiento construidas sobre suelo público en el extrarradio y en unas condiciones increíblemente ventajosas a las que ninguna otra entidad puede optar. Pero el pelotazo urbanístico más famoso fue la recalificación de unos terrenos de uso exclusivamente deportivo, a cambio de dinero y de recibir suelo público para construir otras instalaciones, pagando en buena parte la permuta mediante entradas para los partidos de este equipo. El plan de ordenación urbanística presentado por la directiva beneficiada fue calificado por los técnicos del ayuntamiento como “grave, cuando no insuperable”. 

Ha sido tal el descaro de los favores políticos a este equipo, que se llegó a cambiar la ley del suelo de la Comunidad de Madrid a la carta para beneficiarle, y que se pudieran construir más alturas de lo que estaba estipulado en esos terrenos recalificados. Además, el club estaba obligado a acondicionar urbanísticamente los alrededores de su recinto, pero la cuantía invertida se restó del coste de los terrenos, dando como resultado que este coste fue muy inferior a la realidad del mercado. Las nuevas instalaciones, por cierto, han ido creciendo (y lo seguirán haciendo), sobre espacio que también se supone que es de todos los madrileños, pero de cuyo uso y de los beneficios que genera solo se aprovecha un club muy concreto.

Por si fuera poco, durante muchos años la televisión pública madrileña compró los derechos televisivos de este equipo con el dinero de todos los contribuyentes de la Comunidad de Madrid, fueran o no sus aficionados, circunstancia que no ocurrió con otros rivales de la capital.

EL PLAN DE ORDENACIÓN URBANÍSTICA PRESENTADO POR LA DIRECTIVA BENEFICIADA FUE CALIFICADO POR LOS TÉCNICOS DEL AYUNTAMIENTO COMO “GRAVE, CUANDO NO INSUPERABLE”. HA SIDO TAL EL DESCARO DE LOS FAVORES POLÍTICOS A ESTE EQUIPO, QUE SE LLEGÓ A CAMBIAR LA LEY DEL SUELO DE LA COMUNIDAD DE MADRID A LA CARTA PARA BENEFICIARLE

Tras todo lo expuesto se puede concluir que a la entidad beneficiada por estos incontables favores políticos merece la denominación de club-estado. Y, en el caso de que no lo hayas descubierto ya, me estoy refiriendo al Atlético de Madrid. El Real Madrid, que jugaba y juega, entrenaba y entrena en terrenos de su propiedad y que no han sido públicos nunca, ha sido una y mil veces señalado por disfrutar de supuestos pelotazos urbanísticos y de favores políticos. La cruda realidad es que el Madrid vendió unas parcelas que se compraron mediante bonos adquiridos por sus socios, tras ser recalificadas y obtuvo por ellas un provecho económico muy inferior al que habría tenido en el libre mercado, mientras el ayuntamiento logró pingües beneficios en una operación que la justicia europea determinó que fue absolutamente legal. Y que, a diferencia de lo ocurrido con la recalificación del Calderón, obtuvo un apoyo casi unánime de los partidos del consistorio madrileño. Mientras tanto, el otro gran equipo de la única capital de Europa que puede presumir de reunir 14 copas de Europa entre todos sus clubes lleva beneficiándose de un descarado amparo de todo tipo de instituciones públicas desde hace décadas. 

Por si fuera poco, ha ejercido el lastimoso papel de supuesta víctima de un trato de favor institucional hacia su gran rival y única obsesión. A la difusión de esta mentira volvieron a contribuir decisivamente unos medios donde abunda la opinión sobre el Real Madrid, aunque casi siempre sea negativa, que tergiversa o directamente inventa para perjudicar la imagen del equipo de fútbol más ganador de la historia. Si hay un club que ha competido y compite muy por encima de sus propias posibilidades en Madrid, este no es el propietario del Santiago Bernabéu. En todo caso, quizás no lo podamos entender.

Cerezo y Almeida

Getty Images.

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